Esta semana una de caballos en Pittsburgh. To swap horses in the middle of a stream. Literalmente cambiar de caballos en medio del río y que equivaldría a nuestro cambiar de bando, de equipo o de ideales en medio de un proyecto que ya está en marcha. En una palabra, ser un chaquetero. Pronunciación para salir del paso: tu suáp jorses in de midel of a strim. Y una versión casi idéntica a esta forma (el verbo swap también se puede intercambiar con change, cambiar) en boca del sensacional grupo californiano Tower of Power (Torre del poder). Segundos 55-59.
Parece que la expresión salió en septiembre de 1863, cuando el Pittsburgh Post publica una falsa epístola que atribuye al presidente Lincoln. Lincoln, que sin duda debió leer la carta, adoptará esta forma meses más tarde en un discurso a la National Union League (Liga de la Unión Nacional), cuerpo que vuelve a nombrarlo candidato a la presidencia.
It was not a good thing to swap horses while crossing a stream, (No era buena idea pasarse al otro bando) decía la falsa carta.
jueves, 29 de agosto de 2019
miércoles, 28 de agosto de 2019
Más whisky
Pero el federalista Hamilton era implacable. Lo acusaban de ayudar a las grandes destilerías con tarifas planas, que, sin duda, perjudicaban a los pequeños negocios. El secretario tal vez consideraba que, en la defensa de las grandes empresas, el trabajador se beneficiaría. El caso es que Hamilton no se achantó y consiguió que Washington desplegara 13000 hombres a las zonas subordinadas. El famoso impuesto entró en vigor en marzo de 1791 y es en octubre de 1794 cuando los hombres de Washington sofocan la rebelión, una rebelión que prácticamente fue inexistente, ya que la población, sorprendida con la respuesta del gobierno, acató las órdenes de inmediato. Solo se castigó a unos pocos.
Lo bueno de la visita es que dejó sus dineros, porque unos cuantos desplegados decidieron asentarse en la zona. No sé si para dedicarse a la elaboración de whisky. Las carreteras también mejoraron sustancialmente, el miedo a otra insurrección requería un acceso rapidito a la zona. El comercio se revitalizó. Restaurantes, hoteles... todo gracias al whisky. Cuando vino Jefferson, némesis de Hamilton, fuera impuesto.
En la actualidad el estado de Pensilvania lleva el negocio alcohólico. Por cierto, que las leyes de la Commonwealth de Pensilvania en esta materia son para caerse de espalda. Se necesita una guía para no perderse. Una de sus rarezas. Las bebidas espirituosas no se mezclan con la cerveza. Para comprar cerveza hay que irse a otro tipo de establecimiento. Y esta locura gracias al que fuera gobernador de Pensilvania de 1923 a 1935, Gifford Pinchot, un abstemio con un odio feroz por el alcohol. Parte de su plan era desanimar y agotar al posible comprador antes de que echara mano a la botella. No sé si lo conseguiría. Pero a datos del 2017, Pensilvania está empatada con Tejas en el consumo de alcohol per cápita. Curiosamente los estados menos bebedores fueron Utah, donde sobra el dinero pero las convicciones religiosas derrotan los placeres terrenales, y Virginia Occidental, donde no sobra el dinero para permitirse el lujo de comprar una botella con asiduidad. El estado más beodo, Nuevo Hampshire, la tierra del vive libre o morirás. Lo mismo de cirrosis. O en la carretera.
lunes, 26 de agosto de 2019
De Oz
Y una curiosidad, la actriz Margaret Hamilton, que interpretaba a Miss Gulch y también a la malvada Bruja del Oeste, era maestra de preescolar. Porque sentía que los niños vivían atemorizados de ella, pidió a Mr. Rogers que la invitara a su barrio. Y allí estuvo en 1975. Aquí los dejo.
domingo, 25 de agosto de 2019
Reconociendo el terreno comunista
Y seguimos con labor de reconocimiento del área: el sábado le tocó a Old Economy Village, en Ambridge, una localidad a una media hora de Pittsburgh. Gracias a la socorrida intervención bibliotecaria, pudimos hacernos con unos pases gratuitos para visitar el complejo comunista.
Los inicios de Old Economy Village (Vieja villa económica, económica aquí debe traducirse por organizada, ya que procede de un término pietista que hace referencia a la economía divina), hay que buscarlos en Europa, de una sociedad que George Rapp funda en 1785 en Alemania y que desembarcaría en Estados Unidos en 1803. Antes de instalarse en la Vieja villa, el señor Rapp ya había probado con dos emplazamientos distintos: Harmony, (Armonía), también en Pensilvania, y otro en Indiana. Al industrial galés, Robert Owen, que quería abrir una comuna de carácter secular, las de Rapp eran de origen religioso, le vendió el terreno de Indiana en 1824, pero en manos de este la aventura que rebautizó con el nombre de New Harmony (Nueva Armonía) duró menos de dos años. Rapp adquirió la tierra para su tercer y último asentamiento en la ribera del río Ohio, en el condado de Beaver al este de Pittsburgh. En 1825 el experimento ya estaba en marcha.
A los armonistas, así hacían llamarse, miembros de la comunidad George Rapp and Associates (George Rapp y Asociados) fundada en 1805, también conocida como Harmony Society, (Sociedad Armonía), no les faltaba de nada en este barrio de nueva construcción. Biblioteca, museo, escuela, sala de música, salón para fiestas que celebraban de cuatro a ocho veces al año, la Fiesta del Amor o Liebesmahl, común entre los pietistas, también la seguían los armonistas, cocina comunal, panadería, jardines, un sistema con bombas de agua para apagar incendios de última generación, (los armonistas, a diferencia de los Amish, eran amigos de la tecnología), bodega, por aquí se dejó caer Lafayette y había que agasajar a los invitados con sus armoniosos caldos, vino, cerveza, sidra con alcohol... También bebían güisqui, aunque no está claro si era de elaboración casera. Herrería, taller de carpintería, de zapatos, de corte y confección (los armonistas tenían tres trajes, dos de andar por casa y el de gala para ir a la iglesia dos veces en domingo y otras dos durante la semana), tienda de ultramarinos, oficina de correos, establos, telares, uno de los mejores en Estados Unidos hasta que cerrara a mediados del siglo XIX, dedicados al algodón, lana merina y seda, y tres graneros de cinco plantas a imitación de los de la zona de Würtemberg, para guardar lo que se consumía en un año. Al fin y al cabo había que estar preparado, antes de que el primer año del Nuevo Milenio se les echara encima.
El señor Rapp, profundamente influenciado por la clarividente Frederica Hauffe y sus sueños proféticos, declaró el 1829 el año del Arrebatamiento, gracias a la llegada de un falso profeta, el "Judío de Jerusalén", que fue arrestado en Kentucky, inmediatamente después de su vista a Harmony, por algunos asuntos turbios que dejara en Kentucky. Para evitarse el marrón entre sus armónicos, Rapp volvió a echar cálculos declarando esta vez 1836 como el Año. Pero en 1831, aunque Rapp ya había anunciado la buena nueva de la llegada del verdadero Mesías, la impaciencia de los armonistas ardía. Menos mal que el conde Leon, así se hacía llamar Bernard Proli, aunque tampoco se sepa a ciencia cierta que esta fuera su verdadera identidad, logró atajar su espíritu revolucionado.
No cabe duda de que el conde debía estar bastante atento a los periódicos, pues en septiembre de 1829, tras el chasco con el primer Mesías, un tal Dr. Johann George Göntgen escribió a Rapp anunciándole la llegada del verdadero. En su misiva el doctor presentó al conde con el sobrenombre de El León de Judá. Rapp, que en verdad lo esperaba, le abrió las puertas de par en par, sobre todo para calmar los ánimos, y en 1831 ya le tenemos probando al nuevo. Fueron el trayecto desde Europa y las condiciones metereológicas adversas las que retrasaron la venida del conde dieciocho meses.
De nuevo Rapp se da cuenta del engaño pero para entonces el daño ya está hecho. El conde se llevará hasta Luisiana a unos cuantos de sus feligreses (unos ciento setenta de los quinientos que había) con su correspondiente dote. Unos 250000 dólares de la época. Rapp lógicamente era reacio a tal entrega, aduciendo que se dieran por pagados ya que estancia, comida, educación y hasta gastos médicos habían salido de su bolsillo. Además, los armonistas habían consentido entregar todas sus posesiones a la asociación (el libro de cuentas con su contribución inicial fue presa de las llamas). Que trabajaran unas doce horas diarias para el mantenimiento de la comuna era lo esperado.
Las ventanas de su casa apedreadas bastaron para poner punto y final a la Gran División que le había traído el conde, y que, años más tarde, fallecería víctima de la fiebre amarilla. Eso sí, George Rapp, escarmentado, juró que nunca volverían a pillarle con los pantalones bajados y volvió a amasar un capital, supongo que gracias al trabajo de los armónicos que le quedaban, que superaba el medio millón de dólares. La caja fuerte que guardaba bajo su dormitorio aún contiene unas cuantas piezas de oro visibles al visitante.
La sociedad, que, como la Shaker, obligaba al celibato, perduró gracias al trabajo de mano de obra contratada que no practicaba la abstinencia sexual y a sus magníficas inversiones en petróleo y ferrocarriles. Su último gestor, Susie C. Duss disolvió la sociedad en 1905.
Recomendaciones. Destinar unas 3 o 4 horas para la visita. Se puede pasar comida y bebida en la zona de picnic que está en el jardín pero hay que sacar entradas primero en el centro de interpretación. No hay aire acondicionado en las casas a visitar con el guía. Llamar primero para asegurarse de que está abierto, ya que lo lleva un cuerpo de voluntarios.
Y pregunta de Trivia: la película American Pastoral basada en el libro de Philip Roth se rodó aquí, pero me parece que el señor Rapp y sus armonitas aún están sin peli.
Los inicios de Old Economy Village (Vieja villa económica, económica aquí debe traducirse por organizada, ya que procede de un término pietista que hace referencia a la economía divina), hay que buscarlos en Europa, de una sociedad que George Rapp funda en 1785 en Alemania y que desembarcaría en Estados Unidos en 1803. Antes de instalarse en la Vieja villa, el señor Rapp ya había probado con dos emplazamientos distintos: Harmony, (Armonía), también en Pensilvania, y otro en Indiana. Al industrial galés, Robert Owen, que quería abrir una comuna de carácter secular, las de Rapp eran de origen religioso, le vendió el terreno de Indiana en 1824, pero en manos de este la aventura que rebautizó con el nombre de New Harmony (Nueva Armonía) duró menos de dos años. Rapp adquirió la tierra para su tercer y último asentamiento en la ribera del río Ohio, en el condado de Beaver al este de Pittsburgh. En 1825 el experimento ya estaba en marcha.
A los armonistas, así hacían llamarse, miembros de la comunidad George Rapp and Associates (George Rapp y Asociados) fundada en 1805, también conocida como Harmony Society, (Sociedad Armonía), no les faltaba de nada en este barrio de nueva construcción. Biblioteca, museo, escuela, sala de música, salón para fiestas que celebraban de cuatro a ocho veces al año, la Fiesta del Amor o Liebesmahl, común entre los pietistas, también la seguían los armonistas, cocina comunal, panadería, jardines, un sistema con bombas de agua para apagar incendios de última generación, (los armonistas, a diferencia de los Amish, eran amigos de la tecnología), bodega, por aquí se dejó caer Lafayette y había que agasajar a los invitados con sus armoniosos caldos, vino, cerveza, sidra con alcohol... También bebían güisqui, aunque no está claro si era de elaboración casera. Herrería, taller de carpintería, de zapatos, de corte y confección (los armonistas tenían tres trajes, dos de andar por casa y el de gala para ir a la iglesia dos veces en domingo y otras dos durante la semana), tienda de ultramarinos, oficina de correos, establos, telares, uno de los mejores en Estados Unidos hasta que cerrara a mediados del siglo XIX, dedicados al algodón, lana merina y seda, y tres graneros de cinco plantas a imitación de los de la zona de Würtemberg, para guardar lo que se consumía en un año. Al fin y al cabo había que estar preparado, antes de que el primer año del Nuevo Milenio se les echara encima.
Interior de la tienda de ultramarinos |
El señor Rapp, profundamente influenciado por la clarividente Frederica Hauffe y sus sueños proféticos, declaró el 1829 el año del Arrebatamiento, gracias a la llegada de un falso profeta, el "Judío de Jerusalén", que fue arrestado en Kentucky, inmediatamente después de su vista a Harmony, por algunos asuntos turbios que dejara en Kentucky. Para evitarse el marrón entre sus armónicos, Rapp volvió a echar cálculos declarando esta vez 1836 como el Año. Pero en 1831, aunque Rapp ya había anunciado la buena nueva de la llegada del verdadero Mesías, la impaciencia de los armonistas ardía. Menos mal que el conde Leon, así se hacía llamar Bernard Proli, aunque tampoco se sepa a ciencia cierta que esta fuera su verdadera identidad, logró atajar su espíritu revolucionado.
No cabe duda de que el conde debía estar bastante atento a los periódicos, pues en septiembre de 1829, tras el chasco con el primer Mesías, un tal Dr. Johann George Göntgen escribió a Rapp anunciándole la llegada del verdadero. En su misiva el doctor presentó al conde con el sobrenombre de El León de Judá. Rapp, que en verdad lo esperaba, le abrió las puertas de par en par, sobre todo para calmar los ánimos, y en 1831 ya le tenemos probando al nuevo. Fueron el trayecto desde Europa y las condiciones metereológicas adversas las que retrasaron la venida del conde dieciocho meses.
De nuevo Rapp se da cuenta del engaño pero para entonces el daño ya está hecho. El conde se llevará hasta Luisiana a unos cuantos de sus feligreses (unos ciento setenta de los quinientos que había) con su correspondiente dote. Unos 250000 dólares de la época. Rapp lógicamente era reacio a tal entrega, aduciendo que se dieran por pagados ya que estancia, comida, educación y hasta gastos médicos habían salido de su bolsillo. Además, los armonistas habían consentido entregar todas sus posesiones a la asociación (el libro de cuentas con su contribución inicial fue presa de las llamas). Que trabajaran unas doce horas diarias para el mantenimiento de la comuna era lo esperado.
Las ventanas de su casa apedreadas bastaron para poner punto y final a la Gran División que le había traído el conde, y que, años más tarde, fallecería víctima de la fiebre amarilla. Eso sí, George Rapp, escarmentado, juró que nunca volverían a pillarle con los pantalones bajados y volvió a amasar un capital, supongo que gracias al trabajo de los armónicos que le quedaban, que superaba el medio millón de dólares. La caja fuerte que guardaba bajo su dormitorio aún contiene unas cuantas piezas de oro visibles al visitante.
La sociedad, que, como la Shaker, obligaba al celibato, perduró gracias al trabajo de mano de obra contratada que no practicaba la abstinencia sexual y a sus magníficas inversiones en petróleo y ferrocarriles. Su último gestor, Susie C. Duss disolvió la sociedad en 1905.
Recomendaciones. Destinar unas 3 o 4 horas para la visita. Se puede pasar comida y bebida en la zona de picnic que está en el jardín pero hay que sacar entradas primero en el centro de interpretación. No hay aire acondicionado en las casas a visitar con el guía. Llamar primero para asegurarse de que está abierto, ya que lo lleva un cuerpo de voluntarios.
Y pregunta de Trivia: la película American Pastoral basada en el libro de Philip Roth se rodó aquí, pero me parece que el señor Rapp y sus armonitas aún están sin peli.
viernes, 23 de agosto de 2019
Kit de inglés 158: Touch base
Para la épocas estival, una de juegos: Touch base, el equivalente a nuestro Ponerse en contacto y que literalmente podría traducirse por tocar base. La pronunciación para salir del paso: tach béis y la buena aquí (23:16-17).
Aunque de origen desconocido, parece que la expresión sale de ese saco sin fondo que es el béisbol. Tocar la base es el carrerón que el jugador se tiene que pegar hacia una de las bases para que no se lo invaliden.
Esta expresión parece que se utiliza bastante en el gremio de los que se dedican a la venta por teléfono, en especial a los que les da por llamar a la hora de la cena para pillar a todos en casa. No me extrañaría que David Mamet la utilizara en su Glengarry Glen Ross.
Frase: I will touch base with my friends
Me pondré en contacto con mis amigos
Aunque de origen desconocido, parece que la expresión sale de ese saco sin fondo que es el béisbol. Tocar la base es el carrerón que el jugador se tiene que pegar hacia una de las bases para que no se lo invaliden.
Esta expresión parece que se utiliza bastante en el gremio de los que se dedican a la venta por teléfono, en especial a los que les da por llamar a la hora de la cena para pillar a todos en casa. No me extrañaría que David Mamet la utilizara en su Glengarry Glen Ross.
Frase: I will touch base with my friends
Me pondré en contacto con mis amigos
miércoles, 21 de agosto de 2019
¡Más sexo, por favor, que ya tenemos 60!
A los de Pittsburgh, desde luego, parece que el verano les exalta el humor y la creatividad. En julio me encontré con Sex Please, We’re Sixty! ¡Más sexo, por favor, que ya tenemos 60!, del matrimonio Parker, Michael y Susan, británicos afincados en Florida. Casi al mismo tiempo, un bingo drag queen en beneficio del cuerpo encargado del rescate gatuno. Y por lo que muestra el calendario parece que este tipo de bingo tiene bastante tirón. Y hoy, un karaoke en cueros para los naturistas. Esperemos que el aire acondicionado no les deje sin cantar sus líneas.
En la plaza hay un todo a dólar, un Anticipo rápido y...
Los dos centros educativos pertenecen a la misma institución. Se trata de una entidad concertada. Los dos edificios son grandes y planos, y miran al aparcamiento. He supuesto que los niños matriculados no irán en autobús y que los recogerán sus padres o tutores. Con más de 1000 alumnos en sus aulas (por lo que he leído), no quiero ni imaginar la congestión automovilística que se puede montar. Pero, desde luego, es innegable que mientras los niños están en clase, los padres pueden hacer la compra a tiro de piedra.
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