Hace ya tiempo que August Wilson, el Shakespeare americano, me anda persiguiendo. En septiembre del año pasado se me presentó la ocasión de asistir a una representación teatral, al aire libre, cerca del domicilio ficticio, 1839 Wylie Avenue, en el que se supone sucede su obra Gem of the Ocean, La Gema del océano. Desgraciadamente, otros asuntos se cruzaron en el camino y al final no pudo ser. En octubre, ya de este año, nos llega la noticia de que la Universidad de Pittsburgh ha adquirido su legado. (Wilson era de Pittsburgh). Y más reciente aún. Hace unos días el Servicio Postal anunciaba que, el 28 de enero de 2021, coincidiendo con el Mes de la Herencia Negra, al dramaturgo se le concederá, en ceremonia virtual, su sello conmemorativo forever. El sello forever no pierde su validez y se puede usar en años venideros sin tener que pagar el incremento anual, siempre y cuando la carta no pese más de una onza. Esto es, unos 28 gramos.
Un sello más que merecido para uno de los mejores dramaturgos de este país. Wilson, que se crió en Hill District, el Harlem pitsburgués, lo pasó mal aquí. Su padre, un panadero alemán con problemas de alcoholismo, abandonó a la familia. En cuanto pudo, Wilson dejó Pittsburgh, una ciudad a la que él consideraba muy dura. El hecho de que Wilson, (este tomó el apellido de su madre), fuera hijo de madre africanoamericana y padre blanco, no le facilitaba las cosas. Saint Paul, en Minesota, fue la ciudad en la que se estableció y en la que escribiera las dos obras que le valieran el Pulitzer. Uno por "Fences", ("Vallas" o "Rejas") de 1985, y otro por "The Piano Lessons", ("Las lecciones de piano"), de 1987. Las dos obras pertenecen al denominado Ciclo de Pittsburgh, también conocido como Ciclo del siglo americano, una revisión de la experiencia de ser afroamericano en distintas décadas. Todas las obras, con la excepción de una, Ma Rainey's Black Bottom, La madre del blues, película que, por cierto, se acaba de estrenar en Netflix y que tiene lugar en Chicago, se encuadran en Pittsburgh. Las obras, curiosamente, no se escribieron en orden cronológico.
Gem of the Ocean, (el título hace referencia a una canción patriótica que seguro nos suena), obra que mencionaba al principio, es la que abre la serie, situándonos en 1904. Aunt Ester, mujer que había sido esclava y que es uno de los personajes principales, aparece en nueve de las diez obras que conforman este ciclo. La Tía Ester, que tiene 285 años cuando comienza la serie y vive en ese imaginado 1839 Wylie Avenue, tiene algo de personaje de García Márquez. Ese gusto por lo mágico, los espíritus y lo ancestral. Aunque hay que decir que Wilson sentía mayor debilidad por Borges.
Esperemos que la Tía Ester no se tomara a mal este plantón, y pronto recompense a los que la dejamos escapar con una de sus apariciones.
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