lunes, 16 de mayo de 2022

Todo es grande en América.

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En América ya sabemos que todo va a lo grande. Durante la pandemia tuvimos la gran transformación, esto es, embelesarnos con los pequeños detalles del día a día para que el encerramiento no nos comiera. Después vino la gran dimisión, de la que, ya parece, estamos saliendo. 

Y, desde que el 22 de septiembre de 2021, el periodista conservador Tucker Carlson nos dijera que "la política migratoria de Biden está sustituyendo el legado americano por otro más obediente que nos traen gentes de países lejanos", reavivamos las llamas de lo que se conoce por el gran reemplazo, el miedo blanco a que las minorías nos devoren. Para los que sepan inglés, aquí el origen y desarrollo de esta teoría de la conspiración. Y para los que no, aquí, en español.

jueves, 12 de mayo de 2022

Kit de inglés 293: Paraskevidekatriaphobia.

Como mañana es la tan temida fecha, viernes trece, esta entrada va dedicada a los paraskevidekatriaphobics, es decir, aquellos que sufren de paraskevidekatriaphobia, y que no es otra cosa que el temor a dicha fecha. 

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Pronunciación terrorífica. "Péarassssquifííídekatráifóbia".

Y aquí, la buena. 

Esta palabra aparece a principios de los años 90 del siglo pasado, y su formación se atribuye al psicoterapeuta estadounidense, Donald Eugene Dossey, especialista en fobias y técnicas para reducir el estrés. Según el doctor, una vez que uno era capaz de pronunciar la palabra sin titubeos, la fobia desaparecía. 

Frase: An estimated 17 to 21 million people in the U.S. experience paraskevidekatriaphobia. 

Se estima que entre 17 y 21 millones de americanos sufren de parascevedecatrofobia.   

Curiosidades: 

Un 85% de los hoteles estadounidenses con ascensores Otis se saltan la planta 13. 

Los paraskevidekatriaphobics no volarán ese día a menos que vayan a Las Vegas a gastarse los cuartos. Por lo visto, Las Vegas es el único lugar que se salva del mal fario. 

miércoles, 11 de mayo de 2022

¿Newton o Descartes?

El Día de las Víctimas del Comunismo me ha recordado la cruzada de DeSantis para evitar que, los libros de texto, en especial los de matemáticas, incluyan adoctrinamiento con una asignatura que solo se da en la universidad y que en inglés se llama critical race theory, teoría crítica racial, término acuñado por Kimberlé Crenshaw, profesora universitaria en la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles. 

Unos veinticuatro títulos rechazó el Departamento de Educación de Florida. Parece ser que, en los libros de matemáticas, no se puede mencionar el cambio climático, porque, según algunos evaluadores, no está comprobado científicamente. Incluir que las vacunas salvan vidas también es sacrilegio, como lo es un video en el que dos personajes animados, un perro llamado Newton y un gato que se llama Descartes, cantan. Por lo visto, el video estaba plagado de factores socioemocionales. ¿Acaso en algún momento el perro se atreviera a rozar el hocico de su amigo y saltara la alarma del evaluador, tildándolo de inapropiado? O tal vez fuera la mezcla de razas lo que le molestara, pues, ya se sabe que los perros y los gatos se llevan a matar, y lo mejor es que no se junten.

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Otros factores emocionales que han tenido peso a la hora de animar al gobernador y a su equipo a vetar estos libros es que, para realizar operaciones matemáticas, se mencionaran realidades como los divorcios o la diferencia salarial entre hombres y mujeres. Según la evaluadora, madre de familia e ingeniera de carrera, saber que existe una brecha salarial "desanima a las chicas".  

Estas evaluaciones sin duda recuerdan mucho a las de Mel y Norma Gabler, fundadores del Educational Research Analysts. La ferviente religiosidad cristiana y conservadora de este matrimonio tejano alcanzó al Departamento de Educación de Texas en los años 60 del siglo pasado. Desde entonces, con apoyo estatal, el renacimiento intelectual conservador persevera en su afán educativo por purgar los libros de texto de cualquier realidad que les parezca incómoda. 

Como sigamos así, en los estados recalcitrantes, lo mismo pronto empezamos a ver libros de texto asignados según sexo biológico. 

martes, 10 de mayo de 2022

Qué faena.

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Lo siento por Marie Curie y Albert Camus, nacidos un 7 de noviembre, pero es que, precisamente ha sido este día, el que ha elegido el gobernador de Florida, Ron DeSantis, para meter en el calendario florido el Día de las Víctimas del Comunismo. Seguramente el día nacional al Chocolate Negro con Almendras que también se hace hueco esta fecha, no le llenaba lo suficiente, y ha preferido darle, rojo, al asunto. O quizás haya querido rendir un homenaje al amiguísimo de Nixon, Billy Graham, que también cumpliría años un 7 de noviembre, porque, por la ciencia y la literatura, me da que no ha sido. 

Una pena que DeSantis se haya apresurado a firmar por el 7 cuando, si se hubiera esperado exactamente una semana, también hubiéramos podido acordarnos del senador McCarthy, nuestro cazador de brujas comunistas. 

viernes, 6 de mayo de 2022

Kit de inglés 292: To be in a rut.

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Y esta semana volvemos al lejano Oeste con to be in a rut, literalmente "estar en un surco", y que podríamos traducir por estar atrapado en la rutina. Esta expresión sale del fango en el que quedaban atrapadas las ruedas de los carromatos de los colonos que iban hacia el oeste. La forma se registra a principios del siglo XIX. 

La pronunciación por tierra. "To bi in a rat". Y la buena aquí.  

Frase: I feel you are in a rut. 

Me parece que estás estancado. 

jueves, 5 de mayo de 2022

La sombra de Trump es alargada...

Con el topo que nos ha traído este pelotazo del Tribunal Supremo, varias cosas nos han quedado claras. La primera es que la seguridad del Tribunal deja mucho que desear, y la segunda es que la mano de Trump, más envalentonada con la victoria de su delfín, J.D. Vance en las primarias republicanas de Ohio, sigue revolviendo en busca de un nuevo mandato. 

loc.gov Fotografía Dorothea Lange 



La pócima que Trump nos hiciera beber bajo su dominio con la elección de tres señorías supremas está surtiendo el efecto deseado. Para proceder al desencanto pocas soluciones hay. Se me ocurre la posibilidad de engordar al Tribunal con menos señorías radicales, porque, meter en la Constitución, de una vez, el derecho al aborto, con todas sus letras, requiere dos terceras partes del Congreso y el Senado, y eso es harto improbable. 

También ha quedado claro que al Supremo le importa un pimiento el derecho a la privacidad de la Decimocuarta Enmienda, aunque ya sabemos que si uno tiene pudientes y es de buena raza, a poder ser blanquito, cristiano, y rizando el rizo, evangélico, pues que se valga de la Decimocuarta y de lo que quiera para arreglar a su heredera. "Está de vacaciones" o "en cura de reposo". Y tira millas. Hipocresía. 

A su señoría Kavanaugh tampoco le falta desparpajo, digno del mejor Trump, cuando, en una reunión privada le anunció a la senadora republicana, Susan Collins, que consideraba el asunto Roe "una ley zanjada". Olvidó mencionar la fecha, supongo. Cuajo parecido tuvo el honorable Gorsuch, cuando le confió al senador republicano Lindsey Graham, "que antes se hubiera marchado que dejar que Trump le pidiera derogar Roe". 

De la visceralidad que produce este asunto, no cabe duda de que Trump y los suyos están sacando buena tajada de su grey, que, enervada con el pegamento de que las mujeres que quieren o necesitan abortar son todas unas criminales, aflojan la pasta para pararles los pies y, de paso, adjudicarles una vida no deseada de la que, tal vez, nunca puedan escapar. Es preferible, para que la conciencia republicana se quede a gusto, decidir que estas mujeres queden esclavizadas a una criatura que, seguramente, no se criará en un barrio fetén y no tendrá institutriz en casa para que lo instruya en los deberes y derechos del buen ciudadano. 

Por desgracia, esa criatura como ninguna otra corre el peligro de quedar atrapada en las filas de la pobreza, la marginalidad o la delincuencia. Por supuesto, la sociedad se hará cargo de su sustento, hasta que la máxima instancia judicial, avalada por los esfuerzos republicanos, haga otro borrador con sus interpretaciones, dispuesto a cargarse de un plumazo la asistencia social. 

Parejas del mismo sexo que no sean de rancio abolengo, ¿en los siguientes borradores del Supremo? 

martes, 3 de mayo de 2022

Armas fantasmas.

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Hace unas semanas la Administración Biden anunciaba que el Departamento de Justicia endurecía la normativa para adquirir los kits 3D para montarse en casa, en menos que canta un gallo, un arma de fuego. El endurecimiento consiste en incluir un número de serie, más que nada para poder rastrearla, y en hacer una comprobación de los antecedentes penales y mentales del adquisidor. 

Y ya tenemos el lío armado con los defensores de la Segunda Enmienda, que prefieren poner en peligro la vida de los otros, antes que atenerse a unas reglas que, potencialmente, también pudieran servir para salvar las suyas o la de sus seres queridos. Pero, desgraciadamente, somos así, y muchas veces solo nos asomamos a un cambio de parecer cuando ya no se puede hacer nada. 

Para muchos devotos de la Segunda Enmienda, la comprobación delictiva del que se agencia el arma, sobra. Si el comprador tiene cierta inestabilidad mental, pues tampoco pasa nada. Con volver la cabeza... Y si lo que se quiere es hacer un regalito al pequeño de la casa, por lo bien que se porta, pues con decir que el juguete es para papá, ya vamos apañados. 

Los defensores de la Segunda, y eso que estas "armas fantasmas" este año ya se han puesto en funcionamiento en escuelas, amenazan con llevar esta decisión a los tribunales, argumentando, entre otras cosillas, que los propietarios de armas son gente responsable. Quizás sea así, pero, como hemos visto, a veces caen en manos de aquellos que no lo son.