Menos mal que nuestro querido senador de Kentucky, Rand Paul, tiene las cosas claras en esto de bloquear puentes y carreteras.
Cortesía de ARS USDA |
"Espero que los camioneros vengan a América y colapsen las ciudades. La desobediencia civil es una tradición muy honrosa de nuestro país".
No cabe duda de que el senador está en lo cierto. Nada mejor para mantener la honra por todo lo alto que hacer un bloqueo que se cargue economías y, de paso, si hay algún accidente en la carretera, hay que apagar un fuego, detener a un maleante o hay un enfermo en una ambulancia, pues que se fastidie y a dar hasta la vida, si es necesario. Qué le vamos a hacer. Todo por la desobediencia civil de los camioneros que no se quieren vacunar.
Desde que comenzara la pandemia uno de los gritos de los desobedientes es colgarse la foto en las redes sociales con la estrella amarilla de David, estrella que los judíos se veían obligados a llevar en los años 40 del pasado siglo. Y así, con este exquisito refinamiento, lucen palmito.
Algunos de estos desobedientes también han caído enfermos con la Covid. Para entonces ya no están para refinamientos. Desgraciadamente a los familiares de algunos tocados se les puede encontrar en GoFundMe, pidiendo rezos y dinero porque no pueden pagarse el tratamiento anticovid, ahora días, semanas, quizás meses en el hospital, cuando lo tuvieron al alcance de la mano. Algunos fallecen. A veces el padre y la madre se van juntos, dejando a los hijos a su suerte.
Las vacunas, hasta hace unos años indiscutibles salvadoras de patrias, hoy son denostadas gracias a pseudocientíficos como el inglés Wakefield o a actrices, como Jenny McCarthy, que, en el 2007 achacó, sin pruebas corroboradas científicamente, que las vacunas fueron las que causaron el autismo de su hijo.
¿Y cuáles serán los siguientes malvados? Los antibióticos, aunque, como todo el mundo sabe, vienen bien para combatir los virus. No, los antibióticos se quedan. Se van a ir....