Durante la pandemia, Arizona fue uno de los destinos más buscados para irse a vivir, y ahora resulta que más de uno se arrepiente de la decisión. Y no es por la casa, sino por las temperaturas. Un Arizona en verano, insoportable. Parece ser que la temperatura de bulbo húmedo que podemos aguantar, esto es, la temperatura que mide la humedad en suspensión, es de 35 grados, con lo que, con la que está cayendo, a tirar de aire acondicionado.
La saturación de redes no se hará esperar y de seguro que traerá cortes de luz porque muchas casas, además de contar con una unidad extraíble que se puede poner en una ventana para enfriar una habitación, cuentan con aire acondicionado central, con un condensandor general fuera de la casa. Lógicamente solo los que dispongan de mayores rentas podrán permitirse el lujo de pagar la factura quilométrica de la luz.
Cortesía USDA ARS. |
Y los aires acondicionados no dejan de subir. Casi un 90% de los hogares estadounidenses dispone de algún tipo de sistema de aire acondicionado, ya sea unidad extraíble o bien aire centralizado, nos dice la EIA, Administración Estadounidense de Información sobre la Energía. Obviamente, son los estados de clima marítimo, Oregón y Washington, los que usan menos el aire, aunque del 2010 al 2020, hubo un aumento notable en las adquisiciones e instalaciones de aires en estos dos estados.
De momento, los que viven en pueblos y zonas menos pobladas sufren el calentón un poquitín menos, aunque, como sigamos así, pirómanos, gentes sin escrúpulos, pescadores de ríos revueltos, negacionistas por conveniencia y negacionistas sin luces, nos van a dar a todos el último calentón.