Con el virus encima y las elecciones a tiro de piedra, Biden se anda con ojo. Quiere que, de salir elegido, la vicepresidencia la ocupe una mujer. Eso sí. Indispensable que esta le defienda a capa y espada en lo relacionado con las presuntas elegaciones de acoso sexual que le vayan saliendo. También es deseable que, en caso de que la edad le diera algún sobresalto, la vicepresidenta fuera más joven. Por supuesto, la afinidad de ideas políticas, sería de agradecer.
Entre las nominadas aparece el nombre de Elizabeth Warren, que, ya vimos, se negó a apoyar a Sanders por dejarse la puerta abierta a un posible cargo. La edad de Warren puede que a Biden le eche para atrás, al igual que su naturaleza protestona, aunque la impresionante capacidad que tiene la excandidata a la presidencia para recaudar fondos quizás le sirva de reclamo. De momento me he pasado por el podcast de Biden, y Warren no ha sido invitada, con lo que no me da muy buena espina, aunque las encuestas la den claramente como vencedora.
No ha sido este el caso de Amy Klobuchar, que además cumple todos los requisitos. Más joven y de ideología centrista. Lo único que pudiera dificultar su elección es que los minesotanos desde los años 70 no han dejado de votar a los demócratas, feudo que Biden ya tiene en el bolsillo, con o sin Klobuchar.
Quizás una vicepresidenta de color, aunque fuera de California, estado tradicionalmente demócrata, pudiera granjearle más votos. Pero recordemos que con Kamala Harris, Biden tuvo un roce durante las primarias, el asunto de la niña de color en el autobús que, tal vez, aún le siga escociendo al candidato.
Gretchen Whitmer, la gobernadora de Michigan, en cambio, sí que pudiera darle a Biden los votos que busca. Michigan es un estado tradicionalmente demócrata pero que en las elecciones pasadas sucumbió a los encantos de Trump. Whitmer también ha sido invitada en Here is the Deal, (Esto es lo que hay), el podcast de Biden. Y otro dato a tener en cuenta. Whitmer, que ha sido víctima de acoso sexual, ha salido a defender a Biden en su último asuntillo con las mujeres. El llamado caso Tara Reade. Su apoyo sin duda le daría a Biden una burbuja de credibilidad.
En julio, la elegida.
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