viernes, 30 de octubre de 2020

Kit de inglés 217: To beat the devil's tattoo.

Y con las elecciones y Halloween encima, una de miedo, to beat the devil's tattoo, de la mano del maestro: Edgar Allan Poe.

Expresión que literalmente equivaldría a "golpear el tatuaje del diablo" y que podríamos traducir por repiquetear los dedos en una superficie dura con nerviosismo, impaciencia y mal humor. 

Pronunciación para salir del paso: "tu bit de devls tatú". Y la buena aquí.


Se cree que el sentido figurado de esta forma ya se usaba hacia 1800, pero fue el vivísimo ojo de Poe, el que la recoge por primera vez de manera escrita. Poe la rescata en su relato satírico The Devil In The Belfry, El diablo en el campanario. El relato, que algunos han visto como una crítica al presidente Martin Van Buren, retrata la vida monótona de Vondervotteimittiss, (por cierto que así se pronuncia la expresión me pregunto qué hora es), una villa habitada por holandeses. La historia se publicó un 18 de mayo de 1839 en el periódico Saturday Chronicle and Mirror of the Times de Filadelfia

El texto en inglés en el que aparecía la frase:

Beat him with it so long and so soundly, that what with the belfry-man being so fat, and the fiddle being so hollow, you would have sworn that there was a regiment of double-bass drummers all beating the devil’s tattoo up in the belfry of the steeple of Vondervotteimittiss.

Y aquí, en español:

Lo golpeó tanto y con tanta fuerza que entre el campanero tan gordo y el violín tan hueco se hubiera jurado que había un regimiento de tambores redoblando la retreta del diablo en lo alto del campanario de la torre de Vondervotteimittiss.

miércoles, 28 de octubre de 2020

¿Cuál es el número mágico?

Con la confirmación de Barrett, ya tenemos el noveno juez en el Supremo. Aunque el número de componentes no aparece definido en la Constitución, esta cifra se ha mantenido entre los cinco y los diez. En 1866, con Andrew Jackson, el Supremo contaba siete jueces, pero cuando el republicano Ulysses Grant llega al poder en 1869, nombra dos jueces más, haciendo del 9 el número mágico. Ni siquiera el propio Franklin Roosevelt pudo oponerse a él, cuando planteó aumentar el número a quince. Su propuesta fue rechazada de manera abrumadora.


De llegar Biden al poder, su administración pasará 180 días, entre otras cosas, intentando decidir, con la ayuda de una comisión integrada por miembros de ambos partidos, si debería aumentar el número de jueces del Supremo. En estos momentos, el Supremo lo conforman seis jueces nombrados por el dedo republicano y tres por el demócrata. Biden de sobra sabe que, si a su administración le da por abrir el frasquito de las esencias, podemos encontrarnos con que la siguiente, de ser republicana, haga lo mismo, y que, de producirse nuevas alternancias ideológicas en la Casa Blanca, nos encontremos con un número indeseado en el Supremo. Desde luego, la magia del nueve no será.    

lunes, 26 de octubre de 2020

Artistas ennegrecidos.

 La semana pasada veía un documental sobre la vida del periodista Walter Winchell y una puesta en escena virtual de Wild, obra del dramaturgo inglés Mike Bartlett, y, por las mismas fechas, un 20 de cotubre pero de 1947, tenemos a una Comisión del Congreso en Washington, intentando dar con los comunistas de Hollywood. Entre los señalados, destacó un grupo conocido como "the Hollywood Ten", los Diez de Hollywood, aunque, en realidad, eran once. El otro era Bertolt Brecht pero este logró escapar y refugiarse en Alemania. Diez hombres que, amparándose en la Primera Enmienda, opusieron una resistencia por la que pagaron un precio, mil dólares de multa a cada uno y un año de prisión, además de no poder ganarse el pan con su trabajo como guionistas, (con la excepción de Edward Dmytryk, al que, desde prisión, conseguirían sacarle una lista denunciando a más de veinte compañaros del cine), ya que la industria cinematográfica prometió a la Comisión que no los contrataría. Aunque algunos, como Dalton Trumbo, consiguieron dar esquinazo a la prohibición valiéndose de pseudónimos. En 1957, haciéndose llamar Robert Rich, Trumbo ganó el premio al mejor guion original por El Bravo, historia que, por cierto, nos recuerda al Toro Ferdinando, de Munro Leaf. Los otros nueve de Hollywood fueron Alvah Bessie, que había luchado en la guerra civil española, Herbert Biberman, Lester Cole, Edward DmytrykRing Lardner Jr., John Howard Lawson, Albert Maltz, Samuel Ornitz, y Robert Adrian Scott. 

La industria cinematográfica, presionada por la Comisión, añadió otras 325 personas a la lista negra. Por ella pasaron figuras como el compositor Aaron Copland, Dashiell Hammett, Dorothy Parker, Arthur Miller, Orson Welles, Ben Barzman, guionista de El CidMichael Wilson, guionista de Lawrence de Arabia, o el actor Phil Loeb, que se quitó la vida en un hotel de Nueva York en 1955, incapaz de resistir el acoso. 

En 1997 miembros de los Gremios de escritores, directores, actores y productores se unieron para pedir disculpas formales por haber participado en la caza de brujas macartista. Ese año, cincuenta y cinco películas recobraron a sus legítimos guionistas, aunque, desgraciadamente, muchas siguen echando en falta a su creador. Y ya ni hablemos de las series de televisión. 

Curiosidad: Espartaco fue la primera película en recobrar a su guionista ennegrecido. Dalton Trumbo.

sábado, 24 de octubre de 2020

Kit de inglés 216: cooking with gas.

Y hoy nos volvemos a la cocina con cooking with gas. Literalmente "cocinando con gas" y que podría traducirse por finalmente vamos por buen camino. La pronunciación casera "cúquin guiz gas". Y la buena aquí 

Parece que esta expresión salió de una frase publicitaria de la Asociación americana de gas, una compañía de gas natural que buscaba convencer al público de que dejara de usar leña y electricidad en los fogones y que, lógicamente, se pasara al gas. Es una forma relativamente nueva, ya que se piensa que se originó a finales de los años 30 o a principios de los 40 del pasado siglo. 


Según Martha Barnette, presentadora del fantástico programa A Way With Words, la frase la acuñó Deke Houlgate, un trabajador en dicha empresa. De alguna manera, los guionistas que escribían para el comediante Bob Hope recogieron la forma, dándole difusión especialmente a través de las apariciones de Hope en la radio. Otro comediante que se valió de esta frase fue Jack Benny. Incluso el Pato Lucas la utiliza en 1943. Esta expresión también tuvo muy buena aceptación entre los músicos de jazz.         

Frase: He is cooking with gas now.

Finalmente [el proyecto que tenga entre manos] marcha bien.

jueves, 22 de octubre de 2020

El Poder del cotilleo y la horma de su zapato.

Y hoy, al cine. El martes veía en PBS, la televisión pública, un documental sobre la vida del periodista Walter Winchell, titulado The Power of Gossip, El Poder del cotilleo, (narrado por Whoopi Goldberg). Para los que hayan visto la película Sweet Smell of Success, (literalmente "Dulce olor del éxito"), en España Chantaje en Broadway, el impresionante Burt Lancaster encarnaba a J.J. Hunsecker, personaje basado en Walter Winchell. Este magnífico largometraje lo dirigió Alexander Mackendrick y se estrenó, curiosamente, un 4 de Julio, Día de la Independencia estadounidense, de 1957. Hay un biopic de Winchell que HBO hizo para televisión en 1998. 

La película de 1957 cuenta con guion del fantástico Ernest Lehman y del inmenso Clifford Odets, probablemente el dramaturgo que más huella haya dejado en autores como Arthur Miller, Neil Simon o David Mamet. Música de otro grande: Elmer Bernstein. Y Toni Curtis haciéndole sombra a Lancaster en el personaje de Sidney Falco, el agente de prensa, ambicioso, que va en busca de Hunsecker para que vocee en su afamada columna el nombre de sus clientes, pero que, a cambio, tiene que entregarle al periodista su integridad, si quiere lograr el éxito profesional que se ha propuesto. No pretendo desvelar toda la historia. Solo añadir que la hermana de Hunsecker, Susie, y su novio, Steve Dallas, un músico de jazz, son los que pondrán a prueba la moralidad de Falco porque la del hermano periodista, ya se sabe de qué pie cojea.

Y, aunque en la vida de Winchell no parece que hubiera una Susie, sí hubo una June, compañera sentimental, e hijos, a los que, parece, destrozó la vida. El hijo, incapaz de contentar al padre, se suicidó, la esposa le dejó, y a la hija le arruinó su vida artística. Winchell, que reconoció en el cotilleo un nuevo poder, fue un gran claroscuro. De hecho, desde su columna, (más de 50 millones de lectores diarios en las décadas que van de los años 20 hasta principios de los 60), defendía el New Deal de Roosevelt, no tenía problemas en tildar a Hitler de homosexual, a Charles Lindbergh lo puso a caldo por su antisemitismo, o en defender la igualdad racial. Pero, lo que son las cosas. Una cena en el Stork, el club más conocido de Nueva York gracias a la mesa 50, la que le tenían reservada, fue el comienzo de su declive. Josephine Baker, a la que previamente había defendido en su columna, fue a cenar a dicho club. Los camareros habían recibido órdenes de que no la sirvieran. Baker llamó por teléfono a la NAACP, La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, y allí que se presenciaron, con pancartas a la entrada denunciando la discriminación. Baker le echaba en cara a Wintchell que, en aquella ocasión, no la hubiera defendido.   

La rabia lo cegó. Comenzó una campaña de difamación contra Baker, (la acusaba de haber flirteado con Rusia en 1936), lo que obligó a Baker a cancelar su gira americana y volverse a Francia. Y al periodista que aireó su desaire, Barry Grey, le pegaron una paliza, quizás algún recado de su parte, tenía bastantes conocidos en el FBI. Desde las ondas de su programa de radio, luego también tuvo un par de programas televisivos pero que no lograron la resonancia de este, aprovechaba para insultar a todo aquel que mostrara cierta simpatía por el comunismo. La escritora Dorothy Parker fue una de esas personalidades que sufrieron sus ataques. Inevitable que su odio no fuera a caer en brazos del temido anticomunista: McCarthy. 

Con el destape de McCarthy, los liberales van a por el demagogo derechista. Y acaba mal. Winchell acaba mal. En términos literarios hay, lo que se dice, justicia poética, porque, el cotilleo, que a él una vez le valió el miedo y la reverencia de los famosos, temerosos de entrar en su punto de mira, se vuelve contra él. El cotilleo, la mentira, y la mala fe a veces también se pueden plantar con la horma de su zapato.  

martes, 20 de octubre de 2020

La memoria de los Antrobus.

Hace unos días, precisamente la festividad de Teresa de Jesús, el 15 de octubre pero de 1942, celebrábamos el estreno de la obra The Skin of Our TeethLa piel de nuestros dientes, de Thornton Wilder, que tuvo lugar en el Shubert Theatre en New Haven, Connecticut. Un mes después se llevaría a Nueva York donde el personaje principal, el de Sabina, estaría a cargo de Tallulah Bankhead, bajo la dirección de Elia Kazan y acompañada en el escenario por Fredric March, Florence Eldridge y Montgomery Clift. Vivien Leigh haría de Sabina en 1959, en una adaptación para la televisión. 

La frase, además de ser una expresión idiomática en inglés que podríamos traducir por por los pelos, es una referencia bíblica sacada del Libro de Job, capítulo 19, verso 20: My bone cleaveth to my skin and to my flesh, and I am escaped with the skin of my teeth. "El hueso se me clava en la piel y en la carne, y casi no logro escapar". Una frase bastante adecuada para los trabajos que tiene que soportar la familia Antrobus, que casi no lo cuenta por una edad del hielo, un diluvio y una gran guerra que les toca vivir. El invierno, el agua y el conflicto bélico que pone a padre e hijo en bandos distintos casi se los lleva por delante. 

Dividida en tres actos, seguimos a la familia Antrobus, que le ganó a Wilder su tercer Premio Pulitzer, una familia corriente y moliente que vive en la ciudad ficticia de Excelsior, en Nueva Jersey. George, el padre, al que podemos identificar con la figura de Adán, y que, en la obra, ha creado el alfabeto, las matemáticas y ha inventado la rueda, es amigo de Homero y también es coetáneo de Moisés. Maggie, a la que su esposo George llama en varias ocasiones Eva, en clara alusión a su media costilla, y los hijos, Henry, a veces identificado como Caín y que odia al padre, y Gladys, la hija a la que se pretende moldear sumisa y que el hermano envidia, una suerte de Abel femenina. Y finalmente la criada, Lily Sabina, su nombre, una doble alusión a Lilith, la primera mujer de Adán y al rapto de las sabinas. 


Lógicamente el nombre Antrobus procede del griego άνθρωπος, “Anthropos” “humano,” una manera de Wilder para indicar que la family Antrobus somos todos. Como siempre, es difícil encorsetar una obra bajo una sola categoría. Algunos han querido ver en The Skin of Our Teeth una obra surrealista. Otros dicen que la obra es una exploración literaria del amor y la lujuria. Otros, que es una alabanza de las bondandes de la educación. Los hay que defienden que estamos ante una condena a la avaricia. Otros ven en ella una advertencia sobre la destrucción de nuestro planeta, y hay otros a los que la obra les parece un canto a la ingenuidad del hombre. 

A la obra tampoco le faltan detractores: los escritores Joseph Campbell, Henry Morton Robinson o Julian Sawywer, entre otros, han señalado que dos de los premios Pulitzer de Wilder, The Skin of Our Teeth y Our Town, Nuestra ciudad, son un plagio, en especial del Finnegans Wake de Joyce y de la obra The Making of American, Ser norteamericanos, de la pittsburguesa Gertrude Stein, por no decir del omnipresente Brecht. A Wilder también se le ha achacado que sus obras exuden ese típico optimismo americano que ignora la otra cara del país. En Europa, especialmente en la Alemania que se abrió tras la Segunda Guerra Mundial, tuvo y sigue teniendo muchos seguidores. El mismo Wilder viajó hasta allí.

Y si estas influencias parecen innegables, lo cierto es que a Wilder tampoco se le puede restar el mérito que merece. El Bardo, sin ir más lejos, tomó las Crónicas de Holinshed para crear muchas de sus obras históricas, algunas se encuentran entre las más veneradas, pero, como bien dejó claro Shakespeare, no es lo que se toma lo que cuenta, sino en lo que se convierte. Y, Wilder, lo que toma, lo transforma con maestría.

Otra de las cosas que Wilder deja bien claro en The Skin of Our Teeth es que, los que no estudian y revisan la historia, están condenados a repetirla. De ahí la pertinacia de algunos para que esta se olvide. 

Feliz Día, Escritoras

domingo, 18 de octubre de 2020

Va a tener razón...

Pues es probable que el presidente vaya a tener razón. Que votar por correo no sea una gran idea, sobre todo después de que se haya pillado in fraganti a varios trabajadores de correos tirando votos a la basura. El día 7 de octubre fue en Nueva Jersey, feudo demócrata, donde 99 votos aparecieron en la papelera. Hace unos días, en Kentucky, que no es demócrata pero que, casualidad, vio unas cien papeletas de votantes demócratas también en la papelera.

Y, para facilitarle al ciudadano la papeleta, estados como Florida, Luisiana o Pensilvania han tenido sus respectivas webs con caída de tensión, ya que no dan abasto con tanto tráfico y el personal no puede registrarse para votar. En Virginia, alguien se marcó la gracieta de cortar un cable, con lo que el apagón obligó a que un juez federal tuviera que añadir un par de días al plazo de inscripción. Florida también ha dado un día más. Mientras que en Pensilvania, aunque la web estuvo unas cuantas horas no operativa, la fecha no se ha cambiado. Mañana, lunes, es el último día para registrarse.

Y parece que vamos a tener récord de participación. A 11 de octubre, se han recibido 9,3 millones de votos. Por estas mismas fechas, pero de hace cuatro años, en octubre del 2016, no se había llegado al millón y medio de papeletas. 

Y, por lo que parece, la covid-19 no pinta muy bien para el presidente, que, probablemente, impugnará el resultado ante el Supremo. Y así nos plantaremos por lo menos hasta febrero, con alguna que otra sorpresa más que el Senado logre colar. El presidente ha manifestado que, en caso de perder las elecciones, contempla la posibilidad de abandonar el país.  

Me parece que sí, que el presidente va a llevar razón...

viernes, 16 de octubre de 2020

Kit de inglés 215: laid-back

Hoy nos repanchingamos, pero tiene que ser en el respaldo de una silla, ya que de aquí deriva la expresión de la semana, laid-back. Literalmente "sentado en una silla con un respaldo ligeramente reclinado" comienza a emplearse como sinónimo de cómodorelajado de buen trato en los años 50 del siglo pasado. 

La pronunciación casera: "léid bak". Y la buena aquí.     


Frase: She has a laid-back attitude.

Ella se comporta de manera relajada. 

jueves, 15 de octubre de 2020

El saber más, cuestión de supervivencia.

El formato virtual o híbrido al que nos ha condenado la pandemia parece que ha descontrolado la cantidad de deberes que los profes mandan para casa. Si esta hubiera pillado a los niños de 1901, por lo menos a los de California, se hubieran librado de ellos. Es más, por aquel entonces, una ley prohibía que los menores de 15 años se llevaran trabajo a casa, ley que fue derogada en 1917. 

Pero no fue hasta la Guerra Fría, en concreto hasta el lanzamiento del Sputnik, en 1957, cuando el país comenzó a tomarse en serio "la amenaza rusa". Y de ahí, el ascenso meteórico de los deberes, sobre todo de las tareas de ciencias, matemáticas e idiomas, hasta llegar a otra nueva amenaza en los 80: la competitividad japonesa. Durante las décadas intermedias, los años 20 y la Gran Depresión, se siguió defendiendo, sobre todo por aquellos que eran de ideología más liberal, que hacer deberes en casa era una pérdida de tiempo y que, además, era pernicioso para la salud del estudiante. El filósofo y psicólogo John Dewey fue uno de los máximos exponentes de este movimiento antideberes. En los años 30, la Asociación de la Salud del niño le dio la razón a Dewey, defendiendo en un estudio que mandar deberes era un delito legalizado y que, hacerlos, aumentaba la tasa de mortalidad adolescente. El sedentarismo era el culpable, ya que propiciaba la diabetes, enfermedades cardiacas y la tuberculosis. 


Pero con la escasez de empleos que dejó la Gran Depresión, los estudiantes comenzaron a quedarse en el cole o en el insti después de clase con la esperanza de aprender más y hacerse con un buen empleo. Y así, hasta el Sputnik, que, a su vez, lanzó la National Defense Education Act, La Ley educativa para la defensa nacional, un billón de dólares americanos que se tomaban el saber más como una cuestión de supervivencia.  

lunes, 12 de octubre de 2020

¡Que bajo su techo solo vivan hombres sabios!

Y hoy, festivo, metidos en el primero de los cuatro días de audiencias que sacarán adelante la confirmación de Barrett, otra de efemérides. En este caso recordamos la colocación, en 1792, de la primera piedra de la residencia presidencial estadounidense, la Casa Blanca. Con primer inquilino el 1 de noviembre de 1800 el presidente John Adams y familia. La Casa Blanca se llamó así por el color grisáceo de la piedra franca virginiana con la que se levantó y que contrastaba con el color rojizo de las viviendas circundantes. 

El ingeniero francés Pierre Charles L'Enfant se encargó del trazado y de la distribución de los espacios, mientras que el americano de descendencia irlandesa, James Hoban, fue el que dirigió las obras. L'Enfant fue despedido ese mismo año en 1792. Y todo por culpa del Capitolio, que también se le había encomendado a él el mes anterior, pero enfrentamientos con los que le encargaron la obra pusieron punto y final a su participación.  

El edificio es de estilo neoclásico y está influenciado por la Casa Leinster en Dublín y un boceto que Hoban encontró en Libro de arquitectura, de James Gibb. 


Curiosidades: el sitio lo eligió George Washington en tierra que los estados de Maryland y Virginia donaron. En 1814, las tropas británicas prendieron fuego al edificio, que tuvo que ser reconstruido.    

Y otra curiosidad: en una de sus cartas a su esposa Abigail, John Adams dejó escrito: "ruego al cielo que colme a esta casa de las mejores bendiciones, y a quienes la habiten de aquí en adelante. ¡Que bajo su techo solo vivan hombres sabios!  Como recordatorio, Franklin D. Roosevelt hizo grabar estas palabras en el salón comedor. 

sábado, 10 de octubre de 2020

Kit de inglés 214: Are you kidding me?

Y esta semana, una de guasa con Are you kidding me? Literalmente "¿Estás comportándote como un niño conmigo?" y que podríamos traducir por ¿Me estás tomando el pelo? Este americanismo es relativamente nuevo, ya que se registra por primera vez en 1945. 

Probablemente la expresión parte de otra registrada en 1914, No kidding, y que en español equivaldría a nuestro sarcástico no me digas. Por cierto que, como sustantivo, kid tiene varios significados. Puede traducirse por "niño" o "niña". ¡Pero también es la cría de una cabra! Y ya que estamos rizando el rizo. Todos hemos oído hablar de Billy the Kid, "Billy el niño", me refiero al forajido americano, no al expolicía del franquismo. Pues bien, "Billy", es una palabra que, además de ser nombre de chico, "Guillermito", también puede significar "chivo", es decir, "cabra macho". 

Pronunciación casera de Are you kidding me?: "ar yu kídin mi?" Y la buena aquí.

martes, 6 de octubre de 2020

El joven Frankenstein.

Y, después de tanta intoxicación vírica, sobre todo presidencial, hoy, una ventana cultural con Frankenstein de Mary Shelley. Manual Cinema, de la mano de City Theatre, estos días, (la última representación será el 18 de octubre), lleva ofreciendo un espectáculo vistoso, creativo, entretenido y elegante del clásico. Duración, 65 minutos. La justa para que no se hiciera interminable y evitar la posibilidad de acabar en el barranco de la odiosa repetición, (entiendo que, a veces, pero solo a veces, la necesidad la reclama). 

El entorno, como si tuviera conciencia de que estábamos allí para que nos entrara miedo en el cuerpo, acompañó. Luna llena, viento, lluvia y claqueticlá de tren de fondo deslizándose con tranquilidad fantasmal en la cercanía nos clavó el espíritu victoriano de la obra. Y eso que manteníamos las ventanillas del coche bien subidas. No he mencionado que el espectáculo se proyectaba en un autocine, manera creativa para dar esquinazo a la Covid. Se nos facilitó una emisora de radio por la que salía la música en directo de una mini orquesta. 


Tras una pantalla gigante apoyada en los huesos de hierro de una antigua fábrica de acero, (el aire era tan fuerte que a veces conseguía doblarla, reforzando así el terror de la obra), actores de carne y hueso, creo recordar que todos eran mujeres, salpicaban su representación con la de marionetas iluminadas bajo los focos de un proyector que los actores acercaban o alejaban de este, dependiendo del efecto que buscaran. La puesta en escena del clásico me recordó al Bunraku japonés, pero, en este caso, tras la pantalla, aderezado también con fantásticas piezas musicales de cosecha propia, que, aquí y allí, me traían la locura del marilandés Frank Zappa. 

Aquí dejo el tráiler de Manual Cinema, la compañía que con tan buen tino ha captado la maternidad y el proceso creativo de la escritora Mary Shelly a través de su deslumbrante hijo, el joven Frankenstein.

lunes, 5 de octubre de 2020

A por el torio...

Y, mientras recuperamos al presidente, otro que también se recupera, y por mandato presidencial estadounidense. El uranio. El 30 de septiembre Trump firmó una orden ejecutiva declarando al uranio estadounidense especie amenazada. 

Lógicamente, la incapacidad china y rusa a la hora de comprometerse a disminuir su producción, ha hecho que el gobierno estadounidense, que, desde el 2015 ha ido bajando considerablemente la suya, vea la seguridad del país y su estabilidad económica  amenazadas.  

De momento, la independencia estadounidense de proveedores extranjeros queda garantizada por la gran cantidad de existencias con las que cuenta. Para las armas nucleares, que tiran de tritio, isótopo radioactivo que se usa como combustible nuclear, esa independencia alcanza hasta el 2041. La Armada, que necesita uranio enriquecido para mover los reactores nucleares, está de suerte, ya que se prevee que, por lo menos, hasta mediados del 2050, tenga existencias. La preocupación del gobierno no es infundada, ya que, de momento, los proveedores extranjeros tienen prohibido vender uranio con fines militares. 


Es en Utah, Tejas, Colorado y Arizona donde se encuentra el mayor número de minas de uranio del país. Sin embargo, muchas tuvieron que cerrar porque no eran rentables. Pero el uranio no solo tiene usos militares. TESLA, sin ir más lejos, necesita uranio para traernos el futuro a casa. Y ya que está por el mercado sostenible y las energías limpias, quizás Musk no tenga inconveniente en dejarse unos ahorrillos para estudiar fuentes alternativas, como el torio. China y La India ya llevan años experimentando con este combustible.

Y para los escépticos que piensen que las energías que no sean de origen fósil no pueden saciar la sed mundial y que necesitamos los combustibles fósiles como agua de mayo, aquí va un estudio, recientito, de la Universidad de Leeds. Según el estudio, con que, para el 2050, se aumentara un 17% la producción de energías de origen no fósil, los diez billones de personas que habitarán la Tierra en esa fecha podrán llevar una vida bastante digna y tendrán sus necesidades energéticas cubiertas.

Andrew Yang, uno de los pretendientes de la Casa Blanca en estas eleciones, ya se atrevió a ensalzaren su programa electoral los valores del torio como combustible alternativo. Y aquí, años antes, en el  2012, el ingeniero Kirk Sorensen, anunciando las posibilidades del mismo.

viernes, 2 de octubre de 2020

Kit de inglés 213: No more bullshit.

Y tras un primer debate marcado por una oratoria propia de la mismísima Atenas clásica, nos vamos con más vocabulario electoral. Hace unas semanas colgaba una entrega gracias a un vecino, y hoy, vuelvo a quedar en deuda con otro que ondeaba su eslógan en una impresionante bandera con un No more bullshit. 

Eslógan político cedido por la inventiva republicana y que debemos traducir por Basta ya de mentiras. La traducción literal: "no más mierda de toro".  ¿Y por qué excremento de toro? Probablemente por el fuerte olor que desprende. 

La pronunciación casera: "nóu mor búlshit". Y la buena aquí

Esta expresión idiomática parece surgir en 1915, y, años más tarde, en 1942, ya se registra su forma verbal. Como eslógan político para estas elecciones, el origen parece estar en Tulsa, Oklahoma.

Si se busca otro mensaje electoral pixelado en bandera que vaya más directo al corazón, quizás se prefiera, (advierto que lo que viene a continuación no es precisamente música angelical y que a algunos la combinatoria podría resultarles obsceno), optar por "Trump 2020. Fuck your feelings" y que podríamos traducir por "Trump para el 2020. A la porra con tus sentimientos ".      

Desgraciadamente tanto "No more bullshit" como "Fuck your feelings" vienen en talla única, con lo cual si el sentimiento a desplegar no cabe en la bandera, el propietario tendrá que explorar otras alternativas para desquitarse. Consuelo: el material es de alta calidad y a prueba de envejecimiento. Aunque no quiero ser agorera, pero algunas críticas se quejan de que la imagen, después de unas cuantas horas de exposición, se borra con facilidad.