Acabo de ver el último capítulo de una serie televisiva estadounidense que el público, con su gracioso voto, sacó de la cadena ABC en 1990:
Cop Rock (El rock de los policías). Once magníficos capítulos creados por el neoyorquino, aunque fue en Pittsburgh donde estudiara,
Steven Bochco.
La mano de Bochco apareció en otras series televisivas como
Columbo,
Ironside o
McMillan & Wife (
McMillan y esposa), pero fue la
Balada triste de Hill Street (
Hill Street Blues) y
L. A. Law (
La ley de Los Ángeles), las que le aseguraron la fama y un cheque en blanco para que trajera otros éxitos. Una de sus ideas fue hacer un drama musical con policías. ¿Un drama musical, con policías? Trataron de disuadirlo. Pero este rey Midas blandió su cheque.
El rodaje de
Cop Rock no salió barato. Casi dos millones de dólares por episodio, lo que convirtieron a la serie en una de las más caras de su época. Y era de entender que fuera así, ya que cada episodio contaba con distintos números musicales que había que pagar.
Randy Newman, genio de la música, colaboró en la serie creando varias piezas, entre ellas
Under the gun, literalmente
Bajo el arma, y que es la canción que sirve de cabecera en cada episodio y que el mismo Newman canta e interpreta al piano. Las composiciones que no son de su factura también son magistrales. Los episodios nunca están saturados de piezas que ralenticen la trama, que, por cierto, está magníficamente desarrollada. Los personajes son extraordinariamente humanos, creíbles, y lo mejor de todo, al término de cada episodio nos quedamos con ganas de más.
Incomprensible entonces que la audiencia rechazara la serie. ¿Cómo es que
Jesucristo Superstar resultara ser un éxito? Y a Miss Saigón no hay quien la saque de Broadway. El detective cantante del inglés Dennis Potter (serie de la que sin duda bebió Bochco y que sí se ha pasado en España, el Rock cruzando los Pirineos) está considerada como una serie de culto, mientras que en Estados Unidos el Rock no se comió dos roscos. Y es que me parece que por aquel entonces la audiencia estadounidense tenía problemitas, como me parece que los seguiría teniendo hoy si se presentara una serie de características similares, (en el 2002 aún se la tiene como una de las peores series televisivas de la historia), para admitir que los policías, detenidos, jueces y hasta cargos políticos se salieran por peteneras. Y no es que solo les pareciera increíble. Muchos también lo sentieron como una enorme burla. El cuerpo de las fuerzas del orden, marcándose unas líneas. Humillante y de masculinidad dudosa. Por eso Woody Allen y Jerry Lewis gustan tanto fuera de su país. Porque no temen ponerse en ridículo. Aunque probablemente nadie mejor que un británico para dejarse, con gracia, a la altura del betún.
Aquí una pieza musical de Cop Rock en boca de la sensacional Kathleen Wilhoite. Esta serie sin duda mereció mejor suerte.