lunes, 25 de mayo de 2020

Provocador de provocadores.

Cortesía de USDA ARS.
Y desempolvamos hoy una apreciación del provocador de provocadores, cantautor de la decadencia americana. Algunos dicen que su genio era más apto para el ensayo que para la novela. Y en Cue The Green God, Ted, Gore Vidal nos deja constancia de que a su pluma no le faltaba filo. La pieza, publicada en agosto de 1989 en The Nation, se recogió luego en la colección de ensayos titulada The Decline and Fall of the American Empire (Declive y caída del imperio americano).  

Aquí el comentario con la tradu.

Aunque podemos decir que el SIDA solo ha golpeado a ciertas minorías, nunca se puede hablar de la verdadera epidemia: el hecho de que uno de cada cuatro americanos vaya a padecer cáncer. Esta catástrofe se oculta al público gracias a las empresas que comercian con el tabaco, las empresas que se dedican a la energía nuclear (con sus políticas chapuceras para la eliminación de residuos) y otras empresas que se dedican a envenenar la Tierra, para que la América corporativa pueda seguir disfrutando de la libertad para ganar dinero sin la menor responsabilidad hacia aquellos que están matando (página 43 de The Decline and Fall of the American Empire). 

Décadas más tarde, en plena pandemia, con el tráfico rodado hasta hace unos días visiblemente mermado, el aire, en muchas zonas del país, sigue siendo irrespirable. El ozono, esa membrana protectora que tenemos agujereada y más gastada que un calcetín, apenas ha podido recuperarse en la cuarentena que llevamos encima. Tres núcleos son los que más se empeñan en contaminar. A saber:


  • Los Ángeles. En plena pandemia, con un 40% menos de coches, la contaminación sigue ahogando a la ciudad. Es cierto que la nube de smog se ha retraído y se puede extender la vista para gratificación de los ojos, pero la salud entra por las narices. Es el tráfico gigante, el de los camiones y autobuses, el que está poniendo en riesgo la vida de sus habitantes. California quiere tomar cartas en el asunto, controlando los criterios de emisión de gases en los coches, pero la administración en el poder se niega. California también quiere colocar cinco millones de coches eléctricos en las carreteras antes de que termine el 2030. 

El estado también quiere moverse hacia una línea más sostenible con los camiones. En junio, los miembros del organismo regulador encargado, decidirán si una parte de los que se vendan en California, no más de un 9% el primer año, deberán funcionar con electricidad o bien mediante pilas de combustible. De aprobarse, esta normativa entraría en vigor en el 2024. Para el 2035, el porcentaje de camiones comprometidos con el medioambiente no podría ser inferior al 40%.

  • Houston, tenemos un problema y de los gordos. En su caso, las industrias petroquímicas. Cantidades refinadas, especialmente óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, asfixian el aire. La administración actual también se ha declarado en el asunto de las petroleras, dictaminando que, ya que no va a mover un dedo por mitigar el impacto de esos gases, por qué se va a molestar en regular otros contaminantes que salen de las mismas bocas. En abril se despachó una iniciativa para poner límite a la emisión de partículas (12 microgramos por metro cúbico es el máximo permitido), esas que acaban enquistadas en los pulmones, aún más perniciosas que los gases, desoyendo las recomendaciones de la EPA, la Agencia para la Protección del Medioambiente. 
  • Pittsburgh. La producción de acero la tiene a la ciudad más negra que el carbón. Es cierto que hoy en día la atmósfera de Pittsburgh es más respirable que la que tenía hace setenta años, pero aún le queda muchísimo camino que recorrer.

Para los curiosos, aquí dejo una lista con los aires más provechosos en tierras americanas. Y habrá que darse prisa, porque, según Vidal, en América dentro de poco tendremos una dictadura militar, ya que nadie parece ser capaz de mantenernos unidos.    

viernes, 22 de mayo de 2020

Kit de inglés 194: down-to-earth.

Y como llevamos unos días dando la vara con desastres naturales, el kit de hoy nos trae tierra. Down-to-earth, que, literalmente, se traduce por bajo a la tierra, y que equivale a nuestro con los pies en la tierra, práctico o realista.

Cortesía de USDA ARS.
La pronunciación para salir del apuro: dáun tu erz. Y la correcta aquí (2:16-17).

El origen de este adjetivo no se conoce a ciencia cierta, pero se cree que es bastante reciente. El Newark Advocate, un periódico de Nueva Jersey, ya lo utiliza en 1922, aunque, en 1917, tenemos película de Douglas Fairbanks con este título.

Frase:

He [Biden] looks like a down-to-earth person.

Parece una persona con los pies en la tierra.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Ideas covídicas

No he podido dejarlo pasar: negocios para zona costera en tiempos covídicos. Flotadores gigantes que hacen las veces de mesa en Maryland. El video no revela si uno tiene que permanecer de pie durante la comida o si, por el contrario, la mesa cuenta con algún tipo de asiento estilo tacatá. También desconozco si el producto es anfibio y si es apto para tirarse al agua. 



Y para los de secano aquí va una idea. Los cochecitos de choque de las ferias. Digo yo que también podrían usarse como mesas de restaurante. Seguro que nadie se atrevería a decirnos que esa comida no es para llevar. Y para los amantes de las alturas, las norias. 

A la cuarta va la vencida.

Como estamos en época, y aún no habían aparecido en el blog, una de tornados. Muchos estados los padecen. El corredor de los tornados (Tornado Alley) cuenta con varias franjas, siendo la denominada Dixie Alley, el corredor sureño, en especial la zona que rodea Memphis, Tennessee, la más peligrosa. Y con el cambio climático se espera que esta peligrosidad vaya en aumento, no solo en Tennessee.

Odd Fellow's Hall, after tornado, Louisville, Ky.

Y aquí una lista, en caso de que se prefiera buscar protección y no salir al encuentro del tornado, con los mejores lugares para refugiarse:

  • Un sótano. Nos mantendremos alejados de ventanas y objetos que puedan caernos encima y nos pondremos un colchón por encima, si puede ser.    
  • Un refugio especial para tornados. Muy buena opción pero me temo que muy cara. 
  • El baño o dentro de un armario.
  •  Una zanja, en caso de que no nos dé tiempo a ponernos a cubierto.

martes, 19 de mayo de 2020

No hay dos sin tres.

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No son ganas de ser un cenizo, pero aquí va otra de desastres naturales. Y es que un 18 de mayo, pero de 1980, el monte Santa Helena, en el estado de Washington, entró en erupción, llevándose por delante 57 vidas, entre ellas las de Harry Truman, un hombre de 83 años que se negó a abandonar su cabaña, la de David Johnston, el científico que dirigía la operación y al que debemos que el número de víctimas no fuera superior, ya que no sucumbió a las presiones de algunos habitantes de la zona afectada, que le pedían, sobre todo los comerciantes, que la reabriera y no les obligara al éxodo. Y la del fotógrafo Robert Landsburg, que logró salvar sus instantáneas embuchándolas en una mochila que parapetó con su cuerpo.

Curiosidad: los habitantes de Spokane, ciudad a casi 600 kilómetros del volcán, tuvieron que llevar máscarillas en espacios abiertos durante 9 días.   

Video del Servicio Geológico con subtítulos en inglés. Y, aquí, en español, con la fantástica voz de Jose María del Río, el de los documentales de la 2.

lunes, 18 de mayo de 2020

De fallas y fallos.

Y ya que hablamos de calamidades, y que en la zona de Carson City, Nevada, hace unos días se registró un seísmo de intensidad 6,5, hoy, una de terremotos.

Poag, Hawaii, volcano

Gracias a la magia del celuloide, a muchos nos resulta familiar el famoso terremoto de San Francisco. Sucedió un 18 de abril de 1906 y su magnitud, según los expertos, (la escala de Richter y Gutenberg aparece en 1935 y, por tanto, es difícil dar un valor exacto), se encontraba entre los 7, 7  y los 7,9.

Los movimientos sísmicos del país no solo se quedan en la falla de San Andrés, sino que tocan la otra costa. Y en el centro del país, en el valle del Misisipí, en la denominada zona sísmica de Nuevo Madrid, también se dan movimientos sísmicos de una magnitud considerable. Ocho estados son los más proclives a que sufrir esta furia, siendo Oklahoma, el más vulnerable de la lista. Por lo visto, las temperaturas frías de la zona y el suelo blando del valle favorecen la amplificación de la magnitud de la onda. 

Y el panorama que pintan los investigadores no es nada bonito: a esta zona sísmica puede que en menos de 50 años le pegue un terremoto que supere los 8 grados. Y lo peor: el gobierno está poco o nada preparado para afrontar un desastre de esta magnitud. En el 2019 a las autoridades se les ofreció simular un seísmo de 7, 7, el Shaken Fury, (La furia sacudidora) y amablemente dijeron no gracias.

Mitiguemos el susto, si es que se puede, con la falla Wasatch, en la zona del valle de Salt Lake, área que solo ocupa los estados de Utah e Idaho. En caso de que un seísmo nos pillara en uno de ellos, la intensidad del horror, dicen, no superaría los 5,7. Aunque hay voces autorizadas que no se quedan tranquilas con este número y también lo suben a 7,5

domingo, 17 de mayo de 2020

¡Al refugio, corramos al refugio!



El jueves pasado revisitaba en dailymotion The Shelter, literalmente el refugio, un episodio de mis series favoritas, The Twilight Zone, y hoy encuentro esto. Capítulo imperdible para los tiempos que corren. Subtitulado en español. 

Y aquí, Duck and Cover, (Agachate y Cúbrete), un breve documental del Departamento de Defensa Civil que salió a la luz en 1951 con el que di ayer sábado. En este, la tortuga Bert demuestra a los niños de la Guerra Fría las técnicas, o mejor dicho la técnica, para evadir explosiones nucleares. Documental solo disponible en inglés pero, con las imágenes, sin duda sabremos lo que hay que hacer.