Y como hace unos días celebrábamos el Día de los presidentes, hoy, una de política. Throttlebottom. Un incompetente sin maldad con cargo oficial.
La pronunciación chapucera. Zrótelbotom. Y la buena aquí.
Esta palabra procede de Alexander Throttlebottom. Un personaje de la comedia musical Of Thee I Sing (De ti canto). Esta obra fue escrita en 1931 y cuenta con libreto de George Kaufman y Morris Ryskind, música de George Gershwin y letra de Ira Gershwin. Fue la primera opereta a la que se entregó el Pulitzer.
Alexander Throttlebottom, vicepresidente de su partido, se ve en un atolladero gracias al presidente del mismo, que también se presenta como candidato a la presidencia del gobierno. A John P. Wintergreen, así se llama el presidente, se le ocurre patrocinar un concurso de belleza. El premio a la ganadora: casarse con él. Pero el azar quiere que se enamore de una secretaria que trabaja para el concurso. La ganadora, Diana Devereaux, ofendida, lo demanda. Mientras tanto, llegan a oídos de Francia el desaire a la Devereaux. Furioso, el país decide apoyar las demandas de esta americana de sangre francesa y amenaza con ir a la guerra si no se respeta la promesa de matrimonio. El Congreso le planta al presidente un impichamiento. Wintergreen se sacude el muerto acudiendo a la Constitución con la intención de obligar a Throttlebottom a que tome el mando. El conflicto se resuelve con el matrimonio del vicepresidente con la Devereaux.
Aquí una de las canciones de esta obra tan moderna.
Frase:
Should we follow Throttelbottom?
¿Le seguimos a Throttelbottom?