La palabra de la semana: boondoggle. La pronunciación de andar por casa sería algo parecido a búndagel y la buena aquí.
Fue acuñada por Robert H. Link, un jefe de grupo de los Boy Scouts nacido en Rochester, Nueva York. La palabra se registra por vez primera en 1929 cuando aparece en el World Scout Jamboree, (el Jamboree Scout Mundial), un campamento de scouts a nivel mundial que en 1929 se celebró en el Reino Unido.
La palabra surge del cordón trenzado hecho de cuero que llevaban al cuello los scouts y que se usaba para colgar el cuchillo o el silbato. Fue precisamente en este encuentro internacional en el que se ofreció por primera vez este cordón al fundador de la Organización, Lord Baden-Powell, Príncipe de Gales.
En su sentido figurativo aparece en 1935 con un artículo del New York Times, en el que se criticaba que se hubieran invertido en un programa para trabajadores del New Deal más de 3 millones de dólares para recibir una formación en cursillos de artesanía. De ahí que boondoggle adoptara una nueva acepción. Despilfarro, derroche o estafa. También se puede usar para referirse a proyectos subvencionados que no van a redundar en ningún beneficio para la comunidad pero que se adjudican para devolver algún favor político. También se utiliza para hablar de viajes a lugares paradisíacos disfrazados de viajes de negocios. Aunque boondoggle se utilice para definir frivolidades la verdad es que parece una palabra la mar de útil.
Frase.
President Trump's $25 billion border wall boondoggle
El despilfarro de 25 millones de millones del presidente Trump para levantar el muro.
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