Cortesía de USDA ARS. |
A 2016 la adquisición de un Chromebook le salía a la escuela por unos 30 dólares. Nada comparado con lo que esta venta le ofrece a Google: datos. Del estudiante y de su familia.
En el momento en que el estudiante tira de la internet de casa, la privacidad se tambalea.
Google, con su habilidad para los negocios, ha sido capaz de crear una red de voluntarios y de consultores entre los mismos profesores, que le surten, bajo su deseo de contribuir a mejorar la experiencia del usuario, no solo de trabajo gratuito, sino de información a la que, de otro modo, no hubiera podido acceder. Unos 30 millones de niños y jóvenes están usando los Chromobooks. Treinta millones de posibles compradores a los que hay que añadir padres satisfechos y profesores encantados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario