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miércoles, 28 de febrero de 2018
No somos unos cínicos
El que fuera profesor en Harvard y Ministro de Trabajo con la gestión Clinton, Robert Reich, viene este fin de semana a Cambridge a presentar su libro, The Common Good (El bien común).
Sorpresa. Según él, el actual presidente no tiene una pizca de moralidad ni de interés por el bien común, aunque no conseguirá quemar el optimismo americano. Un impuesto federal de igual cuantía a la exención fiscal que la que ofrecen estados y ciudades a las grandes corporaciones serviría, según Reich, para animar el optimismo del común de los mortales. Eso, y darse cuenta de una vez por todas que las Amazon no crean nuevos puestos de trabajo.
lunes, 23 de enero de 2017
Desigualdad no para todos
Hace unos días que estuve viendo el documental Inequality for all (Desigualdad para todos), dirigido por Jacob Kornbluth y protagonizado por Robert Reich, secretario de Trabajo durante la administración Clinton. Aunque es del 2013, los datos han quedado obsoletos y las nuevas imposiciones tecnológicas prácticamente se ignoran.
Lo que desgraciadamente no ha pasado de moda es el argumento de Reich: que la clase media está en peligro de extinción. ¿Es posible salvarla? Según Reich aún estamos a tiempo. Entre otras cosas propone la elevación de los salarios, el mantenimiento de las prestaciones de salud o un reajuste del sistema impositivo.
Hay un momento en el documental en el que Reich se entrevista con unos trabajadores. Uno se queja de que le han recortado las prestaciones, sus hijos no están cubiertos y le han doblado el trabajo sin ningún tipo de compensación económica. Pero vota a los republicanos porque siente que su ética está más cercana a la suya.
El caso que más me impactó fue el de un hombre joven, el cual se calificaba a sí mismo de, digámoslo así, ser lento o poco espabilado. Como al primero también le habían reducido el sueldo, pero le estaba agradecido a la compañía por darle trabajo. No sé si en pago a su magnanimidad, pero el operario reconocía ser votante republicano.
Sin embargo, lo que más tristeza me produjo fue que admitiera que le estaban sangrando y que, además, "si él fuera tan inteligente como ellos, también haría lo mismo". ¿Es posible cambiar esta mentalidad, convencer al trabajador para que deje de sentirse en deuda eterna con la mano que les tira algo de comer? Y, sobre todo, ¿se podrá poner fin a esa inoculación?
Las palabras de Steinbeck tampoco han dejado de estar de moda.
Esa es la inoculación a la que me refiero. El desmantelamiento del sueño. Pero a ver quién es el guapo que se lo hace comprender.
Lo que desgraciadamente no ha pasado de moda es el argumento de Reich: que la clase media está en peligro de extinción. ¿Es posible salvarla? Según Reich aún estamos a tiempo. Entre otras cosas propone la elevación de los salarios, el mantenimiento de las prestaciones de salud o un reajuste del sistema impositivo.
Hay un momento en el documental en el que Reich se entrevista con unos trabajadores. Uno se queja de que le han recortado las prestaciones, sus hijos no están cubiertos y le han doblado el trabajo sin ningún tipo de compensación económica. Pero vota a los republicanos porque siente que su ética está más cercana a la suya.
El caso que más me impactó fue el de un hombre joven, el cual se calificaba a sí mismo de, digámoslo así, ser lento o poco espabilado. Como al primero también le habían reducido el sueldo, pero le estaba agradecido a la compañía por darle trabajo. No sé si en pago a su magnanimidad, pero el operario reconocía ser votante republicano.
Sin embargo, lo que más tristeza me produjo fue que admitiera que le estaban sangrando y que, además, "si él fuera tan inteligente como ellos, también haría lo mismo". ¿Es posible cambiar esta mentalidad, convencer al trabajador para que deje de sentirse en deuda eterna con la mano que les tira algo de comer? Y, sobre todo, ¿se podrá poner fin a esa inoculación?
Las palabras de Steinbeck tampoco han dejado de estar de moda.
"El socialismo nunca arraigó en América porque los pobres se ven a sí mismos no como el proletariado explotado, sino como millonarios temporalmente avergonzados".
Esa es la inoculación a la que me refiero. El desmantelamiento del sueño. Pero a ver quién es el guapo que se lo hace comprender.
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