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Ahora mismo, A Lab of One's Own, (El laboratorio de una), los recuerdos de Rita Colwell, microbióloga y uno de los científicos estadounidenses más destacados del momento. Con su pluma y sus estudios sobre científicos y sus descubrimientos, Sharon Bertsch McGrayne, escritora de magnífica reputación, asiste la memoria de la que fuera la primera directora de la Fundación Nacional de las Ciencias. A Colwell le debemos, entre otras cosas, que ahora sepamos cómo sobrevive el cólera de una epidemia a otra, (sorpresa, el calentamiento de los océanos tiene que ver con su inactividad), o que los servicios de inteligencia estadounidenses, dígase la CIA, se tomaran en serio el terrorismo biológico.
Colwell participó en los estudios que se hicieron de las famosas cartas de ántrax que se enviaron por correo tras los atentados del 11 de septiembre. Por cierto que Colwell nos dice que el gobierno estadounidense no andaba muy bien preparado para resistir un ataque del Bacillus anthracis, pues la preocupación nacional estaba acorazada bajo las amenazas nucleares y la radiactividad. Y una curiosidad. Si todo el país hubiera sido espolvoreado con ántrax al mismo tiempo, solo hubiera habido suficiente ciprofloxacín (el medicamento que se usa para combatir la bacteria) para dos localidades de tamaño medio.
Cortesía de USDA ARS. |
La prosa, que no escatima las explicaciones especializadas, engancha y se sigue con gusto. Altamente recomendable para conocer un apartado de la ciencia, especialmente el que cubre las décadas 50 y 60 del siglo XX.