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lunes, 4 de enero de 2021

Aquí, un poco de todos.

Las especulaciones no paran de llegar. ¿Quién será el candidato presidencial para el 2024? La respuesta es obvia. Si Trump decide meterse en la carrera no hay quien lo tosa. En caso de que su salud o su situación económica se lo prohibiera, ahora mismo debe tener sus arcas un poco exhaustas, quizás pasara el bastón de mando a alguno de sus herederos, probablemente a Eric, el mediano, o a Ivanka. 

Entre los políticos de carrera contamos con la opción obvia: Pence. Que está a dos bandas. No quiere defraudar a Trump, ya ha dicho que lo apoyará en su decisión de seguir adelante con su deseo de invalidar la decisión del Colegio Electoral, pero tampoco quiere parecer un vendido y se ha desmarcado pidiendo a un juez federal de Tejas que desestime una demanda del republicano Louie Gohmert, en la que lo vituperaba por no haber invalidado dicha decisión. Como era de esperar, el juez rechazó la demanda. 

Los tejanos republicanos ya se la tienen guardada. Y los de Arizona también. Pence hará lo que pueda para salir del apuro y aguantar hasta que llegue la una de la tarde del 6 de enero. Ese día, el vicepresidente se limitará a cumplir con sus funciones: abrir, por orden alfabético, los sobres de cada estado, preguntar a sus señorías si tienen alguna objeción y anunciar al ganador.        

A día de hoy, domingo, tenemos a once magníficos intentando marcarse un tanto ante los ojos del presi, que ya le han declarado su apoyo incondicional en su carrera hacia la invalidez de las elecciones. He aquí los senadores. Ted Cruz, de Tejas, Ron Johnson nos llega desde Wisconsin, James Lankford defendiendo Oklahoma, Steve Daines saluda desde Montana. Por Luisiana asoma la cabeza de John Kennedy, Mike Braun en Indiana, Marsha Blackburn de Tennessee y Bill Hagerty también de Tennessee, Roger Marshall de Kansas, Tommy Tuberville de Alabama y Cynthia Lummis de Wyoming. Pero estos también se andan con ojo, ya que, como Pence, tampoco quieren perder el favor del lado republicano en el Congreso, y han untado su decisión con una falsa pátina de buen hacer político: moratoria de diez días para seguir investigando la legitimidad de los resultados en los estados en los que aún algunos republicanos piensan que hubo fraude electoral.  

Y aquí otros contendientes en caso de que la opción Trump descarrile.

Nikki Haley, de padres de la India, fue exembajadora en Las Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur. Tiene bastante tirón entre las clases más educadas y sería una rival poco recomendable para Kamala Harris.  

Tom Cotton, de Arkansas. Veterano de guerra de Iraq y Afganistán. Y es de armas tomar. De Tejas, el gobernador Greg Abbott. De Maryland, el gobernador Larry Hogan. Entre las personalidades más conocidas: el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el gobernador de Florida Ron DeSantis, el secretario de Estado Mike Pompeo, el senador Marco Rubio de Florida y el también senador Rick Scott de Florida.

Y el espectáculo nos lo trae la Fox, mandando a la ecuación al presentador Tucker Carlson.

Aquí, un poco de todos. 

jueves, 5 de noviembre de 2020

Y para relajarnos, una de marihuana en..

Y para relajarnos, qué tal un recorrido por Arizona, Nueva Jersey, Dakota del Sur y Montana, que ayer mismo decidieron rellenar el circulito con el sí quiero al consumo de marihuana con fines recreativos, siempre que se sea mayor de 21. A celebrar el nuevo ciclo electoral con más impuestos... 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Allá vamos...

Allá vamos.

Acción legal contra Pensilvania, por permitir recuento de votos enviados por correo dentro del plazo establecido y petición de Trump de recuento de votos en Michigan. Normalmente esta petición se contempla si la diferencia está por debajo del 1% . Seguramente caerá otra en Nevada.

Sí, señor presidente.

 A las diez vuelven a abrir las urnas en Allegheny, el condado donde vivo, para seguir con el recuento. Más de 144000 votos aún por escrutar. Y, lógicamente, el escáner de las tragaperras se atoró, con lo que habrá que contar unos 29000 votos a la vieja usanza. En Pensilvania, con un 64% escrutado, más de dos millones de voto todavía sin amo que, en estos momentos, el presidente clama son hijos ilegítimos a los que no hay que querer... Tengamos en cuenta que, los votos que quedan, son mayoritariamente demócratas, ya que el cuerpo republicano, más valeroso, no teme al virus, y prefiere confirmar in situ que su voto ha entrado.  

El conteo seguirá hasta el viernes por la mañana. En Wisconsin y Michigan supongo que terminarán antes. 

Me atrevo con predicción. Nevada, Michigan y Wisconsin para Biden. 270, la cifra mágica que Trump intentará llevar hasta el Supremo para que se estrene la nueva jueza. 

La verdad es que a América no se le puede echar en cara que no sabe cómo mantener el suspense. 

Y una cosa más. Ayer claramente se vio que, el partido republicano, es Trump.  Así que lo que el presi diga...

martes, 3 de noviembre de 2020

Calentando motores.

Calentando motores. 

A las 3 de la tarde solo dos almas para ejercer el derecho al voto. Fuera, dos pancartas anunciando a los candidatos de cada partido clavadas en el césped de la iglesia electoral. Las pancartas tienen que estar situadas a más de diez pies (unos tres metros) de la entrada, ya que está prohibido hacer campaña electoral bajo las narices, estos meses encapotadas, del votante. La mesa electoral, dos pupitres separados por una mampara de plástico transparente. Hay que enseñar carnet de conducir o algún tipo de identificación que contenga una fotografía. Cuando el miembro de la mesa da con el nombre del votante, este tiene que firmar. Se le pide que retenga el bolígrafo, ya que, a continuación, otro miembro en una mesa más lejana, le hace entrega de una papeleta blanca, kilométrica, una cartulina, en la que uno deberá rellenar de tinta azul, sin salirse, el círculo elegido. En caso de borrón o de que uno se salga del círculo, hay que repetir la jugada y pedir otra papeleta. Eso dicen las instrucciones en el margen superior izquierdo.

Primera opción el grupo demócrata. Segunda republicana y tercera libertaria. Y cuarta, a rellenar con el nombre del candidato que uno quiera. Ejemplo: Tom Cruise. Arnold Schwarzenegger quedaría invalidado ya que el pobre no nació en Estados Unidos y, por lo tanto, la presidencia le está vetada. 

El votante se sienta en unos pupitres más alejados. Están cubiertos por amplias orejeras de cartón blanco que llevan la bandera estadounidense estampada en el centro. Una vez acabado el proceso de selección, uno de los vocales da instrucciones al votante para que, en una maquinita que parece una tragaperras de bar, se meta la papeleta boca arriba. Hay que esperar unos segundos para que el aparato dictamine que todo está a su gusto y nos despida con un ha votado


Antes de salir, el vocal que tiene asignada la vigilancia de la puerta de acceso despide al votante con una pegatina, un duplicado del mensaje que dio la maquinita pero en papel: ha votado. 

Esperemos que ni la tecnología ni los profesionales que la tratan hagan de las suyas esta vez.   

domingo, 18 de octubre de 2020

Va a tener razón...

Pues es probable que el presidente vaya a tener razón. Que votar por correo no sea una gran idea, sobre todo después de que se haya pillado in fraganti a varios trabajadores de correos tirando votos a la basura. El día 7 de octubre fue en Nueva Jersey, feudo demócrata, donde 99 votos aparecieron en la papelera. Hace unos días, en Kentucky, que no es demócrata pero que, casualidad, vio unas cien papeletas de votantes demócratas también en la papelera.

Y, para facilitarle al ciudadano la papeleta, estados como Florida, Luisiana o Pensilvania han tenido sus respectivas webs con caída de tensión, ya que no dan abasto con tanto tráfico y el personal no puede registrarse para votar. En Virginia, alguien se marcó la gracieta de cortar un cable, con lo que el apagón obligó a que un juez federal tuviera que añadir un par de días al plazo de inscripción. Florida también ha dado un día más. Mientras que en Pensilvania, aunque la web estuvo unas cuantas horas no operativa, la fecha no se ha cambiado. Mañana, lunes, es el último día para registrarse.

Y parece que vamos a tener récord de participación. A 11 de octubre, se han recibido 9,3 millones de votos. Por estas mismas fechas, pero de hace cuatro años, en octubre del 2016, no se había llegado al millón y medio de papeletas. 

Y, por lo que parece, la covid-19 no pinta muy bien para el presidente, que, probablemente, impugnará el resultado ante el Supremo. Y así nos plantaremos por lo menos hasta febrero, con alguna que otra sorpresa más que el Senado logre colar. El presidente ha manifestado que, en caso de perder las elecciones, contempla la posibilidad de abandonar el país.  

Me parece que sí, que el presidente va a llevar razón...

martes, 15 de septiembre de 2020

¿Recortar, por qué?

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, Trump quiere dejar bajo mínimos el poder de los inmigrantes y de las minorías. Dinero, cuanto menos vean, mejor. Pero es el daño político que puedan hacerle lo que le preocupa más. Cuantos más se cuenten, mayor es el riesgo de que los asientos del Congreso, por no mencionar los del Colegio Electoral, se tiñan de azul demócrata.

Women of America! If you want to put a vote in in 1920 put a (.10, 1.00, 10.00) in now. National Ballot Box for 1920

Trump ya comenzó dando latigazos el año pasado con la preguntita que quería incluir en el censo: ¿es usted inmigrante? En caso de obtener respuesta afirmativa, su plan era que la cabeza no contara. El Tribunal Supremo le tumbó la iniciativa. Hace unos días, el 10 de septiembre, un juzgado federal compuesto de dos jueces republicanos y uno demócrata ha declarado ilegal sus ganitas de excluir a los inmigrantes del censo. El presidente parece que no gana para disgustos, porque, el mismo día, otro juzgado federal, pero esta vez en la otra costa, en San José, California, le ha vuelto a parar los pies.

En un principio estaba previsto que el conteo de la población acabara el 24 de octubre. Pero la mano del cuerpo ejecutivo logró hacer un requiebro y pasar la fecha al 30 de septiembre, para que así hubiera menos tiempo para contabilizar al personal. Pues bien, la juez Lucy Koh ha vuelto a frenar las ansias trumpistas con una orden que impide que se comiencen a relajar las labores de conteo. El viernes, 17 de septiembre, audiencia judicial. De salir adelante la demanda contra el Census Bureau, la operación conteo pudiera prolongarse hasta bien entrado el invierno, independientemente del que se lleve la Casa Blanca.

Uno de los mayores inconvenientes que se le presentaría al Census Bureau, nuestro Instituto Nacional de Estadística, sería volver a echarle las redes a los cientos de agentes censales que ya se ha quitado de encima. (El 11 de septiembre comenzó precisamente la fase dos, es decir, encomendar menos viviendas a contabilizar para que sobren agentes y haya que despedirlos). Volver a trabajar, esta vez con fríos y nieves, pateando las calles, no creo que vaya a tener una gran acogida. Aunque el cambio de mascarilla por pasamontañas probablemente sería bien recibido.

Y, hasta nueva orden, el viajecito a Misisipi, cancelado por culpa de la Sally, la tormenta tropical. ¿Que cómo lo sé? El censo aún no me ha borrado de su mapa y sigue empeñado en castigarme con sus notificaciones electrónicas.

martes, 1 de septiembre de 2020

¿Votamos por correo o no?

Making the polls attractive to the anti-suffragists
Quería saber cómo vamos con los preparativos para la votación pandémica que se nos acerca peligrosamente y este es el resultado.

Cada estado recibe una calificación con las letra A, B, C, D o F, siendo la letra A, la nota más alta, seguida de la B, la C, la D y finalmente la F de fracaso. La A sería equivalente a nuestro antiguo sobresaliente, la B a un notable, la C a un bien, la D a un aprobado raspón y F es el suspenso.

De momento, veo que en Pensilvania sí podemos votar por correo, siempre y cuando estemos inscritos antes del 19 de octubre.

El voto por correo debe estar en manos de la comisión electoral del condado antes antes del 27 de octubre. Si llega un día después, aunque se haya enviado dentro del plazo estipulado, no cuenta.

Menos trabajo y más dinero que se ahorra DeJoy.

Destacar también que los requisitos de cada estado varían.

jueves, 7 de mayo de 2020

Las mujeres de Biden.

Con el virus encima y las elecciones a tiro de piedra, Biden se anda con ojo. Quiere que, de salir elegido, la vicepresidencia la ocupe una mujer. Eso sí. Indispensable que esta le defienda a capa y espada en lo relacionado con las presuntas elegaciones de acoso sexual que le vayan saliendo. También es deseable que, en caso de que la edad le diera algún sobresalto, la vicepresidenta fuera más joven. Por supuesto, la afinidad de ideas políticas, sería de agradecer.
Front view of White House
Entre las nominadas aparece el nombre de Elizabeth Warren, que, ya vimos, se negó a apoyar a Sanders por dejarse la puerta abierta a un posible cargo. La edad de Warren puede que a Biden le eche para atrás, al igual que su naturaleza protestona, aunque la impresionante capacidad que tiene la excandidata a la presidencia para recaudar fondos quizás le sirva de reclamo. De momento me he pasado por el podcast de Biden, y Warren no ha sido invitada, con lo que no me da muy buena espina, aunque las encuestas la den claramente como vencedora.

No ha sido este el caso de Amy Klobuchar, que además cumple todos los requisitos. Más joven y de ideología centrista. Lo único que pudiera dificultar su elección es que los minesotanos desde los años 70 no han dejado de votar a los demócratas, feudo que Biden ya tiene en el bolsillo, con o sin Klobuchar.

Quizás una vicepresidenta de color, aunque fuera de California, estado tradicionalmente demócrata, pudiera granjearle más votos. Pero recordemos que con Kamala Harris, Biden tuvo un roce durante las primarias, el asunto de la niña de color en el autobús que, tal vez, aún le siga escociendo al candidato.   

Gretchen Whitmer, la gobernadora de Michigan, en cambio, sí que pudiera darle a Biden los votos que busca. Michigan es un estado tradicionalmente demócrata pero que en las elecciones pasadas sucumbió a los encantos de Trump. Whitmer también ha sido invitada en Here is the Deal, (Esto es lo que hay), el podcast de Biden. Y otro dato a tener en cuenta. Whitmer, que ha sido víctima de acoso sexual, ha salido a defender a Biden en su último asuntillo con las mujeres. El llamado caso Tara Reade. Su apoyo sin duda le daría a Biden una burbuja de credibilidad.

En julio, la elegida.

martes, 28 de abril de 2020

A Trump, ¿qué le pone los pelos como escarpias?

Parece que a Trump, la posibilidad del voto por correo en las elecciones del martes, 3 de noviembre, le está poniendo los pelos de punta. ¡Fraude! nos chilla el presidente. Las del 2016, como corroboraron algunos miembros de su partido, no se libraron de esta mácula, así que, tal vez, con el frío aleteo del coronavirus soplándonos en las sienes, quizás no sería una mala idea pensar en la salud del votante.    

Fue Oregón el primer estado que abrió el voto por correo a sus ciudadanos en el 2000 y la verdad es que, en cuestión de fraude, no le ha ido nada mal, ya que al infractor que se pille manipulando el voto, le cae una buena encima. En veinte años, solo se han encontrado dos casos de fraude. 

Labor leader a voter--Samuel Gompers, president of the American Federation of Labor, casting his ballot in his home district
Seguramente hacer las cosas bien no debe ser tarea fácil, sobre todo para estados como Pensilvania, que solo permite la votación por correo si se está ausente. Entre otras cosas, hay que imprimir millones de papeletas con instrucciones en múltiples idiomas, instrucciones que no siempre son claras y que necesitan de personal que las explique, no solo en inglés. También hay que corroborar el domicilio del votante registrado. Para garantizar el éxito de estas labores es imprescindible la coordinación con las oficinas de correos. Pero ya sabemos que preguntando se llega a Roma. Seguro que Oregón, Colorado, Utah, Hawái o Washington, estados que también votan por correo, no pondrán ninguna pega en ayudar a los novatos, con o sin intereses. 

En estos momentos de pandemia, Trump probablemente tema que la memoria del votante no le beneficie. Los demócratas, que huelen la sangre, ya se han puesto las pilas y están preparando anuncios en los que se enseña a cómo votar por correo. De momento, solo se podrán ver en estados clave, como Pensilvania, a través de plataformas digitales.

jueves, 12 de marzo de 2020

Lo que tenemos delante, ¿de qué color es?

La presencia de candidatos como Bloomberg, un hombre con una fortuna personal de más de 600 mil millones de dólares y que se ha gastado unos 500 en solo cien días para poner anuncios a diestro y siniestro, siempre me hace dudar de la volatilidad del votante pero especialmente de lo democrático del proceso electoral. ¿Cómo es posible que, un individuo que quiera hacer su contribución a un candidato, solo pueda entregar 2800 dólares (esta cantidad varía anualmente según la tasa de inflación) y que Bloomberg se haya agasajado con esa millonada?

Sí, ya sabemos que uno puede hacer con su dinero lo que quiera, pero igual que esta cantidad es ajustada en el contribuyente también debería serlo para el candidato que se paga su actuación electoral.

Meterse en las tumultuosas aguas de la financión de los candidatos es un misterio que ni los más avezados saben vadear. Desde el 2010, año en el que el Tribunal Supremo autorizara la presencia de las SuperPAC, (parece que con las PAC no era suficiente), el proceso se hizo más enrevesado. 

Para los que sepan inglés aquí va un cursito rápido sobre el funcionamiento de la financiación política. Un contribuyente este año puede dar al partido 35500 dólares para que el partido decida a quién se entrega el dinero. Una manera para evitar que parezca un soborno. Un individuo también puede dar a un comité de acción política, los famosos PAC, hasta 5000 dólares. Los PACs y cualquiera que quiera dedicar su dinero a echar pestes de un determinado candidato pueden contribuir sin restricciones en un grupo libre de impuestos amparado bajo la cláusula 527 del Código de Servicios de Impuestos Internos.

Y luego tenemos a los SuperPACs, que, con sus dineros, apoyarán o se opondrán a un candidato determinado. La única condición que se les impone a estos SuperPACs es que su actuación debe ser independiente de la campaña y del candidato al que pretende favorecer o perjudicar. Las donaciones a los SuperPACs son de carácter ilimitado. Y serán, probablemente, las fortunas de grandes compañías, esas que pueden permitirse una espléndida contribución, las que decidarán la suerte de un candidato. Eso sí. La Comisión Electoral quiere saber quiénes son esos donantes.

Washington, D.C.--the Electoral Commission holding a secret session by candle-light, on the Louisiana question, February 16th

Por si esto fuera poco, la financiación puede proceder de lo que se denomina dinero suave y dinero duro. (Soft money, hard money). Y cómo no, también contamos con el oscuro (dark money). El suave es el dinero destinado a los PACs, comités de acción política, y a los Super PACs. No hay límite en las contribuciones suaves cuando se usan para apoyar una idea, no a un candidato. El dinero duro es la donación directa al candidato, mientras que al oscuro, como nos imaginamos, no hay quien le pueda seguir el rastro. Aunque, por lo que parece, no hay mucha diferencia entre el suave y el oscuro, ya que el suave parece atravesar un túnel de blanqueo. El oscuro parece venir de las organizaciones sin ánimo de lucro, que no tienen techo en las aportaciones que puedan hacer, y que tampoco están obligadas a dar detalles de su financiación ni a revelar la identidad de los donantes. 

Lo que tenemos delante, una infinita oscuridad.

jueves, 5 de marzo de 2020

El autobús en las distancias cortas

Y mientras Warren deshoja la margarita con el me quedo, no me quedo y Sanders busca con desesperación el voto del electorado de color, en Nueva York será donde más caso le hagan, nos vamos con ellos de excursión en los autocares electorales. Aquí, un breve recorrido, en inglés, de su historia

Y para los que no sepan inglés. Según la revista The New Republic, fue en 1948 cuando, Thomas E. Dewey, republicano moderado y látigo de la mafia, se subió por primera vez al autobús para buscar el voto. En el autobús está la prensa, con lo que los candidatos y sus leales acompañantes deben ciudar muy mucho lo que les sale por la boca. Sin ir más lejos, la campaña del senador demócrata Ed Muskiewas terminó en 1972, cuando a su esposa Jane se le ocurrió decirle a los periodistas que le narraran historias picaronas. 

Atlantic City bus
Pero el que no corre, vuela. Sobre todo cuando las distancias a cubrir son muy grandes y no se tiene tiempo para ir admirando el paisaje ni saludar al público. En la carrera demócrata a 31 de diciembre del año pasado los candidatos gastaron más de 4000 millones de dólares en vuelos privados. En el caso de Biden, por cada veinticinco dólares que gasta, uno y pico lo destina a fletar un avión privado. Sanders, por su parte, reserva uno de cuarenta. Sanders utiliza los aviones de Apollo Jets LLC, una compañía de aviones privados de lujo afincada en Nueva York. El trimestre pasado se dejó mil doscientos millones. Para deshacer el daño al medioambiente hizo una aportación voluntaria de 23, 200 dólares para compensar por las emisiones de CO2. Biden le pisa los talones, con 924000 dólares gastados entre el uno de julio y el treinta de septiembre en 2019. Biden también compensó al medioambiente. Warren va detrás con su donación correspondiente para mitigar los efectos del CO2. Bloomberg es cuarto con 646000 dólares, aunque esta cifra solo cubre unos cuantos días de noviembre y todo el mes de diciembre. El gasto de Klobuchar fue modesto, mientras que Buttigieg también hizo su donativo a la causa medioambiental, redujo las partidas destinadas a los vuelos privados y se subió a más aviones comerciales. 

Aunque claro, estos gastos aún quedan lejos del millón o millones que paga el contribuyente cada vez que el presidente se va a patear a su club privado, Mar-a-Lago. Y me parece que, de donativo para reducir los efectos del CO2, nada de nada.

lunes, 2 de marzo de 2020

¿Qué prefieres Warren?

Hace unas horas me preguntaba qué estaba haciendo Klobuchar en la carrera demócrata y ya lo ha confirmado: quitarse de la carrera a la Casa Blanca y respaldar la candidatura de Biden. Con esta decisión, Klobuchar, al igual que Buttgieg, le entrega a Biden casi todos sus votos. Quizás Bloomberg pueda raspar algunos.

Ahora le toca a Warren pensarse si hará lo mismo por Sanders o si prefiere una de Biden. ¿Qué prefieres Warren?

Y mañana martes, redobles

Y mañana, redobles: Mil trescientos cuarenta y cuatro delegados en lid, un 33.8% del total de votos de todo el país. Catorce estados. Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Tennessee, Utah, Vermont, Oklahoma, Virginia, California y Tejas, siendo los dos últimos, los estados estrella.

California parece que se decanta por Sanders, mientras que en Tejas la contienda será más reñida. Los Bloombergianos aquí pueden dar la campanada. Minesota parece que la retiene Klobuchar, aunque por los pelos. La situación de Warren en su propio estado, Massachusetts, es peor. Según las encuestas, Sanders parte como favorito. Los estados más húmedos, Alabama y Tennesse, seguramente se los lleve Biden. Oklahoma dio la sorpresa en las primarias del 2016 al concederle a Sanders la victoria, pero creo que, esta vez, Biden se llevará el Sooner State, (El Estado tempranero), uno de los sobrenombres por los que se conoce a Oklahoma. Me parece que en aquella ocasión, los oklahomeses prefirieron a Sanders antes que darle la victoria a un Clinton. En Vermont el resultado no tiene ningún misterio. En Utah Biden no gusta. ¿Quizás Bloomberg? Las encuestas dan a Sanders como ganador. Virgina es de Biden. Como también parece que lo será Carolina del Norte. En Colorado seguramente gane Sanders. En Arkansas, claramente Biden, y Maine para Sanders.

Para Warren y Klobuchar el Supermartes es la prueba del algodón. Una derrota en Massachusetts debería sacar del ruedo a Warren. En cuanto a Klobuchar, francamente no sé qué motivaciones tiene para seguir adelante. Gasto de dinero... A menos que esté buscando una oportunidad para convencer a Biden de que no sería una mala vicepresidenta...   

A tener en cuenta: solo los candidatos que consigan más de un 15% de los votos obtendrán la parte proporcional de delegados que les corresponda. En caso de que Biden, por ejemplo, fuera el único candidato que superara la barrera del 15%, se llevaría todos los delegados de ese estado, independientemente del número de votos que hubiera obtenido.

Y aquí dejo a Steyer pasándoselo en grande a ritmo de rap, con una cancioncita bastante estimulante.

domingo, 1 de marzo de 2020

Se ve venir

Resumen: Biden se lleva Carolina del Sur. Sanders es el que se llevará más delegados en la carrera a la Casa Blanca, (ganará por lo que se llama pluralidad, no por mayoría, es decir, conseguirá menos de los 1991 delegados necesarios para salir nominado). Entran los 771 superdelegados a escena, nominan a Biden, y Biden cae derrotado frente a Trump. Con la nominación de Sanders también pudiera suceder lo mismo, no cabe duda, pero, al menos, se respeta la pluralidad.

Desde 1972 los superdelegados han venido acatando la voluntad de los votantes aunque, esta vez, se les ve un poco nerviosos. Uno de ellos, William Owen, miembro del Comité Democrático Nacional que no le hace ascos entregar donaciones a la causa republicana, ya está dando coces para evitar la nominación de Sanders. Si de alguna manera Sanders lograra la nominación, Owens propone al expresidente Obama para la vicepresidencia. Si este la rechazara, el ofrecimiento iría a Michelle Obama.

Bloomberg, que tiene mucho dinero, ya se ha hecho amigo para el Supermartes (previo pago, naturalmente) de dos superdelegados. Ni más ni menos que de los vicepresidentes del partido demócrata de California y del de Tejas.

La cantinela es que, de salir Sanders, los demócratas nunca recuperarán el Senado. Pero con los otros candidatos, a excepción de Warren, la cosa cambia. Los demócratas no se dan cuenta de que, a la causa republicana, le da igual la cara del demócrata, aunque seguramente la prefieran dura.

miércoles, 26 de febrero de 2020

Porque es Carnaval

Y mientras la ciudad de Nueva Orleans lo pasa en grande con el Martes grasiento, (Martes de Carnaval), los candidatos demócratas también preparan su jolgorio personal para sacar pecho en el debate de hoy. Trump, que acaba de concluir su viaje a la India, se trae un acuerdo de compra valorado en unos tres mil millones de dólares bajo el brazo. Material militar y helicópteros de ataque se comen la mayor parte del pedido.

El presidente prometió volverse con un acuerdo comercial increíble, pero me parece que su gozo en un pozo. Quizás si se hubiera encomendado a su consejera espiritual, la telepredicadora Paula White-Cain, otro gallo le hubiera cantado. Desde octubre del 2020 White-Cain, una mujer excepcionalmente dotada para los negocios, devota de la teología de la prosperidad, creencia religiosa que, básicamente, se puede resumir en un principio: cuanto más dinero le des al pastor, más bendiciones financieras del Todopoderoso te llevarás, es consejera de la Casa Blanca en los asuntos relacionados con la Faith and Opportunity Initiative (Centro dedicado a la Fe y a la Iniciativa sobre Oportunidades) creado por Trump en 2018. Desconozco si las Oportunidades son de carácter religioso, económico, una combinación de ambas o si las Oportunidades son de otro tipo. 

White-Cain, primera pastora que ha participado en la invocación religiosa de la ceremonia de investidura de un presidente, además de asesorar a Trump en los asuntos de la fe, decir que no cobra sueldo por las consultas y que se ha hecho un cursillo de ética que la acredita para trabajar en la Casa Blanca, también tiene tiempo para seguir escribiendo y salir en televisión. Y debe ser una mujer todoterreno para poder sacar a las ondas su Paula Today de lunes a viernes y atender las necesidades de su megaiglesia en Florida. 

Me pregunto si hoy Trump tirará de teléfono para pedirle a su asesora espiritual que la sangre todopoderosa de Dios derrote a los demócratas retransmitidos esta noche, a partir de las 8, hora de Pittsburgh.  

Porque es Carnaval.

lunes, 24 de febrero de 2020

¿Vuelta a Kennedy?

[William Jennings Bryan, Democratic party presidential candidate, three-quarter length view standing on stage next to American flag]
Según las encuestas parece que la victoria de Sanders, de producirse el 29 de febrero en Carolina del Sur, será más ajustada. Razones principales: los territorios sureños suelen ser más moderados electoralmente hablando. Además, en Carolina del Sur, Biden también cuenta con el efecto Obama.

A tener en cuenta: 63, 5% de votantes blancos, un 26, 5% de electores africanoamericanos y un 5, 79% de población hispana o latina. Sanders está movilizando el voto latino, pero Biden cuenta con mayor apoyo entre la población afroamericana, aunque según un estudio de NBC News y el Wall Street Journal, el margen se está reduciendo a nivel nacional.

Ya veremos si el Medicare para todos convence y si la propuesta de Sanders de hacer que los que ganen más de diez milloncejos de dólares al año paguen un 50% les da grima a los surcarolinos. Por cierto que, en 1963, los que ganaban más de 100000 dólares (unos 770000 dólares en 2015), le dejaban a Hacienda un 91% del salario y las empresas un 52%. Poco antes de su asesinato, Kennedy, asistido por el economista keynesiano Walter Heller, propuso reducir estas tasas. Johnson consiguió aprobar esta reducción. El 91% pasó a un 70% y el 52% se quedó en un 48%.

Desde el 2017, las grandes empresas teóricamente pagan en impuestos un 21%. Y digo teóricamente porque 379 lograron una rebajita en la tributación del 2018 y se quedaron en un 11,3% y otras, más piratillas, consiguieron quedarse con todo.

Kennedy, ¿aprobaría el plan Sanders?   

sábado, 22 de febrero de 2020

El show de hoy.

Y dentro de unas horas, a las 12, hora de Nevada, se lo toman con tranquilidad, comienza el espectáculo. Las chicas han decidido, deprisa y corriendo, aceptar donaciones de las super PAC (organizaciones destinadas al apoyo de un candidato político). Persist PAC ayudará a Warren mientras que Kitchen Table Conversations apoyará la campaña presidencial de Klobuchar.

Bloomberg parece que perdió un poco de credibilidad el otro día con la preguntita de Warren y Biden no perdió comba y se unió al nervio de esta, aunque, con el historial que a Biden se le ha achacado en cuestión de mujeres, quizás hubiera sido mejor que no hubiera participado en el careo. Sanders, acertadamente, prefirió no meterse en las imputaciones contra Bloomberg. Es obvio que a Sanders sus compañeros demócratas lo temen. Y mucho. A todos los candidatos se les preguntó si, en caso de que no hubiera un ganador claro, se debía entregar la carrera a la Casa Blanca al que tuviera mayor número de delegados, aunque no llegase al mínimo requerido (1990 delegados). Todos dijeron lo mismo: todos menos Sanders, claro, que dijo que, efectivamente, el candidato elegido debería ser el que tuviera el mayor número aunque no llegara a ese cupo. 

Vamos a ver si los PAC y la paliza a Bloomberg le sirvió a Warren de algo. 

domingo, 16 de febrero de 2020

Aló la pasta.

Y con las primarias a las puertas de Nevada unos datitos del estado: Poco más de tres millones de habitantes. Casi la mitad de la población, un 48,8%, blanca. Hispanos o latinos un 29% y un 8, 78% africanoamericana. Asiáticos, un 8, 06%. Casi un 31% de la población no habla inglés en casa. Un 90, 6% son ciudadanos. 

Parece que, esta vez, Buttigieg y Klobuchar pueden correr peor suerte que en Nuevo Hampshire. Buttigieg cuenta con el apoyo de los veteranos, pero entre los votantes de color solo consigue un apoyo del 4%. Aunque Klobuchar lo tiene peor, con un 0 pelao y mondaó. El problema de Klobuchar es claro: la población afroamericana apenas la conoce. Con Buttigieg la cosa cambia: los votantes de color le tienen reservada una pregunta: por qué bajo su alcaldía aumentó el número de arrestos de residentes de color acusados por posesión de marihuana. 

Biden no me parece que esté mal situado en Nevada: Aunque Kamala Harris le sacara los colores con el tema del autobús y lo llamara públicamente racista, esa sentencia ya permanece en el olvido. Además, Biden sí que se ha dejado muchos cuartos para ganar la confianza del votante de color. Otro factor que juega a su favor es que, al haber sido vicepresidente con Obama, puede que se le mire con mejor ojo. 

Election night crows at star

En cuanto a Sanders, me parece que es el que más tracción tendrá en Nevada. También entre la población LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgénero). Creo que muchos miembros de esta comunidad consideran a Buttigieg un niño pijo blanco y prefieren las propuestas económicas y sociales de Sanders.

En cuanto a Warren, me parece que tendrá que volver a conformarse con un tercer o cuarto puesto. Si eso sucede, corre el peligro de tener que bajarse de la competición por falta de recursos económicos, en la que, no lo olvidemos, queda Bloomberg. Y a este no le falta dinero para pagarse los anuncios. Sanders tampoco anda mal de dineros y a Buttigieg el apoyo económico le sale por las orejas.  Por cierto que, entre la población de color, de momento, Bloomberg cuenta en los estados del super martes con un apoyo del 22 por ciento. 

Aló la pasta.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Nos lo echamos a las cartas en ...

Y ya estamos con los ojos puestos en Nevada con otro empujón primario de los demócratas el 22 de febrero. Y esperemos que no volvamos a tener problemitas tipo Iowa, porque el recuento de votos puede volver a ser espinoso ya que, como allí, también se va a incluir, por primera vez, una primera ronda de votos individuales, una segunda que permita un nuevo conteo con los votos que los candidatos que han obtenido el menor porcentaje de votos (normalmente se establece en un 15%) han donado a otro candidato de su elección. Finalmente la tercera lista da el vencedor con los delegados obtenidos.

[Three unidentified soldiers playing cards, smoking, and drinking in front of American flag]

Los de Nevada, para evitarse el apretujón del día 22, han sido un poco más avispados y han permitido el voto anticipado que será del 15 al 18 de febrero. Y también, como suponíamos, han dicho que no van a contar con Shadow Inc., la infame aplicación que se utilizó en Iowa, aunque, de momento, los demócratas parece que no tienen un plan B para sustituirla, con lo que, peligro, nos plantamos con un échale mano a lo que puedas y nuevo desastre que desencajará de risa las mandíbulas republicanas y razón no les faltará.     

En caso de que haya empate, como no iba a ser menos, en tierra de juegos, lo echarán a las cartas. Y tiene su método. Se barajan siete veces, tiene que hacerlo el presidente de la mesa, no sé si por alguna superstición. Después, los grupos que apoyan a su candidato, sacarán una carta (solo se permite una carta por candidato). Gana el grupo que haya sacado para su candidato picas. Le siguen los corazones, diamantes y tréboles. Los ases son los que más valen y los comodines se sacan de la baraja. 

Para los amantes de los datos: en el 2016 Sanders obtuvo 15 delegados, un 47, 29% de los votos, frente a los 20 delegados de Clinton. Veremos si es capaz de superarse.