Me parece que el lacrosse no es muy conocido en España, pero en Estados Unidos y Canadá se practica bastante.
El origen de este deporte se atribuye a los nativos americanos, ya se practicaba en el siglo XI, y, a juzgar por el ingente número de participantes, variaba entre los 100 y los 1000, no cabe duda de que merece llamarse un deporte de equipo.
Su práctica no se debía a un único motivo, aunque las razones religiosas, iniciáticas o simplemente de índole recreativa eran las que tenían mayor presencia. Las apuestas muchas veces eran parte del juego.
Nunca he tenido ocasión de practicarlo, pero sí he tenido ocasión de ver a algunos de mis exalumnos universitarios en acción, y debo decir que me pareció muy rápido. Creo recordar que las jugadoras no llevaban ningún tipo de protección, como mucho una especie de gafas de buceo y unos guantes. En cambio ellos iban pertrechados hasta las orejas.
Su práctica requiere un bastón alargado que remata en una red de cabeza triangular y que tiene cierto parecido a las raquetas para la nieve de hace décadas. El bastoncito varía en longitud dependiendo de la posición que ocupe el jugador. Solía hacerse a partir de madera de pacana, una especie de nogal, pero desde 1970 se puede jugar con uno sintético. En la canastilla que forma la red caerá una bola de caucho que pesa unos 140 gramos y tiene un diámetro de unos 6, 4 centímetros. Normalmente la bola es blanca.
En el lacrosse moderno suelen enfrentarse diez jugadores por equipo, y el objetivo es introducir la pelota de goma en la portería contraria. El nombre del deporte es francés, debido a la presencia francesa en Canadá. La primera mención vino de la mano del misionero jesuita Jean de Brébeuf, cuando en 1636 deja por escrito la práctica de este deporte en la tribu de los hurones.
Curiosidad: El hockey sobre hielo y el lacrosse son considerados los deportes nacionales de Canadá. Uno de invierno y el otro de verano, claro.
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