Marchando una de cerdos. Los de hoy pertenecen a Oscar Mayer. La empresa líder en el sector salchichas está buscando perriteros calientes, conductores para sus seis salchichamóvil (Wienermobile). Una especie de Batimóvil de 27 pies de longitud, poco más de 8 metros de largo, con el que los afortunados conductores atravesarán parte del territorio americano. A estos siempre se les asigna un estado que no es el suyo para darles, digo yo, la oportunidad de ampliar miras, en lugar de clavar los ojos en un salpicadero manchado con goterones que imitan chorreones de ketchup y mostaza.
La idea del primer cochecito salió de Carl Mayer en 1936, sobrino del dueño, aunque estuvo fuera de la circulación unas cuantas décadas. En 1986, el monstruo rojo y anaranjado regresó a la carretera, aclamado y reclamado por los chicos de la Generación X.
Doce conductores para seis coches. Van en parejas, lógicamente. El original de 1952 no sale del Museo Henry Ford en Dearborn, en Michigan. Las luces traseras imitan las de la versión del 69 del Ford Thunderbird. El motor que lleva es de una caravana Chevrolet. Para junio, cuando ya no hay fríos que valgan, está prevista la salida de estos salchicheros. Y unas 1400 paradas destinadas a tocar las puertas y las bocas de muchos nostálgicos. Nota: los conductores pueden invitarle a uno a subir al salchichamóvil.