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miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿Épica o tragedia?

Sweet dreams
Todos hemos oído hablar del sueño americano pero la mayoría desconocemos a quién tenemos que agradecer dicho pensamiento. A un ingeniero, próspero inversor en Wall Street y escritor neoyorquino con sangre vasca: James Truslow Adams que, en 1931, lo recogió en su obra The Epic of America, (La épica de América).

Antes del reconocimiento que le granjeó su sueño, Adams ya contaba con cierto prestigio en el mundo de las letras al ganar el Pulitzer en 1927 por el primer volumen de su trilogía sobre la historia de Nueva Inglaterra.

Según Adams, el sueño no consistía únicamente en poseer coches y mejores salarios, sino que también era un vehículo para conseguir que cada hombre y cada mujer desarrollara su máximo potencial como persona y lo  pudiera manifestar ante los demás, independientemente de su posición y nacimiento. 

En su Épica, Adams, conocedor del parqué y espectador de la Gran Depresión, se queja de que el dinero y las posesiones materiales ganaron terreno en los años 20 del pasado siglo y que las virtudes de índole espiritual y moral se han olvidado.

Solo el optimismo podrá salvarnos, declara Adams. De momento, y tal como se presentan las cosas, parece que el optimismo sigue siendo tirar de cartera. Ahí lo tienes, Greta Thunberg. Aún nos quedan unos cuantos años más de podredumbre espiritual.

martes, 30 de enero de 2018

El sueño americano ya no es suyo

A Thermosoft, una compañía dedicada a los sistemas de calefacción eléctrica por suelo, le gusta tomarle el pulso a América en forma de sondeos. La empresa preguntó a 2000 americanos lo que significaba para ellos alcanzar el famoso sueño americano. Para empezar, 5,3 semanas de vacaciones. La media ahora es de 2,8.

Reducción de la jornada laboral a 31 horas semanales, viajar 3, 6 veces al año y tener tiempo para estar con los amigos y la familia. A poder ser, un salario anual de 147.104 dólares y un trabajo que les permita pasar más tiempo en casa. Cuatro de cada cinco de los entrevistados consideran que tener hijos es parte de ese sueño. La casa que les cueste unos 461 mil dólares, y que el coche que casi llegue a 42 mil.
Los de la costa este parece que prefieren más lograr el reconocimiento, mientras que los de la otra prefieren los machacantes. Entre las mujeres, la riqueza es el valor que más afanan, mientras que los hombres prefieren su independencia. Y lo que son las cosas. Los americanos creen que hay cinco países sobre la faz de la tierra donde su sueño se ha materializado, y España hace el número cuatro de su lista. Italia es la que les roba el corazón.

domingo, 10 de julio de 2016

Harriet Carter


Con este nombre uno bien pudiera pensar que se trata de un personaje literario. Casi. Harriet Carter es parte del sueño americano.

Poco se sabe de esta mujer. Con ayuda de sus hijos, y desde la cocina, levantó un negocio de pedido por catálogo en 1958 que todavía perdura, y, de momento, no parece dar muestras de agotamiento. Esta tranquilidad probablemente proceda de la variopinta naturaleza de los productos ofertados. Revisando el catálogo, no, no soy subscriptora, he visto artilugios que van desde una hamaca para gatos a una barra para dar de sí la cinturilla de los vaqueros. Pero, las que más me han llamado la atención, han sido las de corte higiénico. El inodoro que se ilumina cuando alguien anda cerca y, sobre todo, el “refrescador personal”, que, además, se puede llevar a cualquier parte, una especie de escobilla de “plástico suave”, se advierte, para, sí, lo han adivinado, esas partes…

A estas alturas, aún seguimos con el choque cultural. Al bidé, y eso que es francés, tampoco lo quieren.