En el discurso que
Robert Kennedy dio en la Universidad de Kansas el 18 de marzo de 1968, días antes del asesinato del doctor Martin Luther King Jr., Kennedy dice que "Nuestro Producto Interior Bruto está por encima de los 800 millones de millones de dólares [...]. Ese PIB contabiliza la contaminación, las campañas publicitarias para alentar el uso del tabaco y las ambulancias para retirar los cuerpos de las carreteras. También cuenta las cerraduras en nuestras puertas y las cárceles para los que han roto esas cerraduras [...]. Pero el PIB no dice nada sobre la salud de nuestros hijos, ni sobre la calidad de la educación [...]. Tampoco dice nada sobre la belleza de nuestra poesía, ni sobre la estabilidad de nuestro matrimonio, ni sobre el estado intelectual de nuestros debates públicos o sobre la integridad de nuestros funcionarios [...]. En resumidas cuentas: cuantifica todo, menos aquello que hace que una vida merezca la pena ser vivida".
¿Es el Producto Interior Bruto el mejor indicador para medir la riqueza de un país?
De momento, dos
estados, Maryland y Vermont, (Ohio, Utah, Colorado, Hawái, Oregón y Washington se lo están pensando), son los únicos que se han tomado en serio las palabras de Kennedy, y han incluido el
Índice de Progreso Real en sus cálculos. Este índice tiene en cuenta 26 variables basadas en aspectos económicos, sociales y medioambientales.
Redefining Progress fue el instituto de investigacion del que salió, en 1995, la idea del Índice de Progreso Real.
La convivencia entre estos dos indicadores, ¿es necesaria? ¿Veintiséis factores. No parecen muchos? ¿Sería conveniente, tal vez, tratar los factores sociales y medioambientales por separado? Porque un año la contaminación puede mejorar, pero los alquileres puede que estén por las nubes...
De momento, Bernie Sanders ya ha dicho que pretende poner el IPR a nivel federal.
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