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lunes, 4 de noviembre de 2024

El año de las luces

 A un día de las elecciones, un buen amigo me pregunta qué es lo que se ve y se oye. 

De momento, huele a chamuscado. Algunos de los irritados seguidores del candidato no han perdido el tiempo y se han dedicado a prender fuego a los buzones habilitados para los votos por correo, unos contenedores de metal rojo. El conteo no puede comenzar hasta mañana. De momento, los estados afectados por estos pirómanos son Arizona, Washington y Oregón, aunque hoy puede que haya alguno más. 

El resultado tardaremos en saberlo porque, independientemente de quien gane, creo que se impugnarán las elecciones. Recordemos que aquí lo que pita no es el voto popular, Hillary Clinton lo ganó pero perdió las elecciones, sino los votos del Colegio Electoral. En caso de que los dos candidatos se lleven el mismo número de votos del Colegio, 269 cada uno, sería al Congreso al que le tocaría decidir. Mencionar que, bajo estas circunstancias, sería factible que el presidente y el vicepresidente pertenecieran a partidos distintos. Correcto. Hemos oído bien. Un gobierno Trump + Walz o Harris+Vance.

Dicen que, donde yo estoy ahora mismo, cerca de Pittsburgh, (Obama, Clinton y Harris han venido a cortejar la ciudad), es el termómetro del país. Si los céspedes de mi barrio hacen de termómetro, en estas elecciones se han colgado más pancartas electorales apoyando a los candidatos que en los comicios del 2020, ganaría Harris por los pelos. 

La paranoia entre algunos demócratas está desatada. Muchos tienen miedo de Musk y Kennedy Jr., que pillarían cacho en forma de cartera. Musk no sabe nada de política, solo de dinero. Es de suponer que no quiera restricciones demócratas, especialmente ambientales, que coarten sus subidones a la luna. Por su parte, Kennedy Jr., enemigo acérrimo de las vacunas y devoto en la creencia de que estas son invento judío, se quedaría con sanidad. La militar y congresista hawaiana, Tulsi Gabbard, es probable que, en un gobierno Trump, también pescara algo gordo.  

Vamos a ver si podemos celebrar un año de luces. 

jueves, 26 de septiembre de 2024

Al día

Hace unos días hablábamos de la propaganda republicana electoral y de su originalidad. Comentaba la perseverancia del partido, que tengo el buzón que echa fuego. Y hablando de fuego. En Tempe, Arizona, el 23 de septiembre la oficina de la candidata demócrata, tiroteada. Afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales. Por lo visto esta misma oficina la semana antes también fue asaltada. 

Más. A la candidata verde, Jill Stein, la han sacado de la papeleta de candidatos en el estado de Nevada, y eso que iba representada por un letrado que había defendido a Trump en causas anteriores. Por lo visto en este estado la diferencia de votos entre Harris y Trump es nimia. Lógicamente la presencia de Stein podría alterar los resultados, en especial los demócratas. 

Otro. En la carretera también tenemos al equipo Trump. Tulsi Gabbard y el jovencito Kennedy, al que también le ha salido escándalo faldero por una relación fotográfica con una periodista del New York Magazine, abrieron telón en Las Vegas. 


Otro. Ayer Harris volvió a Pittsburgh, aquí parece que se decidirá el futuro del país, para hablar de economía y sus planes para invertir en nuevas tecnologías, sobre todo en inteligencia artificial y blockchain. Recordemos que Pittsburgh es la ciudad del acero. La pervivencia de este producto se respira en toda la zona. Incluso el equipo de fútbol americano le rinde honores. 

Y en Pittsburgh seguimos sin recibir las papeletas electorales para emitir el voto por correo, y eso que la carta con el voto dentro tiene que llegar a la oficina electoral pertinente antes del 5 de noviembre, esto es, el día de las elecciones. Por fin el Partido Demócrata ha contactado con sus vecinos. En mi caso lo hizo a través de dos fotocopias en blanco y negro. Mejor dicho, tres, una hoja a dos caras. Recibí la entrega precisamente al día siguiente de publicar esta entrada, en la que mencionaba la inexistencia de propaganda electoral de este partido.

Colgaba la ropa en el tendedero cuando una mujer menuda y rubia llamó a la contrapuerta. Conocía nuestros nombres. Me preguntó si íbamos a votar por correo y pareció quedar satisfecha con la respuesta. Le comenté que era la primera persona del Partido Demócrata en dejar propaganda electoral. Respondió a este comentario diciéndome que ella pertenecía al AFL-CIO, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, la federación de sindicatos más grande de Estados Unidos. La Federación apoya, para el Senado de Estados Unidos, a Bob Casey, y, para el Senado estatal, a Nick Pisciottano. Desde esta visita no ha habido más propaganda electoral ni fotocopias de este partido, apelando al dicho de "a buen entendedor", y, de paso, aportando un tanto al beneficio ambiental.     

El partido verde de Jill Stein y el libertario de Chase Oliver sí aparecerán en las papeletas de Pensilvania. 

martes, 30 de julio de 2024

Bye, bye, Vance?

Tiene toda la pinta de que el candidato republicano a la presidencia vaya a decirle a J. D. Vance "adiós" con la manita. A estas alturas del juego, solo dos posibles reemplazos: Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur, o la mayor Tulsi Gabbard, nacida en Tutuila, una isla de Samoa Americana.

Con una mujer al frente de los demócratas y con los patinazos de Vance y sus comentarios antisolteronas, el Partido Republicano sin duda va a animar a Trump a que se decida por una de las dos. Y, si quiere evitarse problemas, Haley será la elegida. La lealtad de Haley a Trump y al partido es inquebrantable, mientras que Gabbard ha ido dando bandazos de partido en partido. Además, Gabbard no nació en Estados Unidos, con lo que el Partido Demócrata probablemente se sirviera de esta circunstancia para esgrimir el birtherismo que nos trajo Trump con Obama.