domingo, 8 de marzo de 2020

Cien años de béisbol

Aunque ya no estamos en el Mes de la Herencia Negra, pero vivo muy cerca de Homestead, una de béisbol de color.

Los Homestead Grays fue un equipo de béisbol profesional para jugadores de color e hispanos. Pittsburgh también tenía el suyo, los Pittsburgh Crawfords. Uno de los mánagers de los Crawfords fue el fotógrafo Teenie Harris. Los Homestead Grays comenzaron su andadura en 1912 y fue en 1950 cuando deciden desmantelarlo. El equipo de Pittsburgh corrió peor suerte. Más tardío, surge en 1930, se vio obligado a cerrar en 1939, debilitado por la fuga de figuras. 

Ni que decir tiene que a estos jugadores, en medio de las leyes segregacionistas, solo se les permitía competir en lo que se llamaba la Liga negra. No importaba que a muchos de estos jugadores les sobrara categoría para participar en las Grandes Ligas de Béisbol o que fueran mejores que otros jugadores blancos. 

Los Josh Gibson, probablemente uno de los mejores bateadores que ha dado este país o los Satchel Paige, que, en 1948, fuera fichado por los Cleveland Indians a los 42 años y se mantuviera en las Grandes Ligas diecisiete años más, (debía de ser bastante bueno cuando Joe DiMaggio dijo que Paige había sido el mejor lanzador, también el más rápido al que se había enfrentado), nunca consiguieron el reconocimiento que se les debía. La ignominia se cebó especialmente con Gibson.   

First colored world series, opening game Oct. 11, 1924, Kansas City, Mo.

Con el fichaje de Jackie Robinson en los Brooklyn Dodgers en 1947, los clubs de las grandes ligas comenzaron a animarse y a contratar jugadores de color. Robinson no lo tuvo nada fácil. En el terreno de juego hinchas y seguidores del adversario le escupían y le tiraban cosas por igual. En los vestuarios muchos de sus compañeros también le hacían la vida imposible. Pero no tenía más remedio que aguantar pues su contrato llevaba una cláusula que decía que, si se quejaba, a la calle

En el video brevísima entrevista al nieto de Gibson.

Por cierto que, el 13 de febrero, se conmemoraron los 100 años de la creación de la Liga para jugadores de color e hispanos. El evento tuvo lugar en Kansas City, Misuri. Ocho equipos formaron parte de la iniciativa lanzada por el padre del béisbol de color, Andrew "Rube" Foster, mánager y también jugador, de los Chicago American Giants.

sábado, 7 de marzo de 2020

Kit de inglés 184: My way or the highway.

Y ya que hace días nos echábamos a la carretera en el autobús electoral, hoy nos volvemos a ella con My way or the highway. Literalmente mi camino o la carretera, y que debería traducirse por si no te gusta ya sabes por dónde se va o si no te gusta, ¡allí tienes la puerta! 


Cortesía de USDA ARS
La pronunciación casera: mai güei or de jaigüei. Y la buena aquí, en la voz del coach (instructor) Shane.

De origen incierto, se piensa que esta expresión pudo haber salido del mundo de los negocios o del deporte, probablemente del fútbol americano. Fue a finales de los años 60 cuando despierta. En 2005, según Google Ngram, alcanzó el mayor número de usuarios. Parece que está en claro retroceso, aunque, con las modas, ya se sabe.

viernes, 6 de marzo de 2020

Presentación de Tanto para esto en Fuenlabrada

Y aunque no soy Woody Allen y aún no he lanzado unas disputadas memorias, espero veros en el Centro Cultural Tomás y Valiente de Fuenlabrada, el viernes 3 de abril a las 7 de la tarde, para la presentación de Tanto para esto. 


jueves, 5 de marzo de 2020

El autobús en las distancias cortas

Y mientras Warren deshoja la margarita con el me quedo, no me quedo y Sanders busca con desesperación el voto del electorado de color, en Nueva York será donde más caso le hagan, nos vamos con ellos de excursión en los autocares electorales. Aquí, un breve recorrido, en inglés, de su historia

Y para los que no sepan inglés. Según la revista The New Republic, fue en 1948 cuando, Thomas E. Dewey, republicano moderado y látigo de la mafia, se subió por primera vez al autobús para buscar el voto. En el autobús está la prensa, con lo que los candidatos y sus leales acompañantes deben ciudar muy mucho lo que les sale por la boca. Sin ir más lejos, la campaña del senador demócrata Ed Muskiewas terminó en 1972, cuando a su esposa Jane se le ocurrió decirle a los periodistas que le narraran historias picaronas. 

Atlantic City bus
Pero el que no corre, vuela. Sobre todo cuando las distancias a cubrir son muy grandes y no se tiene tiempo para ir admirando el paisaje ni saludar al público. En la carrera demócrata a 31 de diciembre del año pasado los candidatos gastaron más de 4000 millones de dólares en vuelos privados. En el caso de Biden, por cada veinticinco dólares que gasta, uno y pico lo destina a fletar un avión privado. Sanders, por su parte, reserva uno de cuarenta. Sanders utiliza los aviones de Apollo Jets LLC, una compañía de aviones privados de lujo afincada en Nueva York. El trimestre pasado se dejó mil doscientos millones. Para deshacer el daño al medioambiente hizo una aportación voluntaria de 23, 200 dólares para compensar por las emisiones de CO2. Biden le pisa los talones, con 924000 dólares gastados entre el uno de julio y el treinta de septiembre en 2019. Biden también compensó al medioambiente. Warren va detrás con su donación correspondiente para mitigar los efectos del CO2. Bloomberg es cuarto con 646000 dólares, aunque esta cifra solo cubre unos cuantos días de noviembre y todo el mes de diciembre. El gasto de Klobuchar fue modesto, mientras que Buttigieg también hizo su donativo a la causa medioambiental, redujo las partidas destinadas a los vuelos privados y se subió a más aviones comerciales. 

Aunque claro, estos gastos aún quedan lejos del millón o millones que paga el contribuyente cada vez que el presidente se va a patear a su club privado, Mar-a-Lago. Y me parece que, de donativo para reducir los efectos del CO2, nada de nada.

lunes, 2 de marzo de 2020

¿Qué prefieres Warren?

Hace unas horas me preguntaba qué estaba haciendo Klobuchar en la carrera demócrata y ya lo ha confirmado: quitarse de la carrera a la Casa Blanca y respaldar la candidatura de Biden. Con esta decisión, Klobuchar, al igual que Buttgieg, le entrega a Biden casi todos sus votos. Quizás Bloomberg pueda raspar algunos.

Ahora le toca a Warren pensarse si hará lo mismo por Sanders o si prefiere una de Biden. ¿Qué prefieres Warren?

Y mañana martes, redobles

Y mañana, redobles: Mil trescientos cuarenta y cuatro delegados en lid, un 33.8% del total de votos de todo el país. Catorce estados. Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Tennessee, Utah, Vermont, Oklahoma, Virginia, California y Tejas, siendo los dos últimos, los estados estrella.

California parece que se decanta por Sanders, mientras que en Tejas la contienda será más reñida. Los Bloombergianos aquí pueden dar la campanada. Minesota parece que la retiene Klobuchar, aunque por los pelos. La situación de Warren en su propio estado, Massachusetts, es peor. Según las encuestas, Sanders parte como favorito. Los estados más húmedos, Alabama y Tennesse, seguramente se los lleve Biden. Oklahoma dio la sorpresa en las primarias del 2016 al concederle a Sanders la victoria, pero creo que, esta vez, Biden se llevará el Sooner State, (El Estado tempranero), uno de los sobrenombres por los que se conoce a Oklahoma. Me parece que en aquella ocasión, los oklahomeses prefirieron a Sanders antes que darle la victoria a un Clinton. En Vermont el resultado no tiene ningún misterio. En Utah Biden no gusta. ¿Quizás Bloomberg? Las encuestas dan a Sanders como ganador. Virgina es de Biden. Como también parece que lo será Carolina del Norte. En Colorado seguramente gane Sanders. En Arkansas, claramente Biden, y Maine para Sanders.

Para Warren y Klobuchar el Supermartes es la prueba del algodón. Una derrota en Massachusetts debería sacar del ruedo a Warren. En cuanto a Klobuchar, francamente no sé qué motivaciones tiene para seguir adelante. Gasto de dinero... A menos que esté buscando una oportunidad para convencer a Biden de que no sería una mala vicepresidenta...   

A tener en cuenta: solo los candidatos que consigan más de un 15% de los votos obtendrán la parte proporcional de delegados que les corresponda. En caso de que Biden, por ejemplo, fuera el único candidato que superara la barrera del 15%, se llevaría todos los delegados de ese estado, independientemente del número de votos que hubiera obtenido.

Y aquí dejo a Steyer pasándoselo en grande a ritmo de rap, con una cancioncita bastante estimulante.

domingo, 1 de marzo de 2020

Se ve venir

Resumen: Biden se lleva Carolina del Sur. Sanders es el que se llevará más delegados en la carrera a la Casa Blanca, (ganará por lo que se llama pluralidad, no por mayoría, es decir, conseguirá menos de los 1991 delegados necesarios para salir nominado). Entran los 771 superdelegados a escena, nominan a Biden, y Biden cae derrotado frente a Trump. Con la nominación de Sanders también pudiera suceder lo mismo, no cabe duda, pero, al menos, se respeta la pluralidad.

Desde 1972 los superdelegados han venido acatando la voluntad de los votantes aunque, esta vez, se les ve un poco nerviosos. Uno de ellos, William Owen, miembro del Comité Democrático Nacional que no le hace ascos entregar donaciones a la causa republicana, ya está dando coces para evitar la nominación de Sanders. Si de alguna manera Sanders lograra la nominación, Owens propone al expresidente Obama para la vicepresidencia. Si este la rechazara, el ofrecimiento iría a Michelle Obama.

Bloomberg, que tiene mucho dinero, ya se ha hecho amigo para el Supermartes (previo pago, naturalmente) de dos superdelegados. Ni más ni menos que de los vicepresidentes del partido demócrata de California y del de Tejas.

La cantinela es que, de salir Sanders, los demócratas nunca recuperarán el Senado. Pero con los otros candidatos, a excepción de Warren, la cosa cambia. Los demócratas no se dan cuenta de que, a la causa republicana, le da igual la cara del demócrata, aunque seguramente la prefieran dura.