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lunes, 12 de febrero de 2024

En Arkansas, sí. En California, no.

California, siempre siguiendo el tufo tecnológico, ha anunciado que tiene una ley entre manos para hacer obligatoria la asignatura de Informática. De momento, solo en institutos. De aprobarse, el currículum del 2030-31 sería la fecha tope para su inclusión.  

California tiene problemas para continuar con su desarrollo tecnológico. A comienzos del 2023, el estado contaba con 45245 vacantes que requerían el conocimiento de estas Ciencias. Sin embargo, el número de personas que se graduaron de la universidad con este título bajo el brazo fue bastante menor. En el 2020, por ejemplo, solo 9339 estudiantes se sacaron la licenciatura. Y eso que el salario medio para este tipo de empleo es de, atención, 153544 dólares. 

Y otro datito. En el país hay veintisiete estados que tienen esta asignatura obligatoria en el insti. En siete de ellos, la asignatura en cuestión es obligatoria para hacerse con el título de graduado en ESO. Esos estados que han tenido más ojo son Nebraska, Nevada, Dakota del Norte, Arkansas, Rhode Island, Tennessee y Carolina del Sur. Lo que sorprende es que, en la lista, falten otros pesos pesados, como son un Massachusetts o un Nueva York, y que tengamos una lista con estados que, precisamente, no se caracterizan por su temple progresista. A ponerse las pilas.   

miércoles, 27 de septiembre de 2023

¿Cuántos profes nos faltan?

Hace tiempo que hablamos en este blog de las condiciones en las que se encontraban los funcionarios y los maestros en Kentucky, y, aprovechando el inicio de curso, volvemos a las aulas, esta vez a las del país al completo. Un estudio de Teachershortages.com nos confirma lo que ya sabíamos. A los colegios públicos les faltan profesores. Unos 55000. Lógicamente estas necesidades están repartidas por todo el territorio, pero parece que son los estados sureños los más afectados. Florida con sus 5294 ofertas de empleo es la que lidera el grupo. Carolina del Norte y Georgia por detrás, un poco menos asfixidas, con 3619 y 3112 plazas respectivamente. Los más holgados: Utah e Idaho.

Supongo que la caza de libros del gobernador de Florida y la poca capacidad de maniobra que se le deja al profe algo tendrán que ver con esta carestía. Del 1 de julio de 2022 al 31 de junio de 2023, tres mil trescientos sesenta y dos libros censurados a nivel nacional. Mil cuatrocientos seis se prohibieron en Florida. Texas ocupa el segundo puesto de esta lista con seiscientos veinticinco. A Texas, como nos imaginamos, también le faltan profes. Unos 1828. 

Supongo que, factores como los salarios, la flexibilidad horaria, o la posibilidad de que aparezca en el centro educativo alguien portando o, lo que es peor, usando un arma, también tendrán su peso en las decisiones de aquellos que estén pensando en solicitar una plaza. Esta situación, lógicamente, ha traído y está trayendo personal menos cualificado para cubrir esas vacantes. 

A veces, es el profe el que se despide. Los estados con mayor índice de renuncia. Kentucky a la cabeza. A poca distancia, Alaska. Estados como Florida o Indiana son incapaces de darnos esos datos. Decir que no solo faltan profes. Las escuelas públicas también andan cortas de personal en el comedor y de conductores de autobuses. 

Para paliar esta situación, algunos condados (sobre todo los más rurales) de Nuevo México, Idaho, Colorado, Oregón y Oklahoma han reducido la jornada laboral de sus profes a cuatro días y así hacer estas plazas más atractivas. No sé cómo funcionará en estos estados, pero imagino que el currículum hay que darlo, con lo que, probablemente, se habrán tenido que aumentar las horas de instrucción, lo que supone que, al terminar las clases del jueves, tanto alumnos como profesores acaben desplomados de cansancio. Ese aumento de horas tal vez también pueda perjudicar la capacidad de retención de los estudiantes. 


Por si esto fuera poco, agregamos el problemita de siempre. El dichoso dinero. Muchos padres trabajarán, con lo que, cada viernes, si uno no quiere que el niño se quede solo en casa, habrá que soltar la mosca para dejarlo con alguien.

En fin, vamos a ver si el empeño de algunos gobernadores por dejar la escuela pública por los suelos, da sus frutos. 

miércoles, 23 de agosto de 2023

¿Discriminatorio o no?

Y revuelo con lo que por aquí se llama legacy admissions, esto es, favorecer la entrada a la universidad de alumnos cuyos papás, mamás y otros miembros de la familia hayan estudiado en esa universidad. En algunos casos, los empleados de dicha institución también pueden acceder a este sistema.

Cuando un estudiante se gradúa normalmente sigue teniendo unos lazos emocionales con su alma mater, y, suele suceder que, si le va bien en la vida, o simplemente quiere seguir disfrutando de las oportunidades que su alma le ofrezca, el que fuera alumno matriculado demuestre su agradecimiento con cierta contribución económica anual. También existen los espontáneos, aunque son los menos. Personas que no tienen ninguna relación con un centro académico, pero que optan por contribuir al proyecto de la institución elegida con sus donaciones. Ni que decir tiene que, estos donantes, no suelen ser de origen afroamericano, ni hispano, ni tampoco asiático.

Harvard es la institución que, en estos momentos, está en el ojo del huracán por practicar este sistema. Menos de un 5% de los alumnos que solicitan acceso a Harvard vienen recomendados por familiares, aunque un 30% de los que entran a Harvard cada año proceden de este grupo. A decidir si esto es discriminatorio o no.   

El mayor problema con la abolición de esta práctica si sale adelante: la posibilidad de que haya menos donantes, con lo que, el alumnado más vulnerable, es el que sufrirá este recorte.

martes, 23 de mayo de 2023

"Chat te dije" que vino para quedarse.

Peggy Greb/Cortesía USDA ARS

Hace unos días el Washington Post nos confirmaba el susto. En el 2010, en la Universidad de Maryland, la proporción de alumnos universitarios matriculados en las artes y las humanidades con respecto a los alumnos matriculados en las Ciencias de la Computación y Tecnología Informática era de 4 a 1. Hoy, esta universidad tiene 2400 alumnos estudiando artes y humanidades y unos 3300 apuntados en esas Ciencias y Tecnología. Esta vuelta a la tortilla, según el Washington Post, no es solo cosa de Maryland. 

Preguntas, muchas. Aquí va una. Los alumnos que no consigan una chagptización óptima, ¿qué hacemos con ellos? Porque, lógicamente, con la demanda de estas Ciencias y tecnologías habrá una criba que obligará a muchos a reinventarse. De momento, siguen en auge las enfermerías y las económicas y empresariales.  

A pensar... Y rápido. 

miércoles, 18 de enero de 2023

¿A que no me pillas?

Cortesía USDA ARS.

Hoy nos vamos con la salud mental. Y es que el distrito escolar público de Seattle, en el estados de Washington, se ha atrevido a plantar una demanda contra la voracidad de los TikToks, Facebooks, YouTubes, Instagrams y los Snapchats. ¿Motivo? No es difícil imaginar. El distrito les achaca el estar alimentando la crisis mental que se viene dando entre los menores. Ansiedad, depresión o acoso en los medios digitales son algunos de los paquetes, al mejor estilo amazónico, a un clic de distancia, que no hacen más que entregarles estas plataformas. Con muchos alumnos inoculados por esta aciaga epidemia, el distrito escolar de Seattle se las está viendo y deseando para contratar a más personal cualificado que pueda atender las necesidades de estos chicos y chicas. 

Espantoso recordatorio. Los suicidios entre los adolescentes en edades comprendidas entre los 15 y los 19 años se han disparado. Los estados más afectados. Nevada, Colorado y Carolina del Sur. En diez años, un 29% más a nivel nacional. Seguramente el confinamiento haya tenido algo que ver, aunque los medios digitales no pueden, no deben, irse de rositas. 

jueves, 17 de febrero de 2022

De ratones y gais.

Qué temporadita llevamos con los libros. Hace unas semanas un distrito escolar en Tennessee nos sorprendía sacando un comunicado, el día 27 de enero, Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en el que anunciaba que prohibía la novel gráfica Maus, obra, precisamente, sobre el Holocausto, y cuyo autor es Art Spiegelman, ganador del Pulitzer en 1992 con esta obra. Creo que es el único autor de cómics galardonado hasta la fecha. 

 

www.flickr.com

Uno pensaría que, tal vez, la prohibición se debiera a un negacionismo de dicho suceso. Pero no. El distrito ha prohibido la obra, con el consiguiente aumento de ventas, por ocho palabras malsonantes, la imagen desnuda de una mujer (utilizada para retratar el suicidio de la madre del autor), la constante aparición de la violencia y por presentar el suicidio. 

Y en Florida también estamos buenos. La Comisión de Educación y Empleo de la Cámara de Representantes acaba de aprobar la Ley de los Derechos de los Padres en la Educación, vulgarmente conocida por "No digas gay", y por la que en los centros de primaria se prohíbe hablar de temas de identidad sexual. Los profesores pueden ser expedientados, por supuesto, y perder sus puestos de trabajo, ahora que, precisamente, es tan fácil encontrar recambio

Supongo que los libros infantiles que traten estos temas no verán las estanterías de las bibliotecas escolares de Florida. Lo mismo estén pensando en dejarle el hueco a Maus

jueves, 15 de octubre de 2020

El saber más, cuestión de supervivencia.

El formato virtual o híbrido al que nos ha condenado la pandemia parece que ha descontrolado la cantidad de deberes que los profes mandan para casa. Si esta hubiera pillado a los niños de 1901, por lo menos a los de California, se hubieran librado de ellos. Es más, por aquel entonces, una ley prohibía que los menores de 15 años se llevaran trabajo a casa, ley que fue derogada en 1917. 

Pero no fue hasta la Guerra Fría, en concreto hasta el lanzamiento del Sputnik, en 1957, cuando el país comenzó a tomarse en serio "la amenaza rusa". Y de ahí, el ascenso meteórico de los deberes, sobre todo de las tareas de ciencias, matemáticas e idiomas, hasta llegar a otra nueva amenaza en los 80: la competitividad japonesa. Durante las décadas intermedias, los años 20 y la Gran Depresión, se siguió defendiendo, sobre todo por aquellos que eran de ideología más liberal, que hacer deberes en casa era una pérdida de tiempo y que, además, era pernicioso para la salud del estudiante. El filósofo y psicólogo John Dewey fue uno de los máximos exponentes de este movimiento antideberes. En los años 30, la Asociación de la Salud del niño le dio la razón a Dewey, defendiendo en un estudio que mandar deberes era un delito legalizado y que, hacerlos, aumentaba la tasa de mortalidad adolescente. El sedentarismo era el culpable, ya que propiciaba la diabetes, enfermedades cardiacas y la tuberculosis. 


Pero con la escasez de empleos que dejó la Gran Depresión, los estudiantes comenzaron a quedarse en el cole o en el insti después de clase con la esperanza de aprender más y hacerse con un buen empleo. Y así, hasta el Sputnik, que, a su vez, lanzó la National Defense Education Act, La Ley educativa para la defensa nacional, un billón de dólares americanos que se tomaban el saber más como una cuestión de supervivencia.  

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Paciencia y más paciencia.

Por lo visto, los papás y mamás de algunos estados, entre ellos los de Massachusetts, Nueva York, Oregón o Florida, no tienen miedo al virus, y piden que sus hijos regresen a las aulas. Según ellos, la educación virtual deja mucho que desear, por eso reclaman la asistencia presencial. Tanto es así, que han llevado el asunto a los tribunales.

No cabe duda de que si los estudiantes se quedan en casa, correrán menor riesgo de llevarse el virus puesto. Ya sabemos que autobuses, comedores, pasillos y baños, inevitables puntos de reunión, pondrán al virus en su salsa. Por otra parte, es comprensible que muchos padres quieran la vuelta al cole presencial. No solo por la calidad de la enseñanza, sino porque, en casa, no disponen de la tecnología necesaria para afrontar el nuevo curso académico. Y no hablemos de los padres con hijos que tienen necesidades especiales. Un panorama francamente espeluznante.

Tampoco debemos olvidarnos de la doña economía. Hay familias que se se verán obligadas a quedarse en casa para cuidar del alumno/s porque no tienen dinero para meter en casa a alguien que se ocupe de ellos. Y también tendremos a aquellos que necesiten usar muchas veces el único ordenador que hay en casa para ganarse el jornal.


A group of children at a District School in cotton picking season. Petty's Chapel District School #20, near Corsicana. Only 40 per cent of the children who attend are here because the cotton is still being picked, in most districts the school term is being shortened to accommodate the picking. The children are above the average of country school children and this is an exceptional school, only two of the ten families represented here being "Renters" (see Hine Report on Texas). These children are getting 8 months school. Most of the rural schools in Texas give them 6 months or less. All these children, from the 5 year old up pick cotton.  Location: Corsicana [vicinity], Texas.
Algunos estados americanos barajaban la posibilidad de convertir iglesias, supongo que previo pago, en escuelas. Desde luego acústica no les falta y tampoco espacio, sobre todo en esas mega iglesias. En España será por iglesias...

Lo único en lo que sí podemos ponernos de acuerdo es que personal, recursos y mucha paciencia es lo que va a faltar en todo el orbe.

jueves, 2 de abril de 2020

Que corra el wifi.

Y en Estados Unidos, el país donde no falta la tecnología, también pasan estas cosas: un 17% por ciento de los estudiantes menos favorecidos en el plano económico no tiene recursos para usar la internet en casa. Si hablamos de estudiantes de color, la cifra sube al 25% .

Incluso los que tienen internet en casa suelen hacer la tarea en bibliotecas porque allí, además, cuentan con apoyo extraescolar. Cuando nos referimos a la población estudiantil con menos recursos, el uso de las redes públicas sin duda es superior.

Cortesía de USDA ARS
Algunos alumnos, sobre todo los de zonas rurales, estos días estarán haciendo las tareas probablemente desde el asiento de un coche aparcado en el recinto de la biblioteca. Las bibliotecas están dejando correr el wifi y no hace falta contraseña para acceder. No sé si estará sucediendo lo mismo con el wifi de los colegios e institutos, pero cualquier ayuda es poca.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Los brujos de Salem se salen

Algo muy malo tiene que estar pasando en la sociedad cuando criaturas que no levantan un palmo del suelo son unos destrozaclases. Esto es lo que está pasando en Salem, Oregón. En los colegios públicos, los objetos vuelan de rabia. La sexta fotografía de la galería habla por sí sola, (quizás haya quien piense que las fotos son imágenes trucadas). Esta gente menuda no solo carga contra lo inanimado sino que también sacude al personal. Objetivo normalmente profesor, claro, aunque ningún adulto que trabaje en el centro escolar ni los compañeros de babi están fuera de su radio de acción.

Story hour in the first grade

Supongo que algunos papás se negarán a creer que sus angelitos tengan fuerza suficiente como para hacer daño a un adulto, por muchos insultos, vejaciones, patadas, arañazos o mordiscos que puedan arrear. De vez en cuando, a algunos de estos alumnos díscolos también les da por armarse con barras de hierro que hunden al que pretenda quitársela, objetivo que a veces logran. La razón: al encorajinado no se le puede tocar. En su lugar, el profesor tiene que aislar al airado y sacar a los otros pequeños al pasillo o llevárselos a una clase que, en ese momento, esté vacía. Hasta que la criatura se calme y decida que no vale la pena perseguirlos pasillo abajo en plan Muñeco diabólico. A veces, el airado actúa con otros airados al mismo tiempo, lo que, obviamente, dificulta las tareas de protección e instrucción.

Este declive en el comportamiento de los alumnos comenzó hace cinco o seis años. Algunos profesores dicen que los móviles han acentuado este descalabro. Desde luego, algo tiene que cambiar en el distrito escolar de Salem. Y ojo avizor para los estados restantes, que, con las redes sociales y el gusto por la imitación, los brujos de Salem, se salen (de sus fronteras).       

martes, 26 de noviembre de 2019

ABCD...

Y seguimos con la alfabetización en este país. Wikipedia nos dice que en Estados Unidos es de un 99% pero la National Literacy Society (Sociedad nacional de alfabetización) presenta un panorama un tanto más oscuro.


  • Unos 36 millones de personas, una de cada seis adultos, no sabe leer una solicitud de trabajo ni comprender instrucciones ni leer en Internet (COABE, 2017). La COABE es la Coalición de educación básica para adultos.  
  • Dos de cada seis adultos no sabe leer ni interpretar un horario de tren.   
  • También hay treinta y seis millones de adultos en este país con un inglés precario. No sé si esos 36 millones son los mismos que los del primer punto. 

Según la UNESCO hay 781 millones de adultos analfabetos repartidos por todo el mundo. A echar cuentas.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Horror de horrores

Ya de vuelta a las Américas me ha dado por husmear a cómo va el nivel cultural en Estados Unidos. El PIAAC, Program for the International Assessment of Adult Competencies (Programa para la evaluación internacional de habilidades en adultos) compara estos resultados. Y se confirma lo que ya sabíamos. Que en comprensión lectora Estados Unidos está en los baremos normales de la media internacional, mientras que las habilidades numéricas y la capacidad de analizar dejan bastante que desear. He aquí una de las preguntitas que se presentaron a los examinandos (minuto 1:58).

Tenemos cuatro artículos. Tarro de mantequilla de cacahuete, sopa de tomate, zumo de naranja y tiras de jamón seco. Cada uno lleva su precio, en dólares, el peso en onzas, y la fecha de envasado que sigue el sistema mes/día/año. ¿Cuál fue el producto que se envasó primero? 



Bien, pues parece que esta pregunta tuvo muchos patinazos. Un 10% derrapó. Y horror de horrores. Solo Francia, Italia y sí, también España, tuvieron niveles más bajos que Estados Unidos en el apartado numérico.

Y digo yo que si el tarro de mantequilla lo hubieran sustituido por uno de nocilla, la sopa por un gazpacho, y las tiras por un señor jamón, otro gallo nos hubiera cantado.

jueves, 7 de noviembre de 2019

¿Qué vota América?

Front view of White House


Y aquí en Madrid, llevo ya unas semanas, con las generales encima, y en América en fase de calentamiento con las locales y estatales del martes 5 de noviembre. Y parece que el personal se ha decantado por un abucheo a la política trumpetista, sobre todo en Virginia y Kentucky, donde las propuestas de acabar con lo público en lo sanitario (Medicaid) y de recargar a los profesores, de por sí ya bastante electrizados entre salarios irrisorios, carga lectiva y simulacros de trincheras, han sido rechazadas.

Vamos a ver si España, el 10 de noviembre, quiere lo mismo o se queda con la recarga.     

lunes, 28 de mayo de 2018

La beca de mi vida es un ...


La vida está plagada de colmos de la indecencia. Aquí va este. Un@ ofrece cuatro años de su vida impartiendo una materia, normalmente en un centro escolar con familias con pocos recursos económicos, y a cambio el gobierno ofrece unas becas al profesor@ para que se costee su título académico, que suele ser una licenciatura o un máster. Lo malo de estas becas es que, sin comerlo ni beberlo, pasan a convertirse en señores préstamos con los pertinentes intereses acumulados.

A nuestra querida Secretaria de Educación, Betsy DeVos, se le preguntó si creía que se hacía necesario introducir una normativa para solucionar esta barbaridad y se marcó un "Me parece que no". A ella le parecerá un "No", pero no deja de ser indecente.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Con la burocracia hemos topado

Mientras Estados Unidos anima a Japón a que le compre armas que le permitan quitarse del medio cualquier misil norcoreano, Betsy DeVos, Secretaria de Educación, parece que también está con un pie en el aire. Esta mujer recomendada por Jeb Bush levanta pasiones. Se la quiere tanto, que hay que gastarse un dineral, millones de dólares, para protegerla tanto en vivo y en directo como a través de las redes.

Dicen las malas lenguas que quería recortar personal de algunos departamentillos de su cartera y ahí ya es cuando ha saltado la alarma. Otros dice que la cartera le viene grande. Con la burocracia ha ido a dar.

martes, 6 de junio de 2017

Que soy claustrofóbico. Pues te aguantas...

Evergreen State College otra vez. Nadie sabe lo que está pasando ahí. Locura por descontado. El Día de Ausencia se ha convertido en el Día Después de Presencia, pero solo en la oficina del presidente, el doctor George Bridges.

Hasta allí se fueron a protestar y a acorralarlo, con escupitajos grotescos que fluctuaban entre el What the fuck are you gonna do? (¿Qué coño vas a hacer?) o un baja las manos. Pero tres de mis favoritos sin duda fueron la respuesta que se lleva el presidente al decir que sufre de claustrofobia, así aprendes lo que tienen que aguantar las embarazadas, la de la estudiante, por llamarla de alguna manera, que exige que se la excuse por no haber entregado sus tareas ya que, como se ve, solo ha podido emplearse a fondo en la oficina del rector y la del estudiante con hambre voraz, que ya que se pone a pedir una compensación por el mal rato que les está haciendo pasar, pide gumbo, un plato típico de Luisiana que tiene varias versiones, pero me temo que este alumno solo se conformará con la cara.   

En esto se resume la educación de algunos. En un te mangoneo porque puedo y en un te fastidias que no me llevo los deberes a casa. Y no te olvides de mi sobresaliente, ¿eh, Georgie?

Por cierto que, para gustarse más, han decidido colgarse en youtube. Aquí los dejo. Marinándose en su gumbo (minutos 11:41-14:24). 


domingo, 26 de marzo de 2017

El Napoleón que llevamos dentro

Acabamos de enterarnos de que otro fichaje de la prestigiosa universidad de la Universidad de California en una de sus sedes, la de Berkeley, ha sido acusado de acoso sexual. Y me sabe mal primeramente por él, porque el profesor en cuestión tiene ya unos cuantos añitos, 84, y lógicamente, por las personas que lo quieren y respetan. 

Recuerdo que la primera vez que entré en contacto con las ideas de la filosofía del lenguaje del profesor Searle fue en mis años de universitaria. Pero mi intención no es traer aquí sus teorías pragmáticas ni tampoco evaluarlas, ni siquiera me interesa su comportamiento, atestiguado o no.

Yo, de lo que quiero hablar es de otra cosa, de ese pequeño complejillo napoleónico que, seguramente, hemos debido de tener todos, o muchos, y que suele dar en la veintena y que es especialmente agudo entre los estudiantes americanos de clase media alta de ideología liberal (nótese que este término lo uso en contraposición al término conservador) y que pueden permitirse el lujo de estudiar en las universidades estadounidenses más prestigiosas. La Universidad de California es, seguramente, el buque insignia de la liberalidad de este país.   

Si ya de niños despuntan nuestras dotes de mando, es en la juventud cuando nos hacemos inaguantables. Y claro, en la universidad liberal (aunque precisamente Searle haya declarado haber votado a 
G.W. Bush) es donde ese caldillo bulle a borbotones. 

Ahora resulta que, a muchos estudiantes, esta acusación no les ha tomado por sorpresa. Algunos de los que han pasado por las clases del profesor lo califican de tremendo egocéntrico, libidinoso y misógino. Vamos, que lo que ha pasado les parecía inevitable. Y no dudo de que pueda ser todo eso y más, pero cuando uno busca matricularse con un profesor determinado tiene que aguantar eso. Ojo, vaya por delante que no estoy intentando justificar el comportamiento del citado profesor. 

Distinto sería, lógicamente, que dijera o cometiera barbaridades injustificables. Pero si el profesor/a es un misógino y se queda en comentarios, otra cosa es que sean de mal gusto, el que pierde es él o ella, aunque, francamente, a decir por la cantidad de alumnos que se matriculan en sus clases, la verdad es que no debe importarles mucho esas rarezas. 

Eso sí, cuando les importan de verdad, esos alumnos lo hacen notar. Hace tiempo que las universidades, sobre todo las liberales, están acalambradas por una labor de limpieza. Lo suyo es casi de dentista porque a los alumnos tomados por esta misión lo que les importa es mantener una buena higiene bucal. Me explico. Se trata del código "eso no se puede decir". Su labor depurativa es tan concienzuda que su instinto napoleónico se ha encaramado a la tarima del aula. Con estos ejemplos se verá lo que quiero decir. En Harvard algunos alumnos pujaron por eliminar de las clases de Derecho las leyes que trataban las violaciones. En otra universidad de Massachusetts una profesora escribió un artículo que versaba sobre el uso y abuso del sempiterno tema del sexo y de cómo se está manipulando para crear una especie de paranoia en las universidades. Rápidamente, y a instancias de los alumnos que se habían sentido ofendidos, se la sometió a una investigación. 


Los estudiantes también tienen que andarse con pies de plomo entre ellos. Una metedura de pata puede ser mortal y requerir una extirpación inmediata. La hasta el momento inocua pregunta del "¿y tú, de dónde eres?" (al preguntarse se puede presuponer que no se es americano) ha pasado a tener la fuerza de una manada de elefantes. El rizo rizado de la tontería llega hasta límites irrisorios cuando, en una universidad que conozco bastante bien, unos alumnos asiáticos colgaron una pancarta en la que se podía leer: "Pero, ¿no eras bueno en Matemáticas? Soy daltónico. No veo razas", pero que duró menos que el cantar de un vizcaíno, pido perdón por adelantado, no pretendo herir susceptibilidades, porque otro grupo de alumnos, también asiático, se sintió a su vez ofendido porque consideraba que la pancarta resaltaba su asiaticidad y, por tanto, su superioridad matemática.

Tóxico, en caso de que me lo pregunten. Tóxico. El tener que andarse con parihuelas hace que todos salgamos perdiendo. Nociones que son de obligado aprendizaje, 
¿cómo se va a defender o acusar de otra forma a una persona implicada en una violación si no se conocen las leyes? Se me ocurre, por ejemplo, que en las clases de anatomía se pasen de largo ciertas partes o que, en un boca a boca, el pecho ni tocarlo, tiremos de bomba para bicicletas en lugar de labios para la resucitación. Ni que decir tiene que la alarma ha cundido y que muchos profesores no es que no estén a gusto, es que salen temblando de las clases. Así no hay quien dé pie con bola.  

No es que se esté perdiendo el sentido del humor, es que algunos están empeñados en aplastarlo. Si las bocas de Richard Pryor, George Carlin o Lenny Bruce, probablemente la más sucia de las tres, volvieran a abrirse, pondrían el grito en el cielo. 
Chris Rock, otro comediante, ya ha dejado de ir a las universidades y Seinfeld también ha dejado oír su queja. Sí. Los estereotipos existen y, precisamente por eso, hay que saber tomárselos con humor. El propio Pericles tenía sus imitadores. ¿Es que vamos nosotros a ser más que Pericles? 

Aquí dejo un video del sensacional Don Rickles para ver si nos sacudimos un poco la tontería. Momento desternillante 2:37-3:14

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Cómo lo quiere picante o poco hecho?

A RateMyProfessors.com, una de las páginas webs más visitadas para evaluar la labor de los profesores universitarios, le ha salido otro competidor, y parece que está pisando fuerte.

RateMyProfessors.com se basa en un sistema numérico en el que se puntúa del 1 al 5 la calidad del profesor y la dificultad para aprobar la asignatura, siendo el 5, la calificación más alta. Un 5 en dificultad significaría que el profesor haría sudar al estudiante. Además, se puede enfatizar si el profesor o profesora evaluado está de buen ver, añadiendo un pimiento rojo (digo yo que será un chile). Vamos, que los gordos, feos o los viejos no se comerían un rosco en este apartado, aunque, esperemos que este método de puntuación, bien pudiera importarles un pimiento.
En este buzón se puede encontrar todo tipo de comentarios sobre el profesor en cuestión, pero, normalmente, las quejas y recomendaciones para evitar al indeseable son las que más abundan.

Pero Professor Watchlist ya es otra cosa, porque recoge el nivel de indeseabilidad del profesor basándose en su actuación ideológica en el aula. Su misión: "exponer y registrar a los profesores que discriminen a los estudiantes conservadores, fomenten valores antiamericanos y promuevan propaganda izquierdista en el aula". La página web que salió hace unos lunes al mercado pertenece a Turning Point USA, un grupo centrado en "educar e identificar a jóvenes que se encarguen de fomentar los principios de libertad de los mercados y la limitación gubernamental".

Su sistema no es numérico, sino que es un cuestionario en el que se pide al denunciante, entre otras cosas, que incluya el nombre del profesor, que explique cómo supo de este profesor y que describa lo que hizo. También se ofrece la oportunidad de incluir un video o una foto del profesor en cuestión, fastidiándola.

El artífice de este negocio es Charlie Kirk, un millennial de Illinois al que desde hace unos años, y eso que no creo que pase de los veintidós, se le ve en la tarjeta de sucesión a Trump. Según la joven promesa, Turning Point "es visible, muy agresiva".

Vaya, otra vez con la agresividad a cuestas y esas cositas tan feas que suelen acompañarla: racismo, sexismo, discriminación y el dichoso nativismo. La monetización y el estrellato hacia la fama a veces emite este fulgor.

Muchas universidades cuentan con mecanismos internos para decidir si los cargos presentados contra un profesor, casi siempre de carácter anónimo para evitar que la rabia del acusado se refleje en las notas del denunciante, merecen ser castigados. No obstante, es cierto que la plantilla universitaria suele ser de ideología demócrata y puede mostrarse parcial hacia el profesor o profesora imputado. Sin embargo, el caso de Oberlin College, una universidad de clara inclinación demócrata, ha demostrado que no tiene por qué ser así, despidiendo a una de sus profesoras.

Irremediablemente es prácticamente imposible disociar la ideología de la persona, por eso, para evitar este tipo de conflictos al profesor le quedarían dos opciones: admitir desde el principio sus inclinaciones políticas o tragárselas. Así solo quedaría en manos del estudiante decidir si va a elegir la experiencia del profesor izquierdista o prefiere la de otro. Eso sí, juego limpio. Nada de apañar imágenes ni de sacar frases de contexto cuando se suban las ofensas a la página para destrozar al liberal que a sabiendas se escogió porque eso solo crearía... miedo.

Evidentemente no se trata de convertir a los estudiantes, sino de ofrecerles armas que abracen distintos puntos de vista para combatir la desidia mental. Los problemas surgen cuando bien el profesor no ha declarado su ideario o no ha sabido mantenerlo a raya o cuando el estudiante es incapaz de discriminar entre lo que es una opinión personal de lo que es el análisis y la interpretación, lanzándose irremediablemente a los brazos de la ofensa.

Y ahora que lo pienso, ya que el pimiento, ese nativo americano está prometido, ¿no sería mejor que Kirk tirara de una hamburguesa cruda, medio hecha o chamuscada en su portal para evaluar al profesorado? 

Americanísimo, sin duda. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Ni la familia ni el perro: la universidad

Como Robert Morin no tenía familiares ni animales en casa a los que dejar su fortuna, le pareció que, su alma mater, entidad para la que trabajó casi cincuenta años como bibliotecario, merecía sus dineros. Y la universidad, en concreto la Universidad de New Hampshire, con buen criterio destinó cien mil dólares para la biblioteca y un millón de dólares para un videomarcador, porque, al fin y al cabo, a quién le interesan los libros.

Recuerdo que en una de las universidades por las que pasé, uno de los rectores, no llegué a conocerlo, compartía la misma filosofía, aunque ya le hubiera gustado el mismo donativo. ¿Para qué mantener bibliotecas cuando los alumnos pueden descargarse el material de Internet?  Me viene ahora a la mente que se le invitó a que se marchara, según tengo entendido, por unos fondillos mal empleados.

El videomarcador, por otra parte, es una inversión de futuro con fabulosas aportaciones. El ánimo y el rendimiento del equipo de fútbol americano agraciado con esta tecnología subirá como la espuma. A partir de ahora, nada de ser el patito feo. Y para la universidad. Menudo touchdown. Un aluvión de peticiones solicitando el alquiler de su flamante campo la desbordará.

De esto, las universidades, sobre todo las privadas, saben mucho porque, para mantenerse en juego, un estadio deportivo es prácticamente una cláusula insalvable. Por cierto, que sigo leyendo y me doy cuenta de que el legado asciende a cuatro millones de dólares. Dos millones y medio serán destinados a embellecer otras zonas del campus. Si los cálculos no me fallan, dos y medio más la cantidad arriba mencionada asciende a tres millones seiscientos mil dólares.

Los cuatrocientos mil que faltan, ¿los emplearán en pompones para las animadoras?

miércoles, 13 de julio de 2016

El limón en la cara

Allá por los 90 David Dunning y Justin Kruger, dos profesores del departamento de Psicología de la Universidad de Cornell, en el estado de Nueva York, llevaron a cabo una serie de experimentos que, básicamente, corrobora la siguiente teoría: los que saben menos, piensan que saben más y viceversa, los que realmente saben, piensan que no saben tanto. A esta falta de modestia se la conoce como el efecto Dunning-Kruger.

Para su estudio, parece ser que los investigadores se inspiraron en un atracador de bancos, McArthur Wheeler, arrestado en Pittsburgh. Wheeler actuó bajo la creencia, errónea, por otra parte, de que si se embadurnaba la cara con zumo de limón, su rostro se tornaría invisible. Al fin y al cabo si el líquido servía como tinta invisible en la caligrafía, era lógico pensar que su rostro también se desvanecería, siempre y cuando no estuviera expuesto a un foco de calor. Para comprobar la fiabilidad de su conclusión, incluso se tomó una fotografía, por aquellos días con una polaroid, que le fue devuelta en blanco. Tesis corroborada. A por el golpe.

Esta sobreestimación de las capacidades de uno es bastante común en Estados Unidos, a diferencia de otros países, como los asiáticos. Esta falsa creencia se les instala desde la infancia, donde frases como "Yes, you can", (Sí, tú puedes), incitan a dicha creencia. Y no hay nada malo con creer que, con esfuerzo y la búsqueda insaciable de la perfección y el refinamiento de las destrezas, no se pueda conseguir los objetivos propuestos. Lo malo viene, como se ha visto, cuando se asume que se sabe, y esa es una de las más terribles presunciones.

Desgraciadamente Wheeler está muy presente en las aulas. Es común encontrar alumnos que demandan una nota mejor, simplemente por haber hecho el esfuerzo de ir a clase, por, como diríamos vulgarmente, calentar la silla. Las universidades tampoco han quedado inmunes a esta onda expansiva.

El esfuerzo está denostado, de capa caída. Y todo por culpa de la titulitis, la presión social que fuerza al estudiante a avanzar, a veces, como un buldócer, sin mirar a los lados para ver si ha dejado heridos en su camino. Y pasa en las mejores familias. Como la de Harvard, en Massachussets, donde hace unos años, un profesor se dio cuenta de que unos 125 alumnos habían compartido examen, un examen, para hacer en casa.

Bajo el ala de esa perniciosa influencia, de esa ilusión, el "yes you can" malentendido, a veces el alumno se turba, se desespera, y puede llegar hasta el delirio, que, con demasiada frecuencia, nos sorprende con su cara más trágica.

Ya va siendo hora de que nos quitemos el limón de la cara.