Cortesía de USDA ARS. |
Con los chuletones a la brasa y los casi 51 grados centígrados en Death Valley este fin de semana otra de calentones. Esta vez de la mano de la reconocidísima escultora y arquitecta Maya-Lin, que, con su Bosque fantasma (Ghost Forest) en el Madison Square Park, cuarenta y nueve cedros blancos del Atlántico sacados de un bosque muerto de las Pine Barrens, en Nueva Jersey, la autora da su respuesta a las consecuencias del cambio climático. Un hábitat que, en su momento, llegó a cubrir más de 500000 acres, ahora, con menos de 50000, en peligro de extinción.
Grandeza, meditación y claustrofobia. Son algunas de las sensaciones que el paseante podrá llevarse a casa. Este rincón estará disponible hasta el 14 de noviembre. Cuando termine su ciclo de observación, estos árboles sin hojas probablemente regresarán a la tierra en forma de mantillo.