No cabe duda de que, dedicarse a la política en este país, entraña riesgos. No ya solo para el político que busca el francotirador, sino por las víctimas que este se lleva por delante. Pensilvania cuenta con el horrible honor de ser el estado que abre esta costumbre, en noviembre de 1948. Pero no es hasta 1966, con la matanza perpetrada por Charles Whitman desde una torre de la Universidad de Texas, en su sede de Austin, cuando estos sucesos comienzan a proliferar y a calar en la mente de los americanos.
Lo que pasó el viernes durante el mitin político de Butler, lugar que, por cierto, conozco, a menos de una hora de Pittsburgh, no se considera matanza, ya que, únicamente, ha habido dos muertos. Según la revista Mother Jones, para que alcance esta nefaria categoría se requiere un mínimo de tres.
Todo esto para decir lo de siempre. Que las armas en casa llevan a esto.
Trump tiene pensado hacer acto de presencia mañana en Milwaukee. Hace unos días, el expresidente nos dijo que no anunciaría en la Convención a quién elegiría como su segundo de a bordo, pero, dado el percal, tal vez nos lo anticipe. Rara situación es la que nos encontramos, con los candidatos a la Casa Blanca de los partidos que más pitan en situación tan hostil.
Los candidatos a la vicepresidencia:
El senador J.D. Vance (Ohio), el senador Marco Rubio (Florida), el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, el senador Tim Scott (Carolina del Sur), el senador Tom Cotton (Arkansas) y el senador Tim Scott (Carolina del Sur). De la Cámara de Representantes: Byron Donalds (Florida) y la única mujer, Elise Stefanik (Nueva York).
Nikki Haley no está entre los seleccionados, y eso que hace unos días pedía a sus votantes que apoyaran a Trump.