viernes, 12 de julio de 2024
Kit de inglés 394: acid test
martes, 26 de abril de 2022
¿Qué le saca la cabeza al alcohol?
Cortesía de USDA ARS. |
Leo que, casi todos los estados donde el uso recreativo de la marihuana es legal, están sacando más impuestos indirectos con la planta que con el despacho de alcohol. Según el Institute on Taxation and Economic Policy, Instituto de Tributación y Política Económica, en el 2021, once estados se llevaron casi tres mil millones de dólares en cannabis, frente a los cerca de dos mil quinientos que produjo el alcohol. Al tabaco, de momento, no hay quien lo tosa, con casi seis mil. California es el estado que más dinero recaudó con la hierba. Algunos piensan que, tal y como andan los precios del tabaco, entre los seis con once dólares de Misuri y los casi doce de Nueva York, por cajetilla, lo mismo nos espera un trasvase de humos. Aunque los 0, 66 gramos de marihuana extra que suele llevarse un porro tampoco es que sean muy económicos. Los más baratos en Oregón, a 4, 91 dólares. Los más caros en Distrito Columbia, con casi catorce.
El precio, supongo, es el que dictará el cambiazo. Eso, y el tufo que el consumidor prefiera imprimirle a su ropa y, más de cerca, a su aliento.
miércoles, 14 de junio de 2017
¿Qué te pone fatal pero está de moda?
Mi esposo, que todavía andaba trasteando, es un trasnochador innato, en sus ganas de ayudar y supongo que irritado con la sonora intromisión, se le fue la mano con la dosis del jarabito, sirviéndome un extra de dextrometorfano. Debo decir que la tos accedió a marcharse, aunque no recuerdo si fue momentáneamente. Lo que sí recuerdo fue el efecto del medicamento. En el aseo, frente al espejo, me pareció que el cuerpo había ensanchado. La cabeza la veía por lo menos tres veces más grande que la de Marge Simpson, pelo incluido, con ojos a lo Peter Lorre en La Bestia con cinco dedos. La visión atroz me mandó a la cama.
Había tenido una alucinación.
Y esto viene a cuento porque parece que, mientras una parte de Estados Unidos se derrite bajo la heroína, también asistimos a un renacer de las drogas espirituales, sobre todo de la ayahuasca. Utilizada a manera de brebaje por los pueblos del Amazonas es un potente alucinógeno que arranca, según sus practicantes, un poderoso encuentro con uno mismo. Eso sí. Acceder a este nivel de conocimiento es costoso para el bolsillo. Las sesiones grupales rondan unos 500 dólares, (precio que varía según el estado). Y el cuerpo tampoco se va de rositas, ya que hay que someterlo a una cadena de vómitos (un cubo por participante va incluido en el costo) y visiones en las que el ayahuasquero se ve morir antes de alcanzar ese estado de suprema felicidad en el autoreconocimiento.
Me parece una desgracia que, para experimentar, llegar a la naturaleza de uno mismo, haya que pagar un dineral por ponerse malísimo, y, que, por si fuera poco, encima el éxito de la empresa no esté garantizado. No contento con esto el practicante tiene que someterse a un ritual de limpieza la semana previa a la ingesta del preciado té. La dieta excluye, lo han adivinado, alcohol, café, carnes, pescados, azúcares y la sal. Digo yo que será para compensar la broma.
La actividad no está hecha para todos. Por ejemplo, los que tienen la presión arterial alta o están tomando antidepresivos deberían evitarla a toda costa. A veces puede haber diarrea o palpitaciones. En casos extremos se han dado fallecimientos. Por eso, si uno se va a tirar al cubo, es altamente recomendable ponerse en manos de un experto. Un facilitador o chamán que mezcle las cantidades adecuadas de datura (otra planta) en la ayahuasca. El té, sobre todo en la fase inicial, activa la agresividad del que lo bebe (tal vez en parte se deba al tufo y al sabor fermentado, poco atractivos). Un facilitador, preferiblemente con conocimientos de artes marciales por si a alguien se le suben los malos modos, no parece mala idea.
Pocos laboratorios, interesados en las posibles propiedades terapéuticas de la planta, han comenzado a trabajar con voluntarios que sufren de depresión. Pero los exiguos resultados no son nada concluyentes. Y ya sabemos el milagro que salta cuando una sustancia llega a manos de las farmacéuticas...
La abuela está de moda. De momento es un negocio boyante. Ilegal, por supuesto. Los hippies de la costa Oeste la utilizan, también los yuppies en el Este. La gente, sobre todo los con dinero, está intranquila, insegura, aburrida... La genealogía tira y reconforta, no cabe duda. Y si encima es la abuela...