lunes, 12 de septiembre de 2016

Autores recuperan manuscritos

De vez en cuando, el mundo de las letras se viste de enhorabuena con la aparición de un manuscrito. Por ejemplo, me viene a la cabeza la alegría que debió sentir la nieta del señor Gluck, al levantar, en 1991, la tapa del baúl que, lógicamente dormía en el ático, y que custodiaba la primera mitad de Las aventuras de Huckleberry Finn (Adventures of Huckleberry Finn), obra de Mark Twain. Sesenta años fueron los que tuvieron que pasar para el glorioso rescate. 

Con Go Set a Watchman (Ve y pon un centinela) de Harper Lee, publicada el pasado año, solo pasaron cincuenta y ocho para que el borrador de lo que fuera Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird) saliera a la luz. Con el libro de Beatrix Potter, The Tale off Kitty-in-Boots que salió la semana pasada, tuvimos que esperar bastante más, ciento dos años, mientras que el de Scott Fitzgerald, cuyo lanzamiento está previsto para abril del 2017, con ochenta, se encuentra a caballo.

Las circunstancias en las que joyas como estas desaparecieron en su día son prácticamente imposibles de rastrear. Del señor Gluck, bibliotecario de la Young Men's Association de Búfalo, sabemos que le llegó un paquete desde Hartford, Connecticut, residencia de Mark Twain. Probablemente no lo almacenó pensando en su encuadernación. Pero la muerte le sobrevino dejando al manuscrito a merced de otras voluntades.

En el caso de Beatrix Potter, la escritora, ilustradora y científica de nacionalidad inglesa, es inevitable pensar que el estallido de la Primera Guerra Mundial tuviera algo que ver con la desaparición del manuscrito, pero también parece ser que su matrimonio y su enfermedad compartían culpabilidad.

Con Harper Lee, más cercana a nosotros en el tiempo, resulta mucho más fácil seguirle la pista al manuscrito, aunque este ha dado mucho que hablar, sobre todo por el oportunismo de HarperCollins, sello editorial propiedad del magnate Rupert Murdoch que lo ha publicado. Y es que muchos se preguntan si, Alice, Lee no hacía nada sin consultar antes con su hermana, hubiera dado el visto bueno a dicha publicación. Lee, enferma y recluida en un centro de atención, no pudo oponerse a la voluntad del sello, que esperó unos tres meses a contar desde el fallecimiento de la hermana a que saliera el anecdotario-borrador de la autora.

A Fitzgerald, el creador de El gran Gatsby, (The Great Gatsby), parece que fueron los tiempos y sus problemas con el alcohol los que lo arrollaron, no la soberbia calidad de sus escritos. Acostumbrado a contar historias de las flappers, alocadas de la edad del jazz, Hollywood comenzó a verlo casi como un fósil. Además, sus problemas con el alcohol le afilaron la causticidad, convirtiéndolo en un apestado. Aunque algunas de las historias que envió en Los tumultuosos treinta fueron aceptadas, Fitzgerald las mandaba directamente a las revistas a pesar de tener agente literario, debido, probablemente a la negativa de este a seguir apoyándolo económicamente, Fitzgerald se oponía a revisarlas, y eso que, desesperadamente, necesitaba el dinero.

Las historias aquí recogidas, se han agrupado bajo el título I'd Die for you, literalmente Moriría por ti, aunque desconozco si la traducción se va a respetar en español. Parece que el título en inglés se fraguó en Asheville, en Carolina del Norte, ciudad en la que Fitzgerald se recuperaba de tuberculosis y de su adicción, mientras Zelda, su esposa, otra gran artista, pintora y escritora, estaba hospitalizada en la unidad de psiquiatría de Highland Hospital. Fitzgerald murió en 1940, ocho años antes de que la sección del hospital en la que se encontraba Zelda, fuera presa de las llamas. Con este caldo de cultivo parece inevitable que el cinismo, la desilusión y la muerte fueran los reyes de estas magníficas historias que, no lo duden, leeré en cuanto salgan.  

viernes, 9 de septiembre de 2016

Kit de inglés 7: Portmanteau o cóctel de palabras.

Hoy traigo un neologismo que, últimamente, se escucha con bastante frecuencia. Me parece que las elecciones tendrán algo que ver. La palabra en cuestión es sheeple, una mezcla de sheep (oveja) y de people (gente), y cuya combinación podría traducirse como ingenuos, manada o el típico aborregados. Para pronunciar esta palabra tenemos que alargar el sonido del grupo sh, como si estuviéramos mandando callar a un niño y fuéramos andaluces. En vez de decir chiquillo diremos algo parecido a shiquillo. Las dos ees que van juntas también se alargan, pronunciándose como una i larga. Sería algo así como sshííípel. Si somos capaces de no pronunciar la e de sshííípel, ya estaremos a nivel del nativo.

Aunque su origen es desconocido, muchos le atribuyen al periodista W.R. Anderson que la usara por primera vez en su columna Round About Radio, publicada en 1945 en Londres, tal vez influenciado por la lectura de Rebelión en la granja de Orwell que salió ese mismo año. Curiosamente, en Estados Unidos, es la derecha la que más se vale del término, especialmente los de ideología libertaria, y que, además, suelen creer en la teoría de la conspiración que tiene como fijación todo lo que les parezca comunista. Lógicamente la connotación de esta palabra es peyorativa y se utiliza para describir a las gentes que voluntariamente apagan su capacidad crítica, para seguir ciegamente lo que otros, ya sean políticos, vendedores, etc., les digan.

Y en el rebaño, ¿habrá black sheeple? A ustedes, ¿qué les parece?

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Los colores, ¿cosas de ricos?

El lunes que acabamos de dejar atrás fue Labor Day (Día del Trabajo). Con él se da oficialmente por concluido el verano. El martes fue la vuelta al colegio, y las playas, medio vacías, ya no son de pago. En Nuevo Jersey la mayoría de las playas requieren un pase en época estival. Se puede acceder a ellas gratuitamente a partir de las 4:30 de la tarde, cuando los turistas ya han gastado el sol.

Leyendo un artículo sobre el origen de esta fiesta, me he enterado de que era una celebración de la ostentación, un festival de apariencias, un anuncio para demostrar quién era el más potentado, un método para distinguir la pertenencia o no a esta hermandad de agraciados. El Día del Trabajo se estableció oficialmente a nivel federal en 1894, aunque el código de vestimenta que vino con él se remonta a fechas cercanas a la Guerra de Secesión.

El pánico y el asco saltó entre las damas emperifolladas al estilo de Lo que el viento se llevó. El dinero viejo, así lo llaman aquí, el dinero rancio, de tradición, con solera, vamos, dinero de terratenientes, estaba bajo amenaza. El dinero nuevo, término utilizado para definir a los nuevos ricos, era su nueva preocupación. A las esposas de los latifundistas no les quedaba más remedio que reforzarse contra la vulgaridad. Molly Brown, la activista y superviviente del Titanic es un gran ejemplo. Por si no han visto la película, esta mujer, de la noche a la mañana, se hizo rica con yacimientos de oro.


Para quitarse la chusma de encima, la élite diseñó una etiqueta, únicamente conocida entre el personal de rancio abolengo, por la que se consideraba que era una abominación que las mujeres fueran de blanco en otoño. Esta normativa no afectaba únicamente a los colores sino que minuciosamente recorría todos los aspectos de la vestimenta. Por ejemplo, una longitud de manga inapropiada, y la pobre era desollada. Hoy en día estas imposiciones se han templado, aunque, a veces, se oyen voces censurado el uso del blanco fuera de temporada.

Y ustedes, ¿creen que el blanco es para el verano o son cosas de los ricos?

martes, 6 de septiembre de 2016

¿Wall Street o las encuestas?

Que se dejen de encuestas. El Parqué neoyorquino ha hablado: Clinton saldrá elegida. No importa que su popularidad siga en caída libre. Y todo porque la Bolsa ha subido más de un 4% desde el 5 de julio. No obstante, las fechas a tener en cuenta comprenden el periodo que va del 31 de julio al 31 de octubre, a las puertas de las elecciones, el 8 de noviembre. Standard & Poor's, la conocida agencia de calificación, se ha tomado la molestia de hacer este estudio.

Su certeza se basa en la teoría de que si el Dow Jones sube, el partido en el poder, en este caso demócrata, derrotará al aspirante. Si se produce la victoria demócrata pero el Congreso queda en manos de los republicanos, según David Woo, consultor en America Merrill Lynch, imposible predecir lo que pasará. Si, por otro lado, el partido en el poder se hace con la Casa Blanca y el Congreso, el dólar se reforzará frente a otras monedas.

No sé si las bases científicas de Standard & Poor's serán correctas, pero, allá por el 2000, las predicciones de las encuestas fallaron. Daban a Bush como perdedor hasta el último día de la carrera hacia la Casa Blanca y salió elegido. Y lo mismo le sucedió a Kerry cuatro años más tarde. Partía como favorito y fue derrotado.

El día 26 de este mes tendrá lugar el primer debate presidencial. Las encuestas también han dicho que hacía treinta años que no se daban candidatos con tan mala reputación, lo que sin duda propiciará una gran volatilidad en el electorado. No pretendo ser frívola, pero me parece a mí, que, la cosmética, al igual que sucedió en el famoso debate entre Nixon y Kennedy, y que, casualmente se celebró un mismo día pero de 1960, dictaminará. Y es que, al que se le vea el rodal de sudor bajo la axila, dada esta volatilidad, ese, ese es el que lleva las de perder.

Y a ustedes qué les parece. ¿Ganarán las encuestas o el Parqué? ¿El maquillaje, tal vez?

lunes, 5 de septiembre de 2016

Las luces de Edison

El pasado 25 de agosto el Servicio de Parques Nacionales cumplió cien años, y, como regalo, estableció unos días de visita gratuita. La imagen que le viene a uno a la cabeza cuando piensa en un parque nacional, al menos era la que me venía a mí, es la del Oso Yogui robando cestas de comida en el imponente Yellowstone, y casi que es cierta, a los osos les da por eso. Las excepciones lógicamente se dan, y, como era de esperar, es en la costa este donde las "maravillas geológicas" no son tan abundantes y predominan otras de carácter histórico e industrial. En Nuevo Jersey, el estado en el que me encuentro, la casa y el laboratorio de Thomas Alva Edison también es parte de la red de parques nacionales.

Where modern America was invented (Donde la América moderna se inventó) es la frase elegida para describir esta "maravilla". El que más o el que menos sabe que hace unos 130 años Edison comercializó la bombilla, y que de él también es el fonógrafo, aunque su experimentadora mano se atrevía con todo. En el cine hizo sus pinitos con su Teatro Kinetográfico o María Negra, como él lo denominaba, el primer estudio de cine que, además, era giratorio. En el terreno de la experimentación a él se debe la puesta en marcha del primer laboratorio moderno dedicado a la investigación cuyo continente y contenido es de la época. En este laboratorio Edison creó durante la Primera Guerra Mundial, obviamente para evitar la dependencia alemana, la primera bola de caucho sintético a partir de caléndulas.  

Edison, que, a pesar de sus limitaciones físicas, padecía de una fuerte sordera desde niño, y educativas, apenas fue al colegio un par de años obligando a sus padres a la instrucción en casa, nunca pudo aplacar el sentido de curiosidad que le suscitaban las cosas. Además también era un trabajador incansable, siendo la holgazanería una cualidad que le repugnaba. Una de sus citas favoritas procede del pintor inglés Sir Joshua Reynolds, en la que se anota la tendencia natural del hombre para evitar el trabajo de pensar. 

Se le reconocen miles de patentes, aunque no todas son suyas, ya que, en ocasiones, se veía obligado a comprarlas si quería implementar alguno de sus inventos. Pero no todo era trabajo. Edison, al igual que su esposa Mina, disfrutaba mucho en la naturaleza, a la que seguramente, veía como el inagotable foco para su creatividad, aunque, eso sí, parece que no desdeñaba la caza y tampoco le temblaba el pulso a la hora de descargar 6600 voltios a un elefante, si con ello lograba demostrar sus descubrimientos. Con sus celebérrimos amigos, Henry Ford, (trabajó para él durante un tiempo como ingeniero), Harvey Firestone y el naturalista John Burroughs también compartía el gusto por la acampada. Tanto es así que, durante diez años, entre 1914 y 1924, este grupito al que le gustaba llamarse los "Vagabundos" se echaron a la carretera a bordo de uno de los famosos modelos T de Ford. De Pensilvania a Tennessee eran capaces de autoabastecerse. Si el motor dejaba de funcionar, ahí estaba Ford para arreglarlo. Si se pinchaba la rueda, saltaba Firestone. Si el camping estaba en tinieblas, Edison traía la luz, mientras que Burroughs compartía sus conocimientos de Botánica.

Pero había truco. Puede que, de vez en cuando, echaran una cabezadita bajo las estrellas, aunque, en caso de que les entrara frío, tenían un séquito, aproximadamente unos 50 vehículos, cargado de personal para atender cualquier necesidad u ocurrencia que les surgiera. Incluso contaban con un coche cocina. Ni que decir tiene que con esta aventura los "Vagabundos" alcanzaron una gran popularidad. El equipo de rodaje de la Ford Motor Company, miembro del convoy, se encargaba de la difusión de sus peripecias.

Uno de los compañeros de viaje a los que se echa de menos es a Nikola Tesla, el padre de la tecnología moderna. Al igual que Ford, también trabajó para Edison. Parece ser que Edison le prometió a Tesla 50000 mil dólares si conseguía arreglar un problema con unos motores, promesa que Edison despachó sin el pago una vez solventado, diciéndole que "no entendía el humor americano". Desgraciadamente, Edison estaba en lo cierto, pues Tesla tuvo que lidiar con este tipo de humor durante toda su vida, burlas que, me parece, siguen estando muy pero que muy vivas, ¿no les parece?

viernes, 2 de septiembre de 2016

Kit de inglés 6: Waterazo

En época presidencial, parece que, a los escándalos, sobre todo los relacionados con el sexo, les da por salir de debajo de las piedras. Sin ir más lejos, hace unos días nos enteramos de la relación extramarital del excongresista Anthony Weiner (desgraciadamente para el excongresista su apellido también tiene una connotación sexual, supongo que pueden hacerse una idea) con el "arma secreta" de Clinton, Huma Abedin. Por eso, para esta semana, me parece indicado presentar un término inevitable del que, seguro, casi todos, hemos oído hablar. Watergate (Guótergeit). Entre paréntesis dejo una pronunciación aproximada.

Esta palabra que despegó a raíz del escándalo que involucraba al presidente Nixon allá por los setenta, en el que se le acusaba de espiar el cuartel general de los demócratas y que le costó la presidencia en 1974, se ha vuelto a poner de moda. Y lo ha hecho anexionando su segunda mitad, gate, a otras palabras. Ahora, el pobre excongresista lleva la mala suerte por duplicado. Por lo que he mencionado más arriba y, porque, al haber protagonizado un escándalo, su caso se haya calificado como el Weinergate.

De la época del presidente Reagan tenemos el Irangate. Recordemos que varios   miembros del poder ejecutivo fueron acusados de vender armas a Irán. O un más reciente Bridgegate, en el que se vio envuelto el gobernador de Nuevo Jersey, Chris Christie. Pero el inglés americano, que no le hace ascos a las injerencias foráneas si es con letras, se atreve con otros vocablos. Pongamos por caso que el escándalo tiene que ver con maletas, entonces pasará a denominarse valijagate o maletinazo, como se llamó por entonces al conocido escándalo de 2007 que implicaba a Venezuela y Argentina.
Así de sencillo. En un momento tenemos montado un escándalo. Y ustedes, ¿conocen algún Waterazo?

jueves, 1 de septiembre de 2016

Peña Nieto, contra la espada y la pared.

Hasta México se ha desplazado Trump para comprobar la calaña de sus vecinos. Y llevaba invitación ¿forzosa? extendida por Peña Nieto.

Aparentemente Trump no ha debido encontrar gran mácula en sus gentes, calificándolas de "maravillosas", aunque eso sí, luego en feudos estadounidenses se retracte y vuelva a las andadas con "los dos millones de ilegales criminales que andan sueltos por las calles". Supongo que, a esos, los debe ver con sombrero de mariachi.

Independientemente de que a Peña Nieto le viniera bien esta visita para desviar la atención de sus compatriotas, por lo visto tampoco da abasto con los escándalos, no tenía más remedio que aceptarla. Y ha sido una ganancia para ambas partes, porque Peña Nieto le ha dado a Trump la posibilidad para que se luciera como estadista en su aventura foránea. Y Trump, ¿se lo pagará con el muro? ¿Qué les parece a ustedes?