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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Un poco más de estilo. Segunda parte.

loc.gov/
Y seguimos con los estilos.

Estilo italiano. Muy común entre los años 60 y 90 del siglo XIX. Inspirado en el renacimiento italiano. Gusto por las líneas verticales de gran altura. Puertas y ventanas también alcanzan altura considerable. Tejados cuadrados que le dan al edificio un aspecto pesado, ménsulas en los aleros y galerías acristaladas.

El románico richardsoniano, llamado así por el arquitecto Richard Morris Hunt. Se usó principalmente entre los años 1880 y 1900. Al querer imitar el románico tenemos un predominio indiscutible de la piedra. Cubierta a cuatro aguas, arcos en semicírculo y torreones de planta circular.  

El estilo shingle. Se solapa con el románico richardsoniano, aunque este queda principalmente reservado para las casas de recreo situadas en la costa y que la burguesía adinerada se ha levantado en Nueva Inglaterra. Énfasis en la horizontalidad, listones de madera avejentados con leche cortada para dar la impresión de desgaste. Techumbre a cuatro aguas, amplitud de los porches y numerosos ventanales.     

Estilo Stick. Entre el carpintero y el estilo Reina Ana. De finales del siglo XIX, este estilo busca realzar la estructura del edificio, preferentemente en viviendas, con paneles labrados en madera que se colocan en paredes exteriores. 

Estilo Reina Ana. Estilo victoriano que principalmente se usó de 1880 a 1910. Torreones de planta circular, techos a dos aguas cruzados, decoración en los porches que imita bordados elaborados con huso y vidrieras en las ventanas. 

Por supuesto que en un solo edificio podemos encontrar más de un estilo. 

lunes, 14 de noviembre de 2022

Un poco más de estilo. Primera parte.

Y mientras esperamos a que termine el recuento de votos, qué barbaridad, y a que el expresidente Trump nos anuncie, este martes, desde su Mar-a-Lago, Florida, su candidatura a las presidenciales del 2024, una de estilos arquitéctonicos del siglo XIX en tierras estadounidenses. 

loc.gov

Comenzamos por el federal: de moda antes de 1840. Refinado y elegante. Se le suele reconocer por una especie de ventanuco en forma de semicírculo que se asemeja a un abanico abierto. A esos listones desplegados se los conoce por "estilo rayos de sol". 

El neogriego. Muy popular entre los años 1830 y 1850. Gusto por la madera, estuco y piedra para imitar el mármol. Paredes blancas, con un porche, a manera de pórtico, a la entrada, tejado a dos aguas con friso sin decorar y ventanas tipo guillotina.

El estilo carpintero. Muy común entre 1840 y 1930. Pudiéramos decir que este estilo era el neogriego rural. Normalmente se reservaba para casas e iglesias. La madera era el material que solía utilizarse. Las paredes de este tipo de construcciones estaban diseñadas para levantarse a pulso con ayuda de sogas. Los que hayan visto Único testigo enseguida sabrán de lo que hablo. En el mundo pictórico, el cuadro de Grant Wood, American Gothic, Gótico americano, refleja espléndidamente ese gusto por la verticalidad y por los arcos apuntados. 

Mañana, después del anuncio del expresidente, un poco más de estilos...

lunes, 24 de octubre de 2022

Para la Commonwealth de Pensilvania.

Con las elecciones encima, un sondeo electoral en Pensilvania, uno de los estados más impredecibles.

Para las plazas de gobernador y su segundo, tenemos a Douglas V. Mastriano y Carrie Lewis DelRosso en el tándem republicano. En el demócrata, a Josh Shapiro y a Austin Davis. También hay presencia de otros partidos, por ejemplo, el equipo libertario lo conforman Matt Hackkenburg y Tim McMaster, pero, como ya sabemos, el pollo se lo repartirán los de siempre. Y tiene pinta de que se lo lleven los demócratas. Ahora mismo, el puesto de gobernador está en manos del demócrata Tom Wolf que lleva desde el 2015 en el cargo y su gestión no parece que haya sido muy criticada, lo que, tal vez, dé cierta ventaja a los demócratas. Por otro lado, Mastriano no termina de convencer. Aunque lo respalde una mujer en su drástico plan antiabortista. Parece ser que, incluso en caso de incesto, sería partidario de que la mujer siguiera adelante con el embarazo. Quizás esta propuesta a algunos republicanos pudiera chirriarles. Y eso que es veterano de guerra y devoto de Trump. A esto esto hay que añadir que el cuerpo republicano está volcado en su candidato al Senado, Mehmet Oz, plaza mucho más importante, y a Mastriano no le queda más remedio que apañárselas como pueda.   

En el Senado, ¿Oz o Fetterman? Aquí la cosa se complica. Fetterman empezó con buen pie, pero, desde que en mayo le diera esa dolencia cardíaca, los republicanos están haciendo un buen uso, o malo, depende de quién lo mire, claro, del corazón de Fetterman. Otro asunto al que los republicanos están sacando punta es que, según ellos, Fetterman quiere ver a todos los presos en la calle. 

Oz tiene muchas tablas delante de las cámaras. Estuvo al frente de un programa televisivo, el Show del Dr. Oz, que luego traspasó a su hija Daphne. (Parece que el programa no fue bien y tuvo que cancelarse). Fetterman se medirá con Oz este martes, y creo que del debate, como buen actor que es, el Doctor saldrá victorioso. 

USDA-ARS
Fort Keogh Livestock y Range Research Laboratory.

Los demócratas, por su parte, empezaron muy bien con los anuncios que criticaban el gusto del doctor Oz por adquirir macmansiones. Por lo visto, el domicilio que el Doctor da por habitual está en Nueva Jersey, pero, de prisa y corriendo, en diciembre del 2021, se compró una en Pensilvania para poder presentarse a las elecciones. Quizás hubiera preferido la Florida, pero ya estaba pedida con Rubio. 

Aquí la lista con las impresionantes casas del Doctor, que no creo que esté por la labor de recortar los impuestos a los que malviven y dejar que los multimillionarios tengan que sacrificarse una de sus veinte mil casas. Y mucho menos hacer de monumento andante, como su competidor, que, en los brazos lleva tatuadas fechas que recuerdan a aquellos que murieron de manera violenta en su municipio, Braddcok. Esa ordinariez, no cabe duda, a uno lo afea mucho y, ante las cámaras, hay que lucir palmito y procurar que las mentiras plastificadas de la cara no se nos quemen. 

domingo, 16 de octubre de 2022

Elecciones intermedias 2022.

loc.gov

Volvemos a tener las elecciones intermedias encima. A día 14, en el condado de Allegheny, en Pensilvania, casi 159000 solicitudes pidiendo el voto por correo autorizadas. De esas autorizaciones, más de 124000 son votos demócratas y el resto, republicanos. Ya se han recibido cerca de 62000 votos. De los recibidos, los votos republicanos no llegan a los 8000. Me temo que el partido Verde y el partido Keystone se quedan a verlas venir. 

Es evidente que los demócratas son menos mirados para votar por correo que los republicanos. Quizás sea por el miedo a la Covid, tal vez el tener que encararse con algún vocero del partido contrario sea lo que les canse, puede que les falte tiempo para acudir a las urnas, tal vez sea un deseo por ahorrarse la gasolina y restarle contaminación al ambiente o tal vez una cuestión de comodidad lo que les empuje a meter el voto en el buzón o a entregarlo, ya cumplimentado, en una oficina electoral, (es obligatorio que la parte posterior del sobre en el que va la papeleta vaya sellada, firmada y fechada). 

En cuanto a la mentalidad republicana a la hora de emitir el voto, es claro que prefieren desplazarse hasta los centros de votación en lugar de hacer el envío por correo. En su caso, tal vez algunos consideren que la emisión del voto es una responsabilidad que debe ser presencial, al fin y al cabo así se ha hecho siempre, y, como sabemos, las tradiciones están para respetarse. Quizás el votante republicano tenga mayor flexibilidad horaria. Tal vez sea dueño del negocio y pueda ausentarse cuando lo crea conveniente. Otros a lo mejor piensan que el voto es más fácil de amañar. En su caso, sería la desconfianza la que les empujaría a coger el coche, o camión, hasta el centro asignado.  Tal vez los haya que vean en la votación una ocasión para socializarse, un motivo para buscar calor humano y salir del edificio hablando con un conocido. 

Lo que sí nos ha quedado claro es que, por votación, los demócratas le tienen más miedo a la Covid y que no tienen inconveniente en cambiar el coche por un sello.