Qué mejor antídoto para San Valentín que unos bombones envenenados en forma de Smartphone y de artilugios similares. Y es que un estudio de 145 adultos elaborado por James Roberts y Meredith David nos confirma que el phubbing, esto es, no hacerle ni puñetero caso a nuestra media naranja para concentrar toda nuestra atención en nuestro adorado telefonito, hace que nuestras relaciones matrimoniales se deterioren.
En otro estudio elaborado con 2000 parejas de edades comprendidas entre los dieciocho y los cincuenta y cinco años, se anotó que el 37% no quitaba los ojos de la pantalla. El problema se acentúa entre las parejas de extracción social más baja, con un 44% haciéndole ojitos a la tecnología.
Y aunque ese estudio es pavoroso y nos confirma la dirección hacia la que avanzamos, este otro, eleborado por Change Research, tampoco hay que perderlo de vista, sobre todo por San Valentín. A saber: que a un 53% de las 1033 mujeres encuestadas no les convence que el hombre se niegue a ver la peliculita de la Barbie. Pero la Barbie no tiene nada que hacer cuando se las tiene que ver con un comunista. Un 55% de las mujeres encuestadas rehuirían a esos monstruos.
Vamos, que el que se confiese comunista, sobre todo por San Valentín, corre el riesgo de quedarse sin chica y sin chocolate. Advertidos quedan.
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