Mostrando entradas con la etiqueta Walt Whitman. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Walt Whitman. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de octubre de 2024

¿Qué combina mercadotecnia, literatura y Kit de inglés?

¿Qué combina mercadotecnia, literatura y nuestro Kit de inglés

Un blurb.  ¿Y qué es un blurb? Una nota de alabanza que suele aparecer en la sobrecubierta, la portada o la contraportada de un libro, y que se usa para promocionar una obra. Estas generosas notas, lógicamente, no las escribe el autor de la obra encomiada.  

Parece ser que el primer autor que contó con este tipo de comentario elogioso en Estados Unidos fue el mismísimo Walt Whitman. Y el que le avalaba no era moco de pavo: Ralph Waldo Emerson. A raíz de la publicación de Hojas de Hierba, en 1855, el transcendentalista le envía al poeta una nota de felicitación. Pues bien, la segunda edición ya incluye una línea de dicha nota en el libro. Esta era: "I greet you at the beginning of a great career". "Te felicito por el comienzo de una gran carrera". 

Fue el humorista estadounidense Gelett Burgess (1866–1951) el que acuñó el término y que aparece en su libro de 1906 Are You a Bromide? En la sobrecubierta del libro de Burgess aparecía el dibujo de una tal Miss Belinda Blurb, un personaje ficticio al que se recoge con la mano aparasolándole la boca abierta, que vocea. Blurb hace honor al apellido de esta voceadora.

Aquí, más información sobre el blurb.

lunes, 27 de febrero de 2017

¿Quién odia a los abogados?

Otro golpe de suerte para las letras. Al Ve y pon un centinela de Harper Lee y al I'd Die For You: And Other Lost Stories de Fitzgerald tenemos que añadir The Life and Adventures of Jack Engle, una novela perdida de Walt Whitman que estaba oculta en los archivos del Sunday Dispatch, un periódico de Nueva York. La revista Quaterly Review nos ofrece el documento.

En esta obra de corte autobiográfico, escrita en 1852 a lo Charles Dickens, Whitman arremete contra los abogados, sin duda, una de las profesiones más odiadas en Estados Unidos. Por lo visto, su padre fue víctima de las argucias de uno. Y, lo que son las cosas, al propio Walt tampoco es que le fuera muy bien con ellos.

El descubridor de The Life and Adventures of Jack Engle, Zachary Turpin, un estudiante de postgrado de la Universidad de Houston, no considera el hallazgo la mejor obra de Whitman, pero dice que es de una "belleza extraña" y que anticipa a Thomas Pynchon.

Un must read (imperdible) para los amantes de Dickens, Pynchon y de este Gran Americano (con permiso de Twain). Y para los que desprecian a los abogados, por descontado.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Ruta literaria en Nueva Jersey: en casa con Walt Whitman

Si nos hemos echado a las carreteras de Nueva Jersey y tenemos media mañana perdida sin saber que hacer, recomiendo una ruta literaria, un domingo, para así evitar pagar los parquímetros y ya que nos salga el día, aparte de la comida y la gasolina, claro, totalmente gratis.

Eso sí, hay que tener cuidado con no dejar nada a la vista en el coche porque la casa museo que recomiendo está en Camden, una zona fronteriza a Filadelfia, que, desgraciadamente, es famosa, además de por su magnífico acuario, por sus ingentes bolsas de pobreza y sí, también por su peligrosidad. El año pasado se decretó que ocupaba el primer puesto en el palmarés de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos. (Para los curiosos: Detroit quedó en tercer lugar). Así que admito que esta ruta literaria que propongo sea para los más atrevidos. 

Entre las calles 3 y 4, justo en el 330 de Mickle Boulevard, también conocido como el Martin Luther King Jr. Boulevard, Walt Whitman, el poeta de lo americano, vino a vivir aquí en 1873 con su hermano George y su esposa. Bram Stoker, el creador de Drácula, u Óscar Wilde peregrinaron hasta aquí para conocer al maestro de la libertad y de la innovación. Su "A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente en paz", identifica esa libertad de la que hablo. 

Walt Whitman se crió en un ambiente cuáquero, sus padres eran seguidores de Elias Hicks, un predicador con raíces indioamericanas y afroamericanas que se desvinculó de la ortodoxia cuáquera para reivindicar la suya. Hicks también fue uno de los primeros cuáqueros que apoyaron la desaparición de la esclavitud.

De Hicks parece que Whitman tomó la idea de "la obediencia a la luz interior" y que luego el poeta de la carretera sin fin (open road) ataría alrededor de su "Canto a sí mismo", una celebración de su unicidad y la de los demás. Emerson, el gran pensador, fue el que le dio el empujón que necesitaba para desgajarse de la tradición europea y abrir nuevas rutas para la libertad de expresión. Muchos son los inoculados por el efecto Whitman. Le pregunté al guía si sabía si Lorca se había pasado por aquí, pero desgraciadamente no supo decirme.  

Y hablando de expresión, quiero romper una lanza en favor de Whitman, al que siempre se le han achacado sus tendencias proesclavistas. El mismo Whitman, al cabo de los años, reconoció que, sobre el papel, se había demostrado liberal trayendo la buena nueva de la irrepetible divinidad en cada uno de nosotros, también la de los esclavos, mientras que su corazón secretamente albergaba un conservadurismo del que le costaba desprenderse.

Whitman era un hombre que, a través de su obra, intentaba congraciarse con sus congéneres, sin importarle la clase social o la raza. Lo que le importaba era hacerse comprender entre los suyos, ya fuera un propietario de esclavos o el mismo esclavo. 

Del mismo modo que Whitman contenía multitudes, también era un fardo de contradicciones, como cualquier alma. En una época de tantas turbulencias, no olvidemos que Whitman fue enfermero en la Guerra de Secesión, parecía inevitable que su espíritu, dolorido, a veces no perdiera el horizonte. 

Además, su presentación del homoeroticismo, la camaradería entre hombres, el placer sexual, escandaloso para la época, le abrió otros frentes al creador de Hojas de Hierba que probablemente lo desgastaron.

Si deciden pasarse recomiendo encarecidamente que confirmen por teléfono. El horario es muy extraño y a veces cambia sin previo aviso, sobre todo en invierno. La casa es grande y da la bienvenida con un video sobre el autor y muchas fotos, todas originales de la época. Aviso: cuenta con dos plantas y no hay ascensor. La entrada es gratuita. 

A pocos kilómetros, Filadelfia. Hay que cruzar un puente, previo pago de 5 dólares si se va en coche, para pisar Pensilvania. Allí otro grande americano espera. Pero ese, para otro día.

Aquí dejo al Profeta de la tierra, de sí mismo, de todos nosotros dándonos la bienvenida a América.