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domingo, 19 de febrero de 2023

¿Quién dijo "la vigilancia eterna es el precio de la libertad"?

Febrero es el Mes de la Herencia Afroamericana. Para conmemorarlo, traemos la figura de una mujer extraordinaria, Ida B. Wells. Educadora, periodista y defensora de los derechos de las personas afroamericanas. 

loc.gov
Ida nació en Holly Springs, Misisipi, en julio de 1862, seis meses antes de que Lincoln emitiera la Proclamación de Emancipación en Estados Unidos. Al cumplir los 16, sus padres y uno de sus hermanos fallecen a causa de la fiebre amarilla. Ida decide hacerse cargo de toda la familia para evitar así su desmembración. Consigue un puesto de maestra y, con la ayuda de su abuela, y más tarde con la de su tía Fannie, que los invita a que se vayan a vivir con ella a Memphis, Tennessee, logra salir adelante. 

Un día de septiembre de 1883, adquiere un billete de primera clase en el tren que la llevaría a Woodstock, ciudad cercana a Memphis y en la que trabajaba de maestra. El revisor, al encontrarla allí, inmediatamente intentó convencerla de que estaba en el vagón equivocado y de que tenía que irse a otro. Ida no accede a marcharse y la echan por la fuerza. Tras el incidente, Ida denuncia a la compañía ferroviara y, aunque en un principio se le da la razón, la pierde en una segunda vista. Así comienza su lucha contra el racismo

Lo primero que hace para luchar contra esta plaga es formarse intelectualmente. Toma clases de escritura y elocución. Lee con saciedad los artículos del The Evening Star, un periódico poco serio dado a publicar noticias jugosas, lo que, sin duda, contribuyó a afilar la irónica pluma de Ida. En Memphis, compra su empleo en el Free Speech and Headlight, un periódico dedicado a la población afroamericana, que, bajo su dirección, logra triplicar su tirada.

A raíz del linchamiento en Memphis de Calvin McDowell, Will Stewart y Thomas Moss, este último gran amigo de Ida, surge su preocupación y su interés por ahondar en los motivos de tan salvaje comportamiento. Con la verdad por delante pero castigada por su devoción investigadora y, sobre todo, por no ser hombre, a su cabeza se le puso precio, se ve obligada a buscar refugio en otra ciudad. Marcha a Chicago, ciudad más aperturista. Allí tendrá la ocasión de asistir a la Exposición Mundial Colombina de 1893. Consciente de la presencia internacional, imprime, con dinero de su bolsillo, 10000 copias de su The reason Why Colored American is not in the World’s Columbian Exposition. La razón por la que la gente de color no está en la Exposición Mundial Colombina y que le dará la resonancia que busca.

Conoce a Frederick Douglass y contrae un matrimonio feliz con Ferdinand Barnett, propietario del periódico The Conservator, un periódico para lectores afroamericanos. Ida conjugará la edición del diario con otras actividades de corte social. Seguramente la más destacada fuera su defensa de los inmigrantes afroamericanos sureños a los que ella consideraba víctimas del odio blanco y de los recelos de aquellos afroamericanos que ya estaban afincados en Chicago, los cuales veían peligrar su estatus social y sus relaciones con la población blanca. Los chicagüenses afroamericanos temían que se les identificara con los recién llegados, más toscos en costumbres, y, sin duda, mucho menos formados. 

En 1911 se la recibe como miembro del equipo directivo de la National Association for the Advancement of Colored People, La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, pero Du Bois la sustituye del cargo, tal vez porque Ida le pareciera voceras y peleona y considerara que esa imagen mermaría la causa afroamericana. En 1913 la tenemos en una comisión a Washington D. C. para marchar en defensa de los derechos de las mujeres, marcha que, por cierto, la enfurece, pues le proponen que las mujeres afroamericanas y las blancas desfilen por separado, a lo que, lógicamente, Wells se niega. 

En 1920, Wells asistió a un club literario en el que se comentaba un libro de Carter G. Woodson, historiador y periodista, a él debemos que febrero lleve el nombre de Mes de la Herencia Afroamericana. Para su espanto, se da cuenta de que el libro no menciona nada sobre los linchamientos, de ahí que Ida decida escribir su autobiografía. No la termina. Una fiebre le impidió acabar su último capítulo.   

Curiosidad: de 2019 es la primera calle de Chicago que lleva el nombre de una mujer afroamericana. Esta calle lleva su nombre.

Y unas palabras de Wells que no hay que echar en saco roto: "la vigilancia eterna es el precio de la libertad".  

lunes, 22 de febrero de 2021

Un 21 de febrero...

El 3 de abril de 1964, en Cleveland, Ohio, un día y cuatro años antes de que Martin Luther Jr. fuera asesinado, el pastor de la Nación del Islam, Malcolm X, El-Hajj Malik El-Shabazz, pronunció su famoso discurso The Ballot or the Bullet, Voto o bala. Con este discurso, Malcolm X, que sería asesinado un 21 de febrero del año siguiente, hacía global su preocupación por el racismo y el imperialismo que sufrían las personas negras. Para recordarlo, aquí dejo algunas de sus reflexiones.


No soy americano. Soy uno de los 22 millones de personas negras que son víctimas del americanismo. Uno de los 22 millones de negros que son víctimas de la democracia. Nada más que hipocresía disfrazada. [...] Necesitamos ampliar la lucha por los derechos civiles llevándola a niveles más altos: al nivel de los derechos humanos. Mientras estén enfrascados en una lucha por los derechos civiles, sépanlo, se estarán limitando a la jurisdicción del Tío Sam. Nadie del mundo exterior puede manifestarse en favor de ustedes mientras su lucha sea una lucha por los derechos civiles. Los derechos civiles son parte de los asuntos internos de este país.

miércoles, 1 de enero de 2020

Avanzando, que no es poco

Y abrimos el año con una celebración: la ratificación de la Decimonovena Enmienda. Un 18 de agosto de 1920, gracias a Tennessee, (se necesitaban treinta y seis estados para aprobar la Enmienda), las mujeres, después de unos cuantos añitos de lucha, estructurada en la Declaración de Sentimientos de la convención de Seneca Falls que se celebró en 1848, consiguen el derecho a voto en este país. Susan B. Anthony y Elizabeth Cady Stanton quizás sean las sufragistas más conocidas.

Suffragists' march to the Capitol, Apr. 7, 1913

Como era de esperar, la Primera Guerra Mundial tuvo mucho que ver con el reconocimiento de este derecho. Wilson, el por aquel entonces presidente, se apresuró a dar a estas protestonas lo que le pidieran, no fuera que el país se quedara sin mano de obra. Aunque claro, esta concesión también fue parcial, ya que ni a las mujeres afroamericanas, ni a las hispanomericanas, ni a las americano-asiáticas y tampoco a las nativas americanas se les entregó el derecho al voto. A estos grupos les tocaría esperar hasta otro agosto, pero de 1965, cuando entra en vigor lLey de Derecho al Voto.

Fue Aaron A. Sargent, nacido en Massachusetts pero senador de California, el que, en 1878, presentara año tras año la misma propuesta, seguramente gracias a la insistencia de la señora Sargent, amiga de B. Anthony. Hubo que esperar unos cuarenta años para que llegara a convertirse en Enmienda.

Curiosidades: en los estados de Nueva Jersey, Wyoming y Utah a las mujeres se les permitía ejercer el derecho a voto antes de que se ratificara la Enmienda. La Constitución de Nueva Jersey daba el voto tanto a hombres como a mujeres, aunque no a las casadas, que estaban a disposición del amparo del esposo. Algunas solteras sí que ejercieron su derecho entre 1776 y 1807, año en el que también a estas se las quitaron del medio cambiando la cláusula que incluía las palabras tanto ella (a rellenar con como él tienen derecho a voto).

Mientras tanto, en Wyoming, con tan poca pionera, una por cada seis hombres, y con la quimera del oro encima, no había más remedio que hacer concesiones. Y las tenemos votando entre 1840 y la década siguiente, hasta que el oro desaparece y los pioneros dejan de venir.

En el Territorio de Utah, controlado por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es la poligamia la que permite, un 12 de febrero de 1870, el voto a la mujer. Sarah Young, la nieta de Brigham Young, fue la primera mujer en ejercer este derecho, aunque luego el derecho desaparece con la Ley Edmunds-Tucker en 1887, cuando el Congreso aprueba la Ley para evitar "la importación de mormones". El derecho al voto lo vuelven a recuperar en 1896, cuando Utah se convierte en el estado número cuarenta y cinco.

Para conmemorar la victoria de nuestras congéneres, exposiciones itinerantes. One Half of the People: Advancing Equality for Women. La mitad de la gente: avanzando la igualdad para las mujeres es una de las muchas que podemos ver. Comenzó en abril del año que nos acaba de dejar y que, si estamos interesados, podremos seguir hasta el 18 de agosto del 2021, cuando Temple, en Tejas, la clausure. En este otro enlace se puede encontrar una lista bastante completa con las exposiciones dedicadas a estas luchadoras. Avanzando, que no es poco.