Damos paso a la semana con una de robots. El otro día fui a hacer unas compras a un establecimiento de la cadena de supermercados Stop & Shops y me encontré con Marty. Marty es una torre grisácea, un robot que me saca unas cuantas cabezas. No tiene brazos, por pelo lleva un aro de luz y sus ojos, de plástico, son redondos y de enorme pupila negra. Marty por lo visto habla. Mejor dicho: grita. Y tiene voz de mujer. Y esa es la tarea de Marty en el supermercado. Patrullar los pasillos y ponerse a dar gritos en cuanto encuentra un producto derramado por el suelo. Marty lleva cámara, aunque, de momento, no nos han informado si Marty ya hace (o hará) las veces de policía.
Walmart también ha metido sus robots. Estos son más hacendosos y no alertan del punto sucio, sino que, sin preguntar, directamente se encargan de fregarlo. Ya se han ahorrado unos cuantos limpiadores. Tampoco sabemos si esta inteligencia artificial, entre pasada y pasada de mocho, se dedica al espionaje. Y, para terminar, la grande. Amazon. Que también se ha deshecho de colas y de cajeros en algunas de sus tiendas Amazon Go. A estas se accede escaneando una aplicación con el smartphone y listo. Cámaras y sensores activados nos siguen hasta la salida con nuestro carrito de compra virtual.
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