Mostrando entradas con la etiqueta Mardi Gras. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mardi Gras. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de febrero de 2021

El martes, ¿es Martes ...?

Y seguimos de fiesta. Hoy, lunes, es Día de los presidentes aquí. Y mañana es el Martes gordo o Martes de Carnaval. 

Una festividad luisiana que acabo de descubrir gracias a Terence Simien es la carrera de Martes de Carnaval. Una celebración de origen francés que probablemente se remonte a tiempos medievales, cuando los pobres que vivían en las zonas rurales se acercaban a los centros urbanos pidiendo por las casas y castillos de los más adinerados algo de comer. Cuando el magnánimo aflojaba la bolsa, el mendigo bailaba y cantaba para pagar su generosidad. 


En esta carrera también se suelta un pollo al que hay que dar caza, (puede costar un poco porque muchos participantes están como una cuba), tradición que también se seguía en la Francia medieval. La persecución del animal en algunos sitios se hace a pie, con un capitán o varios, que van a caballo. Las hay más modernas y algunos prefieren ir en furgoneta o en moto. Normalmente a las mujeres no se les ha permitido participar en la persecución del ave, aunque, a finales del siglo pasado, se fue abriendo la mano. En algunas localidades existen grupos compuestos solo por mujeres. 

La influencia celta también se deja sentir: la canción, que no la letra, que se entona para el Martes de Carnaval y que se conoce por Canción de Martes de Carnaval se trajo de la Bretaña francesa. También es de origen celta la costumbre de llevar látigos (los americanos suelen estar hechos de tela de arpillera) con los que intimidar al que no quiera soltar la comida. Al final de la carrera, los participantes preparán gumbo (se pronuncia gámbo, una especie de caldereta con ingredientes varios) y compartirán las viandas en un festín comunal. 

Fueron los colonos acadienses (también conocidos por cajunes), deportados por los ingleses a mediados del siglo XVIII y que se refugiaron en el sur de Luisiana, los que trajeron consigo su lengua, su música y sus tradiciones, como es el caso de la carrera que nos ocupa. En cuanto a la vestimenta, también van disfrazados con capirotes estilo nazareno o, efectivamente, a lo Ku Klux Klan, (aunque no tienen ninguna relación con este movimiento, ya que el KKK vino después de la Guerra de Secesión y los trajes se venían usando siglos antes), mucho más rudimentarios y no tan tenebrosos. Las máscaras están hechas de tela metálica y los disfraces, muy coloridos, parece que estén hechos de retales, y suelen imitar a animales de pico y pluma.  

Y para los que sepan francés o quieran disfrutar de este Martes a ritmo de Carnaval, aquí va una versión de la Canción de Martes de Carnaval.


 "Le Chanson de Mardi Gras".  


Les Mardi Gras vient de tout partout, tout le tour du moyeu.

Vient une fois par an pour demander la charité.

Une vieille patate, une patate et des gratons.


Les Mardi Gras vient de tout partout, tout le tour du moyeu.

Vient une par an pour demander la charité.

Une vieille patate, une patate et des gratons.


Capitaine, capitaine voyage ton flag, tout le tour du moyeu.

Une fois par an pour demander la charité.

Et des patates, des patates et des gratons.


Les Mardi Gras vient de l’Angleterre, tout le tour du moyeu.

Vient une fois par an pour demander la charité.

Une vieille patate, une patate et des gratons.


lunes, 15 de febrero de 2021

¿Música criolla y música...?

Hace unos días me llegó una invitación para asistir (virtualmente, claro) a un concierto de música zydeco con los dos veces Grammyzados Terrance Simien and the Zydeco Experience (Terrance Simien y la experiencia zydeco). No sabía qué tipo de música iba a encontrar (reconozco mi espantoso vacío) y la verdad es que ha sido un grato descubrimiento.  

La música zydeco es la música de los afroamericanos afincados en Luisiana y que, por estas fechas, suena en cualquier esquina para celebrar Mardi Gras, nuestro Martes de Carnaval. El zydeco parece que evolucionó a partir de la música cajún, es decir, de la música que trajeron los blancos a Luisiana, y que,  a su vez, también se impregnó de los sonidos de los pueblos nativos americanos. 

Este tipo de música ganó popularidad a partir de los años 30 del pasado siglo gracias a Amédé Ardoin, primer criollo afroamericano que grabó un disco. Su acordeón y sus canciones improvisadas fueron las que establecieron esta corriente, aunque fue años más tarde, en la década de los 60, cuando Clifton Chenier le dio el impulso definitivo al mezclar los ritmos de la música criolla, el rock, el rhythm and blues, el jazz y el soul con los de la música zydeco.  

El acordeón es el instrumento rey en la música zydeco, siendo una tabla de madera para lavar, de esas antiguas, sobre la que se golpea, el duque. Marcela, hija de Terrance, excelente cantante, también nos demostró su pericia con una alternativa a la tabla de madera. Se trataba de una especie de plancha de acero que, a modo de peto sin espaldar, se colgaba del cuello. Con una cuchara en cada mano raspaba la plancha acanalada. En cuanto a las letras, casi todas estaban en francés. 

Aquí, Bois Sec Ardoin y Canray Fontenot, maestros de este arte. 

miércoles, 1 de marzo de 2017

Cleopatra se pasea por la ciudad del jazz


Aunque las celebraciones comenzaron el 17, ha sido entre el 24 y el 28 de febrero de este año, las fechas pueden variar, cuando los carnavales de Nueva Orleans marcharon a toda máquina.

Aunque esta bacanal tuvo sus inicios en Mobile, en el estado de Alabama, allá por 1708, fue en Nueva Orleans donde desarrolló todo su esplendor.

Muchos historiadores coinciden en establecer el 3 de marzo de 1699, fecha en la que los exploradores franceses Iberville y Bienville aterrizaron en Luisiana, como el primer Martes de Carnaval. Ni que decir tiene que el despiporre desapareció en cuanto los españoles se hicieron con Nueva Orleans, aunque la tradición volvió a emerger en 1812, fecha en la que Luisiana pasó a ser una estrella en la bandera de los Estados Unidos.

Como en España, también se hacen desfiles, y distintas cofradías se encargan de sus carrozas. Las que parece que tienen más tirón son las de Oshun (diosa del amor en la tradición yoruba), Cleopatra, Zulu y Rex. Parece ser que esta última recibe su nombre en honor a Alejandro III de Rusia, que se dejó caer en 1872 en busca de su última conquista, la actriz Lydia Thompson. 

De las carrozas tiran abalorios, normalmente collares de cuentas, antifaces y a veces unos doblones con el rostro del rey. En el video (3:16) podemos ver uno. Por cierto, que para ver los desfiles hay que pagarPor las noches hay bailes de disfraces y la música jazz nunca falta. 

Una nota gastronómica. En Nueva Orleans, durante la época carnavalesca, tanto los visitantes como los nativos se ponen hasta arriba de roscón de reyes, similar en forma al de España, también lleva sorpresa que suele ser la figurita de un bebé de plástico que representa al Niño Jesús. En cuestión de ingredientes el neorleano lleva canela y nuez moscada y está decorado con los colores del carnaval: púrpura, verde y dorado. Y azúcar, mucho azúcar...