De vez en cuando caigo y se me olvida que ecológico no significa sin pesticidas. Solo que los pesticidas son de origen natural. Claro, esto de natural es muy elástico, porque el azufre es tremendamente natural, pero si nos dan una buena dosis del dichoso elemento, seguro que se le coge tirria enseguida, y ya no digamos cuando nos los quieren vender al elemento como BIO y sacarnos así unos euros más. Lógicamente algo hay que echar a la planta para que nos llegue, el problema es cuando se les va la mano o el pesticida natural resulta ser más tóxico que su contrapartida artificial.
Pero por lo general, está demostrado que una exposición elevada y frecuente a pesticidas artificiales puede tener efectos adversos en el cerebro y resultar en enfermedades como el cáncer, el Parkinson o el Alzheimer, de la misma manera que también se ha atestiguado que los productos orgánicos son más saludables que los rociados con pesticidas artificiales.
En este caso, los pesticidas artificiales, por mucho que salgan de la mano del hombre, siguen siendo artificiales y como se ve, dañinos. Por muy naturales que sean estos pesticidas artificiales, ya que se crean en la naturaleza y en la nuestra, no son igual que los naturales, por mucho que le pese a Savater.
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