Trump se sigue negando a enseñar sus declaraciones de la renta y los demócratas metiendo cizaña para que las desempolve. De momento, han conseguido que un juez federal de Nueva York, Edgardo Ramos, autorice a Deutsche Bank y a Capital One la entrega del estado de sus cuentas a los demócratas de la Cámara de los Representantes.
Desde tiempos de Nixon, es costumbre que los presidentes revelen lo que han pagado al fisco. Los Clinton tuvieron que devolver a Hacienda un dinerito por el asunto Whitewater, y a Nixon le cascaron 400000 dólares en impuestos que no había declarado, o había declarado mal, de 1970 y 1971. Por cierto, que Jack White, el periodista que publicó las devoluciones de Nixon en 1974 se llevó el Pulitzer. White, que falleció en el 2005, nunca traicionó a su fuente, aunque parece ser que alguien en una oficina de Hacienda de Virginia Occidental fue el que compartió la información.
El Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ya se ha puesto manos a la obra para dar caza y captura al siguiente Pulitzer, el abogado que redactó el memorándum en el que se señala que el presidente está obligado a hacer públicas sus cuentas siempre y cuando no se adhiera a su derecho de veto.
¿Lo encontrará? Tal vez en la siguiente entrega.
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